¡Alfabeto del Mundo, un proyecto editorial independiente, nos ofrece 7 nuevos títulos de lectura de descarga 100% gratuita! El evento de presentación de los 7 nuevos autores de la colección se transmitirá en vivo hoy 02 de setiembre a las 19.00 hs (Colombia-Ecuador) desde el canal de Youtube de la Casa Museo Otraparte desde Medellín (Colombia).
¡Alfabeto del Mundo vuelve a la carga con estupendo material de lectura!
La Castalia y Ediciones de la Línea Imaginaria, sellos editoriales de importante trayectoria, de Mérida, Venezuela y Quito, Ecuador, respectivamente, pusieron a circular en el mundo de la virtualidad una potente y atractiva colección de libros de poesía, que lleva por nombre Alfabeto del Mundo en homenaje al poeta venezolano Eugenio Montejo. Uno de sus objetivos es fomentar la lectura y el consumo de buenas dosis de poesía de calidad en ediciones sobrias que combinan el arte de la fotografía con los más poderosos versos del mundo actual.
El proyecto está dirigido por los poetas y editores Aleyda Quevedo Rojas, Edwin Madrid y José Gregorio Vásquez, y se articula desde las colaboraciones artísticas que se tejen con fotógrafos, escritores, pintores, traductores, revistas literarias y medios de comunicación. El 23 de noviembre 2021 este proyecto editorial que nos ofrece poesía sin ningún costo para los lectores, cumplirá un año de trabajo intenso y muy creativo, manteniendo vivo su objetivo central: incentivar, promover y fomentar la lectura y el amor por los libros. Para 2022 se anuncia la publicación de varios libros de narrativa y algunos títulos dentro de sus colecciones Homenajes y Traducción.
En esta tercera etapa, la Colección Alfabeto del Mundo reúne y ofrece los poemarios Inventario para un nuevo altar, del venezolano Arnaldo Jiménez; La rueca del relámpago, del mexicano Daniel González Dueñas; Mariposa negra, de la peruana Rocío Silva-Santisteban; Todas las guerras, del cubano Carlos Augusto Alfonso; Flor de arena (selección poética), de la ecuatoriana Sara Vanégas Coveña; El lápiz del poeta (antología en prosa), del colombiano Robinson Quintero Ossa; Historia de los espejos, de la salvadoreña Susana Reyes.
Los poemarios se pueden descargar 100% GRATIS dándole click a las siguientes páginas web:
La Castalia y Eds. de la Línea Imaginaria
Poemas de los nuevos autores que integran el catálogo Alfabeto del mundo
Rocío Silva Santisteban
(Perú)
Persianas
La luz que viene de la calle
A través de las persianas
Sobre los cuerpos en movimiento
Envueltos en sudor
A m a l g a m a d o s
Refleja en la pared una sombra
Al decir de ella una sombra amarga
Al decir de él una sombra más.
In the morning you always come back
(Cesare Pavese)
En la mañana tu siempre regresas
Un cúmulo de dudas y un anillo sobre la alfombra
Algo que conoces y palpas sin ganas
Y yo me desnudo —yo me desnudo—
Si tú regresas
Por la mañana siempre pero nada.
Todo es inútil
Algo que va más rápido te calma.
Es mentira todo
Cuando tú regresas.
Daniel González Dueñas
(México)
Todo
—el todo es la mayor parte de ti—
(todo: acumulación final de las elocuencias)
conozco esa mirada
la siento venir desde tus muslos
acudo como la nada que de pronto es algo
con el ciego errar de tu perfecto equilibrio
siguiendo como rastro
los umbrales que reflejas en las cosas
tus ojos tienen la menor parte
en esa mirada
algo comienza a faltar
en los demás universos
cuando miras así
Arcadia
En las primeras luces del silencio
la imagen es voz que busca
lengua, labios y garganta
Entre todas las estatuas de la alameda
una es el sueño de la noche
y en su torno las demás se levantan
como el aroma del musgo tras la lluvia
Del otro lado del mundo
el día esculpe hemisferios añorantes
De noche el sol es la raíz
de los árboles dormidos
Arcadia, tantas voces deslavan tu voz
tantas imágenes acallan tu imagen
El insomnio me pesa en los párpados
Todo este barullo
no me deja
despertar
Susana Reyes
(El Salvador)
V
¿Para qué mis pies, el sudor o la sonrisa?
¿Para qué este afán de amanecer desnuda,
cerrar de nuevo los ojos y tragarme las estrellas ociosas de la madrugada?
¿Qué gano con asomarme a los pozos y querer beber de un sorbo la
oscuridad,
la ironía, la soledad o la alegría de las mariposas en tu cuerpo?
¿Adónde, el silencio o la tempestad de tus palabras?
¿De qué me sirven las lágrimas, el calor, el sonido, el abrazo que cerca la
felicidad o la angustia?
II
Mi piel se empecina en robarle calor
a tu espalda indiferente
no sé qué me mantiene
de pie ante la ventisca
no sé qué brebaje alimenta mis venas.
Afuera hace frío
y desconozco los caminos
la estepa es un enigma
que mis pies ignoran deliberadamente.
No sé qué me mantiene aquí
si cuando el claro olor del horizonte
hiere mis ojos
mis piernas sienten el deseo
de recorrer aquel viejo camino.
