Por Sofía Sánchez*
Selección por Gian Pierre Codarlupo**
Crédito de la foto (izq.) archivo de la autora /
(der.) Sonámbulos Eds.
9 poemas de Las fieras subterráneas (2024),
de Sofía Sánchez
Una sola palabra de tus ojos
despertará la muerte que perdió tu mirada,
la muerte que circunda tu contorno de niebla,
la que habita detrás de cada párpado
en las cuencas de todas las preguntas
que anidaron las fieras subterráneas
Aurora Reyes
Te hablo para saber que existo
Desde esta perspectiva harto empírica y disfuncional,
casi horoscópica
de murciégalo de ciego,
te vengo adivinando,
te llamaré por tu nombre, Sofía
para que me escuches alto y clarito desde este enmudecido
rostro que es tu palabra, pendejamente herida,
obscuramente rota
como un incendio atroz
como un rastro sin camino
como un momento sin tiempo
una colección de nada
una antología sin textos
un cielo sin máscara
un cuerpo sin saliva
un ordenador megalómano
tu cuerpecito de uva
ojitos de aceituna
color mugre
color basurita en el ojo
color bisonte descarado
color Espacio sin Juan Ramón
color estrella sin vergüenza
color Azul Rubén Darío
esquina con Huidobro
trescientos grados sur de Papasquiaro
con pisquitas de Eunice Odio
y tres tantos de Mara Larrosa
una gallina-Lispector
un fantasma de cronopios
cuatro cuartos ciegos sin Saramago
un tigre esfínter Borgiano,
y me sale oro alquímico de las orejas
un reloj-Dalí desesperado
me sale un morado de graffiti Janis Joplin
y un arbolito feliz a lo Bob Ross,
mientras el chavo del ocho sigue en su barril
y una torta de jamón infinita es devorada por La Maga ¿te imaginas?
con el chicharrón de Cái prensado como el de mi abuelita
y México se me confunde en mis sueños
y España me confunde en las realidades
que soy su hija predilegida…
presiento que toda palabrería debería ser cursi
todo silencio su secreto favorito
el hijo pródigo del mundo.
¿Y si te dijera, Sofía, que no importa nada?
Que en realidad estás aquí y no estás
Que en realidad no importa lo real
Que repetir cosas en objetos y repetir sílabas
no te salvará de nada
y eso era la salvación,
no era la palabra
todo apenas un rugido.
Y conversábamos para llegar a la muerte
en realidad la vida era solo eso
una conversación que alargábamos
según se desatara la curiosidad.
Y conversábamos para llegar a la vida
en realidad la muerte era eso
una plática que acortábamos
según nos agarrara la desesperación.
Me gustaría presagiarte una vida llena de tranquilidad
y te la adivino el día que tú quieras
pero no te puedo engañar
no se me da la gana hablarle esta vez
a nadie más que no seas tú.
Qué bonita la calle Caballito de mar
en la que caminaste el otro día con tu teórica y su perra conciencia
Qué bonita la mordida de K en tu seno derecho
su color púrpura de galaxia era la fascinación y luego
el pálido verde de su recuerdo desapareciendo
Qué bonita la puerta sangrada
por la que saliste del cuerpo de tu madre
a lado del mioma del tamaño de una toronja
Qué bonito era recordar a tu muso vivo, aunque ahora esté muerto
Qué míticas sus cejas de pandillero, su diente partido
de pelea callejera, su peyotito en la caja negra de tu adolescencia
Qué bonitas las piernas peludas de Agosto
su vergüenza ajena, su pasearse sudoroso y contemporáneo.
Todo cabe en un morralito de yute sabiéndolo acomodar
Todo cabe en un poema sabiéndolo fuga, el fracaso perfecto
Todo símbolo es címbalo que vuela a otro significado
y se va corriendo a nuevos lugares bisiestos.
EL AMOR ES SAGRADO,
LA VIDA SE ME ESCAPA
Sofía, tu miedo me espanta
de noche, cuando el desfile de tus muertos
cuando las letras salen a morder
una costilla, la culpa, el autoexilio.
