Por Diego L. García*
Traducción de poemas por Luis Alberto Arellano**
Crédito de la foto la poeta S. Foster
A propósito de To Vespers:
Volvamos a revisar nuestros cuadernos
La publicación de To Vespers resulta una señal de alerta a la poesía de este tiempo. ¿Nos hemos estado salteando algo? Parece que sí.
La sombra híper estirada de la Alt Lit, el patriarcado cultural (en todas sus nefastas expresiones) y lo que Suzanne Foster llama “la dictadura de lo real” han venido moldeando los grandes bloques del mainstream literario. Foster viene a destruir este estado de situación. Un concepto muy bello que utiliza es el de “alternations”. Con él se refiere a las incrustaciones de materiales heterogéneos, no convencionalizados, de manera natural, sin pérdida del flujo textual, y al mismo tiempo a una dinámica que la vuelve imposible de controlar como un blanco fijo. Una paradoja, señalada por Maurizio Medo, que sostiene ese movimiento y que explica de alguna manera su poética es que aun en esa exploración de imágenes “lo real no se diluye”. De este modo, Foster logra una escritura única (qué fuerte y verdadero suena en este caso) que nos invita al placer de lo dislocado, eso que nunca está en su sitio.
El zigzag va desde obras plásticas de Joseph Kosuth, Susan Hiller, Alex Colville a la colección de pornografía trans de la abuela, la revista Hola y un reporte policíaco. El sujeto de Foster nunca queda atrapado en su material, nunca está anclado a la cultura, al afuera del texto; va y viene, recolectando aquello que hemos perdido y al mismo tiempo haciendo de las miradas sin asombro una sintaxis posible:
“laboratorios, rostros de políticos, maquillaje. Un grupo armado toma a la mujer y a la niña. Hijos del hombre. Un perro en una granja te araña los muslos. Tienda de artículos para la pesca: Richard Brautigan se rasca el paladar con el mango de un bisturí. Tres palestinos se ocultan detrás de un colchón. Nunca tuve mascotas. Dos tanques. El zumbido son las células de tu oído muriendo. Una niña busca las prótesis de su padre.
Inhala y luego tose, ¿notas el sabor a fresa?”
Un yo que entra en escena, un yo-niña que se proyecta sobre los otros personajes (la mujer-y-la-niña, el perro, Richard Brautigan, tres palestinos), para dar cuenta de un conglomerado difícilmente desentrañable que acostumbramos a definir como un hecho. Todas las esquirlas de la violencia de lo real están puestas en evidencia por esa voz inocente y resumidas en lo terrible de la pregunta final. No es la percepción lo que impacta en ese verso, sino el lugar en el que se inserta la pregunta por el sabor. Lo metálico, lo desabrido, lo incoloro de la existencia (acentuado en la “existencia” televisiva y sus noticias musicalizadas y sus mudas tragedias) puede dar pie a una diferencia, que es justamente el horror mayor.
Los hechos tomados (desarmados) por Foster son siempre la develación de un simulacro burgués, sus zonas tabú, la mierda bajo la alfombra. Intuimos que para la poeta no habría otra forma de operar en ese terreno que no fuera la de textualizar sus siniestras articulaciones y fragmentar con bellísima precisión los movimientos más ominosos. La sensibilidad (no pocas veces fílmica) para lograrlo es lo que genera una poética que desborda de manera constante y que la ubica entre los autores fundamentales que irradian a nuestra época.
La sensación tras la lectura es de total desolación, como si después ya no hubiera nada o, mejor dicho, como si después no fuera necesario que hubiese nada. Y paradójicamente, hay un alma en los textos (algo así como un impulso que los trasciende) que nos lleva a repensar toda la poesía posterior.
7+1 poemas de To Vespers,
de Suzanne Foster
[One and three chairs. Joseph Kosuth.]
En veinte minutos el taxista pasó del creole al quechua.
2013: Vuelta a Cuba. 145 km. de La Habana a Varedero.
En la Hola de octubre hay fotos de Derek Walcott
y otra de Alberto Fujimori: de Suecia al Perú del patriarcado
a la democracia en catorce páginas. Viajar: piedras
con sabor avellana. No viajar: aprender de memoria
los botones de la secadora. Menciona las quince ciudades
europeas con un obelisco, los nueve presidentes
implicados en fiestas iluminati. Teorías de la conspiración:
hombres del ku klux klan dentro de un plato de mostaza.
[Susan Hiller. Sisters of Menon.]
