Por Miguel Ángel Lescano*
Crédito de la foto Apogeo EIRL
¿Adentro. Afuera?
Miradas suspicaces de Edián Novoa.
En cloacas de la ciudad más linda del mundo.
En su poema Afuera Adentro en su libro No hay tela para tanto muerto.
Afuera adentro
Afuera
las calles mueven los tiempos cubren los rostros
adentro
la monotonía se cuelga en días inubicables del calendario
afuera
el semáforo marca el tiempo para los desposeídos
adentro
el café es conversable antes de levantarse de la mesa
afuera
vender golosinas es el retorno a la mendicidad
adentro
el menú es el número de infectados y muertos
afuera
el día acomoda lento el trabajo en bolsa de pan
adentro
lavar el servicio es filosófico hay bastante que fregar
afuera
el almuerzo viene en bolsa de plástico
adentro
mover el cuerpo contar pasos movimiento
afuera
la tarde muerde las monedas
adentro
la tarde soslaya el aburrimiento
afuera
la premura aviva el ingenio
adentro
la esponja de metal sigue en deudas atrasadas
afuera
el miedo no puede cargosear el día
adentro
el miedo se refriega en la mirada compartida
afuera
el regreso se paladea en la lengua
adentro
la tarde produce arcadas
afuera
contar las monedas no paga
adentro
comer algo es mejor si estás solo
afuera
al volver la noche se carga de temores
adentro
los móviles ignoran el televisor despierto
afuera
el retorno es una polilla en el cuarto
adentro
el deseo muere en noticias
afuera
los rostros se crispan al leve contacto
adentro
el silencio es pleito de vecino
afuera
no hay precaución q valga soy asintomático
adentro
el jabón resbala en dudas epidemiológicas
afuera
la incertidumbre se oye entre sirenas
adentro
la incertidumbre es la llamada que no esperas
afuera
no están los ricos no es su guerra
adentro
la pobreza se regodea no se lava las manos
afuera
la matrix se encarga
adentro
el móvil te atrapa como mosca en las redes
afuera
es un emoliente en ninguna esquina
adentro
es una pastilla de lexotan de 3 miligramos
afuera
adentro
días de mierda
I.
Un eco genera un sonido al revés. Otro eco. ¿Un verso qué genera? Podría iniciar que una cuidad ande de puntitas buscando albores para la vida. Mirar no mirar. Observar crea y recrea. Los políticos engañan y roban a los ciudadanos. Transgreden el eco. En ese devenir, los ciudadanos inventan nuevas canciones. Melodías urbanas. Lima, la ciudad más bella del mundo. Una Lima gótica. Carlos López Degregori escribe: “Yo nunca había visto un eco./ Era hermoso con sus ojos desmesurados”. (76) Un eco es un escudo para visibilizar el orden y el caos.
II.
El 2020 es un caos mundial. Un caos citadino. Un rictus, como diría el poeta Edián Novoa. Tertulia macabra de cemento. Caminar por la ciudad. No caminar. No salir. Estar encerrado. El eco erosiona. Me alimento de contradicciones. Lima. Ubicuo. Ciudad. Estar y no estar. En el devenir la pandemia asesina multitudes. El poeta Edián Novoa camina por la ciudad. Se detiene frente a la plaza San Martín. Avizora que: “afuera / el semáforo marca el tiempo para los desposeídos/ adentro/ el café es conversable antes de levantarse de la mesa” (38). La rutina mágica se queda adentro de su mente. Afuera amenaza la Segunda Guerra Mundial. Los barcos del enemigo desembarcan en las costas de Paracas. ¿Qué es estar afuera? Tomar sol en las playas de Ancón. Luego caminar por la alameda. Mientras Lima se incendia.
III.