Llevas tu soledad tan a cuestas
que es una multitud ensordecedora
Llevas tu soledad como un llavero
que olvidó su humanidad llave-dorada
para abrir todas las puertas del dolor
Estás perdida como Altazor
te ves vivir, y no sabes
te ves vivir, y no te fundes
insistes en la ilusión de la separación
pero tu hermana te lo recuerda siempre:
EL UNIVERSO DESAPARECIÓ
HACE MILLONES DE AÑOS
Y algo en tu interior se solaza,
es tu naturaleza có(s)mica que lo sabe
que se ríe por dentro de existir
que llora por costumbre de la especie.
Hubo un tiempo en que representaste la especie
Hubo un tiempo en que representaste la naturaleza
Hubo un tiempo en que fuiste Zaratustra como Nothomb
en que tu nombre te dictaba su sabiduría
en que te recordabas tu edad terrenal para no perderte.
Pero hoy elijes la totalidad de fundirte
la libertad total de tu sin nombre
la libertad total de tu sin tiempo
hoy elijes la paz.
Te hablo para saber que sigues ahí,
aún, al fondo del frágil vaso de agua
a pesar de su muerte sin fin.
Te hablo para saber que me escuchas,
para saber si aún tienes cosas que decir.
Te hablo para saber que existo.
SEGUIMOS FURIOSOS en las ciudades
galopando poemas como la sacerdotisa punk
soñando un acorde de The Mars Volta
pidiendo permiso o perdón a la Tierra
por ir improvisando conciertos utópicos
caminando como The revenant
o arrastrándonos dentro de un caballo
para dormir entre vísceras animales
calientes o callados
muertos o renacidos.
SEGUIMOS FURIOSOS en las ciudades
que no saben tu nombre pero lo intuyen
de todas las personas que fuiste
que no recuerdo
que me he inventado
furiosos de ira fundamental
rayados con tinta de asombro
seguiremos caminando mientras
algo como la conciencia, la música
o el amor persista.
SEGUIMOS FURIOSOS en las ciudades
con sus tiranos de papel
sus instituciones pútridas
sus toscos engranajes burocráticos
su sistémica inmundicia
en contra de la corrupción
y la destrucción del sueño
de vivir en paz, con salud y justicia,
dile tus planes otra vez a Dios
te lo aseguro, nada será igual a la última vez.
SEGUIMOS FURIOSOS en las ciudades
rompiendo paraguas suicidas
que no entienden razones
para tu partida inolvidable,
se me petrifican los brazos
por la noche de imaginar
impactada tu última visión
del horizonte espectacular de tu tristeza,
lamento tanto, querido amigo,
no haberte sostenido los pies con mis poemas.
Peor se está bajo tierra
La humanidad entera para mí es una anécdota
Mario Parra Cachada
¿Qué le debía yo a la vida?
En alguna sosegada mesa de mí misma
en la matriz de mi torrente
en el principio de mi divinidad
en la causa de todos mis fracasos
a la orilla de las estructuras más poéticas
del colmo de mis privilegios
me ridiculiza pensar en mi pesadumbre
la vastedad de mi rostro inacabado
como todos los rostros llenos
de vida, de muerte, de la gracia de algún amor
que se les escapó de entre los dedos
que no supieron cuándo ni cómo ni por qué.
Esperaba al poema como se espera que no mueran
nuestros padres y madres y abuelos y abuelas, nunca
Esperaba al poema al filo de la muerte
de mi rebelde sin causa, su sonrisa, sus colmillos rotos
Esperaba al poema como se espera la boda, la mortaja, el cielo
Esperaba al poema con mi guadaña
infecta de pusilánimes reflexiones ahogadas
junto al desierto de mi propia extranjería
silenciosa, cósmica, del alma.
En la Patagonia de mi ser sagrado
la mirada poco decepcionada de un hombre
que me ha dicho que me vio
y yo ni lo recordaba
no perdonaría mi soberbia ceguera
como un Dios histórico
no perdonaba mis ínfulas de grandeza.
Padre-Madre-Nada
¿Por qué los has abandonado?
