Fragmento de «Breve mitología de un ladrón gramatical» (2024), de Rosario Rivas Tarazona

 

Por Rosario Rivas Tarazona

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Fragmento de Breve mitología

de un ladrón gramatical (2024),

de Rosario Rivas Tarazona

 

A Paul Forsyth Tessey y Willy Gómez Migliaro

 

Agua llamada para nadie

Parto menor

 

Apellido de eslabón maridor

El que deshace la tierra y rebuzna en la borrasca

 

Que oigas a la gallina negra antes de nacer solo tú

Podría ser caso de ceguera precoz

 

Nuestra cita en una tabla y un incendio

Identifica nuestro orín

 

Con la caída del cabello y amarnos

Hasta la vejez nos deshace sin rumbo

 

Mas que naufragar con el eco del aliento

La sombra de mi idéntico otro

 

Quien te toca desvanece su deseo

Con las huellas de un objeto perdido

 

Futuro y pasado engastados al cautiverio

Los anfibios nos saludan antes de naufragar

 

En el caos y la paradoja animal no mana dios

Divida o reste la cifra una medida írrita

 

Ya sale a relucir anómala ternura

Dando palmas vacías al deleznable

 

La calle ilumina tu perdición

Tu máscara ante la resurrección de los suicidas

 

Abracemos en bienvenida a la ebriedad vestida de alma,

Gárgola y herrumbre se agitan al descubierto

 

El sino de esta condición precaria y pacientísima

Ha arribado la mortaja entre nosotros llena de presentes

 

Cada uno sabrá cuál es el que merece

Cada uno cantará el bajo fondo de su perla

 

Un par de misterios durante la aparición de laberintos

Tal vez apuesten un viernes la tarea escolar

 

Jamás sabré cómo hacer el amor durante tanta fiesta

Menos comulgar con tanto prójimo de piel y aliento

 

Voltaje y volución tu estar enamorado y de cuchara con los muertos

Es rupestre el tuyo desgobierno claroscuro

 

El aire rancio de la costumbre embadurna de heces

Los pasos del extraviado que viene a pedir cobijo

 

Adiós créenos en la espera y líbranos de la errancia

La sed desaparece entre los codiciosos artificios

 

No escribas necio autista canta

Desde tu latitud habrán de manar los abismos

 

Nada más el hogar es el mundo ni siquiera el mar

Las estrellas lo saben

 

Algunas cosas solo empeoran

Eso que llamas memoria

 

Y no regresará aquello

Que viste por primera vez

 

Embalsamado y anónimo

Como un carguero escocés

 

Saluda a las costas de un recién nacido mercante

Tus párpados ya umbría como a plena luz

 

La destrucción nos ha leído entre los asteroides

Y una impronunciable copulación

 

Un flete corre a los brazos de su estibadora madre

Y le confiesa una fortuna enterrada en su futuro

 

La locura nos habrá de sostener

Incluso habrá un lecho para los curdos

 

Nadie sabe quién o cuándo tus huesos, hijo mío,

Amarán por última vez a los perros ni siquiera esta piedra

 

Pacíficos los cuerpos fundarán las constelaciones y su reproducción

 

Adherencias deshumanas y salmos de sangre

 

Enjambre invisible para el ojo obtuso de un delincuente

 

Industria de sombra depuesta

Piedra que horada toda extensión mística

 

La reputación de los huesos rotos

El llanto sin piedad de los amargos y los deshechos

 

El olvido la carne cruda

El dolor y el tumor que amamanta

 

Las raíces ultramarinas

Lejos con el tsunami

 

Al hijo que no regresa

A esta horadación de la calavera

 

Visitando bautizos

Calcinados como la hora y el mapa

 

Donde ha florecido el crimen gramatical

Un celaje de crisis y partos prematuros

 

Contra cuál de los órganos voltea la zozobra

Y se harta el párroco de la misa

 

Bendito sea este cuerpo leso

En vértigo convertido

 

Arrojado este fardo

Ya especie labio o espada

 

Para cebarte de nuestra ignorancia

Y nuestro dulce espanto

 

Acaso silbo de signo

Facto de nadie y soma

 

Acopio de exvotos hambrientos

Huesos y yedras que auguran los feroces gallinazos

 

La pose de un grito vulgar

Al otro lado del espejo

 

Los hambrientos niegan el vaho de tu rastro

Como se aman los extraños dentro de un nombre que ya no es el suyo

 

En algún ejercicio que desangra

La lengua de los ahogados y los náufragos

 

Quien piensa su aproximación

Y vis a vis a voces revela su doctrina

 

No discurre ya su lista de créditos y deudas

Solo a tientas carga su amado cadáver

 

Para las calles de su adentro subterráneo y en círculo

Divaga vectores y amperios de vuelo

 

Entrega su maleta y embarca al otro lado

Lampo y póstumo

 

Festejemos pues la llegada de los últimos

Quienes siempre esperan cumplir su función áurea

 

La extinción con que se cobijan y embelesan

Ahí donde no hay poder ni resucitación

 

Tanta ascua por doquier

Y mis parientes fulminados por una llaga consagrada al nombre

 

Pero de otra naturaleza

Fenomenología de las secuelas y las cenizas del universo

 

Las salas editan la escena urgente

Y evacúa el hijo incandescente y cotidiano

 

Aquel que no regresa ni sucumbe

A los desenlaces que arrojan a los deudos

 

Sustancia acantonada en lugar del tacto

Un cielo de tamaño fiscal

 

Abrupto ladrillo que fija

Su morada a la deshora

 

No detendrá esa flor ni esa vez que se borró tu expediente

Ante la vergüenza y el decoro de tu sobremesa

 

La oscuridad en vivo de otro circo

Durante y duro el pan o la peste

 

Capaz de suplir la abundancia

La sed ha germinado nuestras inacabadas cordilleras

 

Y los cultos han embalsamado nuestro periplo

Con el peso de quien triza la noche

 

Un vertedero de linfas y trastiendas de silbidos

Alza tu pródiga mies para alborar contigo

 

El dolor y la calma contrita y puntual

Nuestra derrota

 

 

 

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