En la mandíbula 4 minutos de propaganda. La memoria,
diálogos de televisión y 9 gramos de zinc. El hombre aspira pegamento,
se levanta y dirige el tráfico. Cedula de identidad:
un hombre amarillo y calvo se convierte en tus padres,
en la historia del continente. Reír hasta despertar a los huéspedes
del asilo que está a 10 km. Ensalivar la utopía que nos dan
en las galletas de la suerte, en la garantía de los electrodomésticos.
[Traveler. Alex Colville.]
Martillo envuelto en papel crepe, regalo de pascua.
Mastico mi tarjeta de crédito con ella compre una tina.
¿Has escuchado el ruido del nylon al romperse?
Busco en el diccionario:
el temblor de los músculos de una yegua,
el olor de un artista al tragar un bocadillo con mostaza y jamón.
Kexp y la nieve me mantienen dentro de la bolsa de dormir.
Sueno a mis primas masticando cables,
la más pequeña pide un trago de leche para ablandar el cobre.
Hace años un dentista alabo mis dientes:
«Son tan fuertes como los de un potro».
¿Eso es seducción?
La mujer del clima sugiere quedarse en casa mirando viejas películas de superhéroes.
Los villanos de Spider-man son mi mejor álbum fotográfico.
El vecino grita que él se casara con Courtney Barnett.
No lo dice exactamente así.
¿Tal vez fue un nombre distinto, pero en la radio suena “Are you looking after yourself?»
Termino de comer mi tarjeta de crédito.
Llamo a mis primas, les prometo el playmobil del Voyager.
¿Puedes imaginarme martilleando dentro de una tina llena de pulpos amarillos?
El mago de un bisturí
8’37 o Tren ofiaron Hiroszimy: 52 instrumentos de cuerda,
1960, Penderecki. Tercer premio en el Grzegorz Fitelberg de 1960.
¿Quién fue el ganador? ¿Se encuentra ahora en un asilo de Hungría, de Albania?
Una vieja sostiene el cuerpo de una chica que recibió nueve disparos.
Pasillo: un policía que extravió sus zapatos empuja a una adolescente
y a su hija recién nacida que van en una silla de ruedas, una gitana
y su gato. Al lado de una caseta telefónica, enfrentamiento
entre refugiados y libertadores. En los muros la constante es la publicidad:
laboratorios, rostros de políticos, maquillaje. Un grupo armado toma a la mujer
y a la niña. Hijos del hombre. Un perro en una granja te araña los muslos.
Tienda de artículos para la pesca: Richard Brautigan se rasca el paladar
con el mango de un bisturí. Tres palestinos se ocultan detrás de un colchón.
Nunca tuve mascotas. Dos tanques. El zumbido son las células
de tu oído muriendo. Una niña busca las prótesis de su padre.
Inhala y luego tose, ¿notas el sabor a fresa?
¿Cómo hacerlo más racista?
Броненосец Потёмкин. Acorazado Potemkim
o la revolución por una sopa o como bajar
las escaleras durante 15 minutos.
Epifanía: sopa de guayaba con habanero.
Chiste: un negro junto a un chimpancé.
Alguien dice: uno de ellos no sabe nuestro idioma.
El animal responde: «Si, por más que lo intento este negro
no logra decir, ‘Soy francés, a pesar de las apariencias.'»
¿Cómo hacerlo más racista? ¿Decir que había dos animales?
¿Que ninguno logra hablar? Tiresias para contactar a los muertos
pide bolsas de sangre. Marcel Proust: vertebras
en la garganta. Las siguientes acciones me causan ataques
de risa: a) Besos esquimales. b) Las litografías de Schopenhauer.
c) Una toronja partida en cuatro. ¿Cuantas veces has usado la palabra
cosquillas en singular?
