Por Luciana Ravazzani*
Crédito de la foto (izq.) Ed. El vendedor de tierra /
(der.) www.revistadinamo.com
3 poemas de A veces un abismo (2023),
de Luciana Ravazzani
Las personas se iban
al poco tiempo.
Solo el cielo y el silencio
se quedaban.
¿Qué podía hacerse con ellos?
Pensar muy hacia adentro:
dudar de las certezas
era un ejercicio fortuito
a veces provocaba alivio
a veces un abismo.
Había cosas más importantes
que ser feliz.
Hacer bien la tarea
adquirir habilidades.
No repetir el menú de la cena
que la guarnición alcanzara
para acompañar el plato hasta el final
que el vino estuviera a temperatura del capricho.
Planchar con mano firme
deshacer las arrugas del agua
con tiempo paciencia calor
hasta ver cómo la luz se imprime
lisa y completa
sin tramas en el género.
Ser feliz acaso se sentía
como una irresponsabilidad
una pérdida de tiempo.
Más que un regalo
me sentía un premio.
Ellos me buscaron
con la convicción
de merecerme.
Tenían expectativas claras.
Más tarde, buscaron otros premios
pero fui su único trofeo.
Un trofeo que no da nada
ni siquiera trofeítos propios
para disimular.
Más que un regalo, un premio.
Los regalos se reciben
y se dejan en libertad.
Los premios se consiguen
hay que responder por eso.
*(Buenos Aires-Argentina, 1981). Poeta, narradora y editora. Licenciada en Psicología. Ha publicado en poesía El ombligo de las naranjas (2011), Intenciones de hablarte (2012), Desde las bisagras (2015), La intemperie es un lugar seguro (2019), Poemas sobre toro (2019), A veces un abismo (2023); y en narrativa Recién despierta (2017). Con el colectivo literario Las Claudias, publicó el eBook Pelos (2015) y Retrato de Claudia Bollini (2017).