Por Roxana Artal*
Crédito de la foto (izq.) www.eternacadencia.com.ar /
(der.) Eds. en danza
9 poemas de El desencanto (2021),
de Roxana Artal
Partes
las partes son sólo partes
no hay más que pedacitos
sueltos
dejan de soltarse
cuando saltan
bsbs bsbs bsbs
bsbs bsbs bsbs
ante todo los insectos
uno a uno y todos juntos
con las alas atrofiadas
carcomiéndome las partes
nunca antes nunca ahora
sí después siempre
hasta el hartazgo
se gangrenan
bullen
se contraen
son media parte
más media parte
más media parte
mienten todos mienten
cada parte miente
cada pedazo moribundo
de excitación es trampa
verdadera
intoxicada
lacerada
es bicho carcomiéndome las partes
el simulacro del fuego
el simulacro en cuestión
el simulacro
que mutila
cada parte
perforando la carne
desechando las sobras
hilvanando cada pedacito
y así
sucesivamente
maquinalmente
pavorosamente
la carne al fuego se asa,
pedazo de animal
bsbs bsbs bsbs
bsbs bsbs bsbs
roe que te roe que te roe
hasta morir de alivio.
Soy la encantadora de serpientes encantada
la música que se pierde
el sombrero que cae al mar
el azul que se derrite en la nuca del frío.
Soy la novia que recoge huesos
la fuente que brota del olvido
el anciano hilo que cose
a la noche insepulta
el espeso bosque.
No, no digas fuego.
Soy la isla que ha perdido el norte
amnesia distracción vacío
ni rostro
ni voz
ni amuleto
ni ruina
ni rabia
ni lluvia
ni un rústico gemido
al que aspirar
ni sangre ni apetito ni espejismo
ni carne que asar al fuego
ni animal al que matar.
Un cuerpo se abre sobre la mesa.
Dentro hay un cangrejo
que se abre
y deja ver un pichón
que se abre.
Dentro hay un escarabajo
que se abre
pero no
es pura piel
entumecida no esconde
ningún corazón roto.
Soy el árbol al borde del río
la vibración de una palabra hueca.
Soy el extranjero que perdió el rumbo
no hay terreno para lo imposible.
Soy ceniza sacudiéndose al alba
polvo que cubre
cada mañana
lo que queda del tiempo.
Soy suspiro frisado en el interior
de un barco olvidado en altamar.
No, no digas tierra.
Me fui de la noche
insumisa
y ahora me escondo afuera.
Como un gallo sin cabeza
bailo
al borde de la carne.
Balbuceo tu nombre en penumbras.
Brrrr, bssss, crrrr
Brrrr, bssss, drrrr
Brrrr. bssss, frrrr
No habrá
columna de aire
que nos salve.
Una cuna de fuego no
una cuna de agua hirviendo
donde mecer el desarraigo
donde acunar
la noche insobornable
no con el canto del sol
no con el de la carne
no una cuna de fuego
una cuna de agua hirviendo
donde arrojar el deseo
reducirlo a imperceptible vapor
rocío, acaso nada.
El perdón es la fatiga de los dioses.
Y la carne al fuego se asa, pedazo de animal.
No le creas a la luz, miente.
Amplia geometría
la de ser
águila.
Amplia geometría
la de ser
roble.
Entre sus manos una niña sostiene
todas las ramitas del bosque.
Permanece inmóvil tras la bruma.
No habrá fuego fatuo flotando
ni rayo fatal, ni perdón.
Soy
lo que olvidaba ser.
No, no digas agua.
*(Buenos Aires-Argentina). Licenciada y profesora en Letras en la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Escribe poesía, literatura infantil, y se dedica también al teatro. Es cofundadora del portal Evaristo cultural y, fundadora, junto a Damián Vives, de Evaristo Editorial, que actualmente dirige. Obtuvo el concurso de dramaturgia de Teatro x la identidad (2007) y recibió la Beca a la Creación del Fondo Nacional de las Artes (2019) por el proyecto Poéticas de la percepción. Entrevistas sobre poesía. Ha colaborado en Revista Crítica de la Universidad Autónoma de Puebla (México), Agulha Revista de Cultura (Brasil), Hablar de Poesía (Argentina), Touroum Bouroum (Francia), entre otras. Es parte del equipo de Gestión y políticas culturales de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, donde coordina el Coliseo de Poesía. Ha publicado en poesía El desencanto (2021).