Paolo de Lima se abre paso entre bombas molotov y disparos a quema ropa. Entre sus brazos, cuida sus papeles donde apunta poemas interminables. Recorre ciudades inverosímiles. Escribe: “En Lima todos se cuidan de todos/ y salir no significa estar afuera: salir es quedarse afuera” (31). Estoy afuera. Con miedo y sin
saber qué hacer. ¿Qué es, saber qué hacer? Borrar lo ya pintado en extensos bastidores de sueños y pesadillas. Por ello, quedarme no es quedarme. Cientos de ciudadanos buscar trabajo. Algo que comer en esta crisis social. Edián Novoa se convierte en vendedor ambulante y especula con el orden. ¿Sale o no sale? Viaja como meteoro a Piura y se acerca la playa Lobitos. Mira la nada. En el horizonte ve que se acercan barcos invasores. Sube a su auto y embala a la ciudad más bella del mundo. Tiene que avisar de la invasión. Pero el hambre es aterrador. El que no come no come. Abre su corazón y escribe que: “afuera/ el almuerzo viene en bolsa de plástico/ adentro/ mover el cuerpo contar pasos movimiento” (38). Reparte sueños entre los ciudadanos sin privilegios. Trabajar interminables ocho horas son inhumanas. No trabajar. Morir. No morir. Esta vez son aviones de guerra bombardean la ciudad. La ciudad luz. Un brillo de nácar explota en tus ojos.
IV.
El poema AFUERA ADENTRO es de recorrido coloquial. Citadino. Un paseo por las urbes desiertas de ciudades apocalípticas. Edián Novoa camina por ella. Dialoga consigo mismo sobre el panorama social: Calles. Ojos de libros. Semáforos que se burlan de la razón. Vendedores ambulantes. Pandemia y muerte. Ciudad donde los alimentos escasean. La pobreza va y viene. Como aguas turbias del rio Rímac. ¿Surrealismo o realidad en ciernes? En este devenir todo vale. Nada está donde debiera estar. ¿Qué busca en cloacas el poeta?:
- El pasado en reuniones en bares.
- El futuro de trabajo y trabajo.
- El hoy y como sobrevivir.
La guerra a finalizado. Se escucha en celulares invisibles. El mundo ha quedado devastado: “afuera/ la tarde muerde monedas/ adentro/ la tarde soslaya el aburrimiento” (39). La noche se matiza en tonos naranjas. Rayas turbulentas sobre mentes inverosímiles. Las estrellas no alumbran. Los perros no ladran. Vacío una vez más. Tus ojos se abren como semáforos. Alumbras el último capítulo de será historia.
V.
Parado sobre el cerro San Cristóbal Mario Montalbetti escribe: “No hacia algo que hay afuera. Afuera no hay nada” (105). ¿Buscar nuevas ilusiones para sobrevivir un día más? Afuera los policías maltratan a pobladores que venden promesas para llevar un pan a la boca de sus hijos. El presidente de la República del Perú miente una vez más. Promete que habrá alimentos para todos los desposeídos. Un plato de arroz con pollo para mi dulce madre que camina en su habitación. Ve novelas por que no puede estar adentro. Está afuera. Edián Novoa le toma la mano y le implora que: “adentro/ el deseo muere en noticias/ afuera” (40). Afuera. Afuera. Afuera. Mi madre cierra la puerta de su habitación y desea dormir mil horas. Despertar cuando esté lista la torta de chocolate. Ve en la televisión su programa favorito.
VI.
Esta Divina Comedia de caminar por la gran Lima no termina nunca. Es infinita. Pronto, se inventará la vacuna para liberarnos del virus de esta ciudad loqueante. Edián Novoa mira el horizonte de explosiones súbitas y finaliza: “afuera/ la matrix se encarga/ adentro/ el móvil te atrapa como mosca en las redes” (40).
Referentes:
De Lima, Paolo. “Cansancio”. Lima: Editorial Hispano Latinoamericana. Segunda edición 1998.
López Degregori, Carlos. “Una mesa en la espesura del bosque”. Lima: Ediciones Peisa. 2010.
Montalbetti, Mario. “Notas para un seminario sobre Foucault”. Lima: Fondo de Cultura Económica del Perú. 2018.
Novoa, Edián. “No hay tela para tanto muerto”. Lima: Editorial Apogeo. 2020.
*(Lima-Perú, 1963). Poeta y artista plástico. Magíster en Escritura creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú). Ha publicado en poesía Ilusión Caja de Poesía (2018), Disonante. Texto & Imagen (2017), La música dibuja el cielo (2011), Sonrisa Negra (2002) y Lima Sobre Lima (1987).