¿Por qué lo abandonaste en su arqueológica
tristeza, a mi hermano el hombre?
En la línea que se extiende del cuello a la mano de ese joven,
está la extensión de la historia, el ser humano es acaso la uña,
una anécdota en la amplitud del tiempo tirano.
¿Qué me debía la vida?
Si nadie nos debe nada. Apenas
despertamos, ebrios de la mesa del bar,
y el que nos trae la cuenta de nuestras
inventadas desdichas, lo sabe:
—La vida no te debe nada. Peor se está
bajo Tierra— me dice ecuménico, y yo
le pago lo que no tengo,
que a veces pierdo,
un poco de fe,
mi resto de gratitud, sus astillas.
La chamana de la Macarena
La cotidiana eternidad de la vida
Raoul Vaneigem
La vida es una imitación de sí misma
que derrite máscaras todos los días
a la hora del destino más prístino
como el ala de una infrarrealista,
el sueño es una imitación de una canción
de los Smiths, los Zafiros o Cocteau Twins
esta noche he abierto mis ojos definitivamente
y veo que pude ser una poeta o el Loco,
infatuada en su propio misterio,
la madrugada es totalmente Situacionista;
veo la fotografía de Debord
besando el párpado de Bernstein, mientras
ella sonríe todas sus teorías radicalísimas.
Mi único sueño era ser ambos al mismo tiempo
y para siempre, el sujeto que desea y el deseo.
And I’m not happy and I’m not sad
Pudimos haber sido amigos en infinita
discordia por no haber sido todo lo demás.
Salva tu vida, que yo salvaré la mía,
que yo la salvo todos los días,
cuando las manzanas se muerden solas
alérgicas a todos los discursos del Génesis.
He sido bautizada con el nombre de un barrio entero,
heredera de la magia de mis abuelas de barro,
mi sincrética relación con el mundo suena
a traer colgado del cuello el Amuleto de Bolaño,
juego a ser la madre de la poesía Latinoamericana
Auxilio, su pálido reflejo de alcantarilla,
me paseo imaginaria
por las calles de la Ciudad de México
de mis recuerdos,
el helado de limón y un huarache de frijoles,
con harto aceite y smog.
Al mismo tiempo veo salir
cada madruga’ una Esperanza Macarena
que me obnubila el sentido
y un áncora se me incrusta en el plexo.
Traigo la daga en el pecho de todas
las dolorosas, mis amigas, su precariedad.
Mis queridos amigos, mis hermanos
con la desesperación laboral a cuestas,
pero con doctorado.
And I’m not happy and I’m not sad
Salva tu vida, solo tienes una
canta Morrissey en un eco ochentero
de eterna generación de la rebeldía.
Mientras la vida vuelve a ser este caldo
este muro, un poema, la fuga,
y yo vuelvo a ser una niña
que está aprendiendo a hablar.
*(México, 1992). Poeta, cantora y editora mexicana. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UASLP, magíster en Escritura Creativa por la Universidad de Sevilla (España) y doctoranda en Comunicación por la Universidad de Sevilla (España). Obtuvo el Premio Estatal de Periodismo de San Luis Potosí, el Premio de Poesía Luis Cernuda. Creadora del fanzine de literatura y artes Punto Muerto (2014) y fundadora de Editorial Torbellino. Ha publicado en poesía poemas de un monstruo o una rosa (2013); Los astros (2018); Bisontes de luz (2019) y Las fieras subterráneas (2024); y en teatro Arrodillarse en la boca crispada de las hadas (2020) y Áncora y La estampida del silencio (2021).
**(Perú, 1997). Poeta. Obtuvo el Primer Premio en el II Concurso Nacional de Cuento y Poesía Huauco de Oro (Perú). Se adjudicó la beca “Atelier Poético. Residencias virtuales en movimiento”, por parte de la OEI y, recientemente, la beca “La cocina como laboratorio para jóvenes poetas” del Festival Internacional de Poesía de Rosario (Argentina). Ha publicado en poesía Caída de un pájaro en el mar (2018).