La isla no es una isla sino un montón de hilos tejidos por el puro roce
No confío lo más mínimo
en Tao Lin
No le creo que sepa cómo me siento hoy por la noche
ni que se entere de qué van las hormonas entre los chicos de ahora
No hay sonidos para expresar mi desconfianza, por eso lo escribo
Los elevadores en esta ciudad se parecen a sarcófagos
que se levantan sin producir explosiones controladas
y eso me produce mucho miedo
Los vendedores de droga te citan en los lugares más extraños
como el interior de una tienda de ropa
y proceden al intercambio en los probadores unisex
que abundan en toda la isla
Una se pregunta si estas confusiones parciales
están comunicadas como por hilos invisibles
y forman parte de una gran confusión global
que como en un rizoma le transmite su forma incierta
a cada parte por pequeña que sea
para perpetuar la forma y no el contenido
el silencio y no la boca abierta
el pistilo y no la flor sangrante en medio de la bañera abandonada
Anís estrella
De pequeña mi abuela me enseñaba los nombres
de los granos que guardaba en la cocina
Anís estrella
Cominos
Belladona
Nuez moscada
Esa es mi primera experiencia clasificando algo
haciendo montones de algo que era parecido entre sí
Después la iglesia y su escuela dominical separaban el bien del mal
el pecado de la gracia
y el amor del odio
A los 14 aprendí que no era tan fácil separar las cosas de uno mismo
que uno era una cosa como las que clasificaba
y el amor y el odio estaban dentro
como el anís estrella
como el puño de cominos
y que estarse quieto no eliminaba la sospecha
por llevar un raro peinado nuevo
No tengo conocimiento nuevo
que pueda suplir lo que aprendí entonces
Eso no quiere decir que he madurado
quiere decir que el mundo se ha detenido y no lo hemos notado
YO VIVO en el departamento
en el que murió mi abuela paterna.
Al morir me dejó estas dos habitaciones
sala de estar, baño, cocina, terraza y sección
en el ático, ruido de tuberías, dos gatos
que casi nunca vienen por comida, aunque sí a pasar la noche.
Vivo en un edificio que poco a poco
se va convirtiendo en otro.
Mis vecinos dejan de ser la última generación
que durmió preocupada por la guerra fría
(incluso reconocen el término) para dar paso
a chicos dienéticos y parejas de homosexuales
con perros de razas extranjeras.
Mi abuela murió hace 10 años
cuando yo tenía 14
y lo primero que hice al mudarme
fue dejar en la pila de basura afuera del edificio
sus viejas colchas cosidas de parches.
Lo segundo, tirar su colección de pornografía trans
que nadie sabía que tenía, pero que estaba ahí
abajo del colchón donde dormía.
Disculpen, me quedé dormida mientras escribía
y el ruido de los objetos de escayola y de escritorio
al caer me ha despertado.
No digan que miento
o que desdeño el papel de nuestras familias
en el nuevo orden mundial.
Es que acumulo todo en pilas bien grandes
para cuando no haya nada
y podamos intercambiar recetas de pay de limón
anteojos graduados
y utensilios de cocina con grabados en lenguas verticales.
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(poemas en su idioma original, inglés)
7+1 poems from To Vespers,
by Suzanne Foster
[One and three chairs. Joseph Kosuth.]
In twenty minutes the cab driver went from creole to quichua.
2013: Back to Cuba. 145 km. from La Habana to Varedero.
In Hola!´s October issue there’s a photo of Derek Walcott
and another one of Alberto Fujimori: from Sweden to Peru, from patriarchy
to democracy in fourteen pages. To travel: Hazelnut
flavored boulder. Not to travel: memorize
all the functions in the dryer. Write down the fifteen
European cities with an obelisk, the nine presidents
with ties to illuminati parties. Conspiracy theories:
ku klux klan members served with mustard on a plate.
[Susan Hiller. Sisters of Menon.]
Four minutes of ads on the jaw. The memory,
dialogues in television and 9 grams of zinc. The man sniffs glue,
stands up and guides traffic. ID card:
a yellow bald man becomes your parents,
in this continents history. To laugh until the residents at the nursing home
10 km from here are woken up. To spit the hope they give us wrapped in silk
inside fortune cookies that came with the guaranty of the washing machine.
[Traveler. Alex Colville.]
Hammer wrapped in crepe paper, Easter gift.
Chew my credit card, I used it to buy a bathtub.
Have you ever heard the sound of breaking nylon?
I look it up in the dictionary:
the spasm in the muscles of an old mare,
the odor of an artist eating a ham and mustard sandwich.
Kexp and snow bind me to the sleeping bag.
I sound like my cousins chewing wire,
the youngest asks for a drop of milk to relent the cupper.
A year ago a dentist praise me for my teeth:
«as healthy as horse´s».
Is that trying to hit on someone?
The weather lady says It´s better to stay at home and watch old fashioned superhero movies.
Spider-man villains are one of my best photographic albums.
My neighbor screams he will marry Courtney Barnett.
He does not say it like that exactly.
Maybe it was a different one, but in the radio sounds “Are you looking after yourself?»
I finish the chewing of my credit card.
I call my cousins to promise them the Playmobil set of the Voyager.
Can you imagine me hammering inside a bathtub of yellow octopuses?
The scalpel mage
8’37 Train ofiaron Hiroszimy: 52 chord instruments,
1960, Penderecki. Third Price in the Grzegorz Fitelberg 1960.