Arnaldo Jiménez
(Venezuela)
Lectura de una taza de café
devendrás búsqueda y creerás que el amor es tu horizonte
y buscarás preguntas en la soledad
y verás aumentar la sed de las apariencias
y esos regalos que se niegan a ser escombros
y esos momentos que se mudan resistiendo una emoción lejana
aceleran el vacío de las respuestas y niegan la conquista del azar
solo permanece tu sabor en otra boca: calor de la primera sangre
que bebió tu desnudez mirando hacia el pecho
con un giro de ternura que ordenaba callar
es breve la intermitencia de las compañías
y la extensión de los cansancios
entre los ejes de la tristeza y la armonía de la devoción
y en el fondo el número de la edad moviendo el frio de tu última sangre
Cristo acacia
Cristo abrigado con el lienzo de la corteza
antes de entrar en el vientre de las nubes
y ser piel para el filo del consejo
y vino en el seno de la compasión
acacia recorta su causa acacia respira su llaga
y desconcha el perdón que lo deja indefenso
permite que los niños jueguen sobre su espalda
y corran por las direcciones del madero
y no hereden su corona de espinas
que sea raíz sin el juramento del regreso
y aclare la tierra para los que sueñan con su abrazo
que la poda no toque sus manos y las obras del aire tengan vida eterna
que nadie encienda la antorcha de la traición
ni cuelguen sus cabezas en la voluntad de las ramas
acacia presagia la grieta de su pasión
y no la dejes girar su certeza de espada
hacia las profundidades de su pecho
Sara Vanégas Coveña
(Ecuador)
nuevamente el mar invade mis ventanas. se llega hasta mis rodillas y asciende
lentamente a mis senos. se cuelga de mi boca y me inunda el pelo. yo lo miro
mirarme desde los ojos. como un enigma antiguo. como un paisaje regado en
todas partes
y hace tanto frío y tanto oscuro
el viento mojado me trae tu voz desde cualquier
parte. recostada en la arista más tierna de la lluvia.
y en cada burbuja tu rostro desdibuja la nostalgia.
cuántas veces te soñé. alargadas las manos como
naves hasta llegar a mi puerta sola
en extravío perpetuo
Robinson Quintero Ossa
(Colombia)
Tirado debajo de un árbol
Tirado debajo de un árbol recuerdo que, en una curva del río, antes de
echarse al agua, los muchachos se contemplan por primera vez desnudos:
los árboles tiran la luz y hay quien inclina la cabeza para no mirar, y quien,
avergonzado, espera indeciso a desvestirse.
Cada día que pasa pierden contorno los colores y formas de los cuerpos en
el agua.
Tal vez no miré lo suficiente, tal vez tuve miedo de mirar.
Los ojos se resistieron.
Hablar las piedras
Hay que hablar las piedras, ponerlas en la mano, abierta la palma, decir en
su contrasueño. Sea un andrajo de pedrusco o un pulido guijarro, hay que
guardarlas en los bolsillos, darles un sitio en la mesa, llevarlas de ronda,
descansar su peso. La piedra que levita la calle, la que hace pila entre el
andén y el muro, la que luce sus bordes en el charco del patio, ensimismada.
Hay que hablar las piedras, decirlas sin prisa. Dan calma.
Carlos Augusto Alfonso
(Cuba)
Nash
Nash del 50
50 aniversario.
Empuñé el volante
del primer automóvil americano
que diseñó PininFarina,
diseñador de coches por encargo,
célebre sopor de línea suave.
Allá en Michigan todo es un venado.
Patinar y caer, caer y levantarse.
Era tan adonis de regreso a casa.
Regreso en un Nash
Nash Kelvinator
a esposa adoctrinada –y crinada–
niños alborotosos, que si agobian,
entro por el jardín que progresó
a biblioteca densa sin que medie palabra.
Continúo proyecto “Pocas horas de vida”
armando las armazones que no eran Nash.
Deutschland acorazados de bolsillo.
Admiral Hanszenker
Admiral Scherer
Admiral Graf Spee.
Patino y me caigo, al levantarme
gracias que despedí a la empleada
quito de mi 50 al marinero fuego.
El Adán de los monos
Ich bin Affen-Adam
Gottfried Benn
Estoy hecho de barro donde agua
todavía no llueve y de la tierra sale
dios de la Fe Bahaí, su mensajero.
Aguanto lo que sea y me deshago,
tití bebe leche, de lémures y loris
del mono aullador, del brachilete.
Braqueo por el caño de los cielos.
Hombre de jardín aceptador de arrepentimiento,
arcilla se modela en atormentadores de pelaje
trepados por encima del compromiso Loris.
Cuadrúpedos y fieras –por el cainato de Somanta–
a Pergo se movieron –de Antioquía–
y en las sinagogas se sentaron
y en enormes petreles se sirvieron… EXEAT,
EXEAT arrumaco de anticuario “mas te vale.”
No quiero recordar que moriré algún día
hasta cambie mis hábitos de vuelo
Sociedad Poliándrica de los Tamarinos.
Tan solo le anuncié que me deshago del
hueso escafoides con los maseteros maxilares,
apenas sin pulgares, sin asirme a nada.