Who was the winner? Is he now in a Hungarian asylum? Maybe Albanian?
An old lady embraces the corps of a lil´girl that was shot nine times.
Hallway: a cop that lost his shoes pushes a wheelchair with a teenager
and her newborn daughter, a gypsy hag
and her cat. Next to a telephone booth, a fight between
refugees and the rebellion. In the walls there´s always advertising:
laboratories, politicians faces, make up. An armed group takes
the teen and her baby. Children of men. A dog in a barnyard scratches your thighs.
Fishing shop: Richard Brautigan strokes his palate
with the handle of the scalpel. Three Palestinians hide under a mattress.
I never had any pets. Two war machines. That ‘eeeeeeeeee’? That’s the sound
of the ear cells dying. A girl looks for her father´s prosthesis.
Take another one and now cough, Do you taste the strawberry?
How to make it even more racist?
Броненосец Потёмкин. battleship Potemkim
or the revolution for a soup or how to go
down the stairs in fifteen minutes.
Epiphany: guava soup with habanero.
Joke: a black man alongside a chimpanzee.
Someone says: one of those doesn´t speak English.
The animal response: «Yeah, It doesn´t matter how hard I try,
this nigger can´t say, ‘Im French, no matter how it looks like.'»
How to make it even more racist? Perhaps saying “there are two animals”?
That none of those were able to speak? Tiresias asks for blood bags
in order to contact the dead ones. Marcel Proust: vertebras
in the throat. The following actions laugh me
to death: a) Eskimo love. b) Schopenhauer´s lithographs.
- c) A grapefruit in four slices. How many times have you
used the word ribs in singular?
The isle is not an isle, just a couple of threads sewed for mere attrition
I don’t trust Tao Lin,
not in the least.
I don’t believe that he knows how I feel tonight
or what’s going on in the teens´ hormones.
So I write, ´cause there’s not a sound for my distrust.
In this city, the lifts look like sarcophagus
going up without the discharge of a fast-moving jet,
and that scares the crap out of me.
Dealers always meet you at weird places,
like a department store
where they exchange the pot in the unisex changing room.
There are so many of those in the island.
I wonder if this partial confusions
are bound by invisible threads
that conform some big global confusion
with uncertain shape, maybe transmitted by a rhizome
attached to almost every little thing
in order to make an everlasting flat pattern.
Quietness and not a mouth wide shut,
the pistil and not the bleeding flower on a forgotten bathtub.
Star anise seed
Grannie used to taught me the names
of every seed she had at the kitchen.
Star anise
Cumin
Belladonna
Nutmeg
That was the first time I classified something
making piles of things almost identical between one another
Hours later that day, the church and the Sunday school made the distinction:
black from white, sin from grace,
love from hate…
Once I aged 14, I learned It´s not that simple to pull apart things from you,
that we´re just an object to be classified,
that love and hate are inside,
like the star anise seed,
like a handful of cumin,
that being immobile does not cast away
the troubles your new hairstyle brought you.
I have not gathered new knowledge
to replace the one I had back then.
Ok, right, it’s not like if I had grown up,
It’s just the world: It has stopped without us knowing.
I LIVE in the apartment
in which the mother of my father died.
When she passed away, she left those two bedrooms,
a living room, a bathroom, a kitchen, a terrace and toys
in the attic, roaring pipelines, a couple of cats
that rarely came for food but always to spend the night.
I live in a building that, slowly,
turns around to be another.
My neighbors are not the last generation
that slept with fear of someone pressing the button
(or that recognize the reference), they`re now
dienetics and gay couples
that pet strange dog races.
Grannie passed away ten years ago,
I was 14 at the time
and the first thing I did, once moved in,
was to take out the trash:
the old quilts she used to sew went first.
For seconds, I got rid of her she-male porn
(no one knew about that, and yet it was
under the mattress where she slept).
Sorry, I fell asleep while typing.
The noise that the platter paperweight and the other desk stuff
made when it crashed on the floor woke me up.
Don`t you dare say I`m lying
or that I don`t take seriously the role the family plays
in this new world order.
It`s just that I amass stuff in big mounds,
waiting for the void.
Then, we`ll exchange lemon pie recipes,
we`ll use coke-bottle glasses
we`ll collect cookware made in china.
*(Buenos Aires-Argentina, 1983). Poeta. En la actualidad, se desempeña como profesor en Letras y escribe crítica literaria. Ha publicado en poesía Esa trampa de ver (2016), Una voz hervida (2017), Una cuestión de diseño (2018) y (Fotografías) (2018).