Por José Antonio Pérez-Robleda*
Crédito de la foto el autor
7 poemas inéditos
de José Antonio Pérez-Robleda
El caballo del malo
FUNDIDO EN NEGRO.
Prólogo
FUNDIDO EN NEGRO.
Suena música de Morricone. SILBIDOS.
Un caballo trota por el desierto.
No hay disparos,
solo un cierto aroma a tierra
que entran ganas de atrapar
y llevarse a la nariz,
un cierto gusto a roca,
la belleza abrumadora
de una tierra baldía.
El caballo se aleja hacia el horizonte
con el aplomo de quien conoce su destino.
No tiene prisa.
Se sabe el caballo del malo.
Sigue sonando música de Morricone. SILBIDOS.
Aparecen los títulos.
FUNDIDO EN NEGRO.
A Kind Awareness: Fred’s Ranch
Por deseo de Dios, el hombre tiene el derecho de apropiarse
de cualquier acre de tierra improductivo
y, con ello, recae sobre él el deber
de hacerlo producir bienes para la humanidad.
Hume, II Tratado de la naturaleza humana.
Tenga cuidado,
esta tierra me pertenece.
Es mía
desde los álamos hasta el río
desde el valle hasta el acantilado.
Está abonada con mis muertos,
y por eso puedo hacer
que mi ganado paste sobre ella
por eso puedo sembrarla con mi sudor
y regarla con mi sangre.
Por eso puedo cercarla, horadarla,
mancillarla y violarla cuando quiera.
Tenga cuidado,
mi arma está deseosa
y, le aseguro, que no la cargó el diablo.
No de un paso más.
No me importa si viene de paso.
Se encuentra en propiedad privada:
este pedazo de tierra
ha sido de mi familia desde siempre
cuando llegó el ferrocarril
nuestro derecho ya era antiguo
cuando llegó la diligencia
nuestro apellido ya era famoso
cuando llegaron los gringos
ya estábamos aquí
cuando se fueron los mexicanos
permanecimos aquí
cuando echaron a los españoles
celebramos desde aquí
[…]
llegamos con los misioneros
[…]
solo nos antecedió el salvaje.
Pero, ellos no poseían la tierra,
era peligroso,
por eso tuvimos que matarlos.
Como pretendo matarlo a Ud.
si da otro paso adelante.
FUNDIDO EN NEGRO.
Intermedio II
FUNDIDO EN NEGRO.
Paisaje baldío.
Desierto rocoso.
Barrido de cámara a la derecha.
La cámara se detiene.
El caballo ocupa la parte derecha de la escena.
Sonido de cascos de caballo.
Por la izquierda entra otro caballo.
No lleva silla.
Es un caballo salvaje.
Quedan frente a frente ocupando toda la escena.
Abren y cierran las fosas nasales.
Se reconocen.
Abarruntan la despedida.
Y el recuento.
Allí mismo.
Donde el caballo volvió a ser salvaje
y se reencontró con el hombre
y revivió su historia
y volvió a perecer
en ambos bandos.
Sonido de cascos de caballo.
El caballo salvaje sale de escena por la izquierda.
El caballo del malo avanza dos pasos.
Se queda en el centro de la escena.
Escarba el suelo,
sin prisa.
FUNDIDO EN NEGRO.
V
La roca
no teme que se le escape el instante
mientras ella mira hacia dentro
afuera todo muere
por eso es dura y maciza
y no alberga
lugar para la ausencia.
VI
La memoria de las rocas
está hecha de hendiduras,
la roca lisa no recuerda
qué derroteros le dieron esa forma.
Su interés se resume a sí misma
porque en su mundo todo cuadra.
Pero, una grieta llega
a descolocar ese mundo:
por la grieta se escurren lentamente
algunos quizás
cuatro o cinco puede
un después
un antes
y demasiados hubiera.
FUNDIDO EN NEGRO.
Epílogo
FUNDIDO EN NEGRO.
Suena música de Morricone: MÁS SILBIDOS.
Se adivina un caballo en el horizonte.
La música alcanza su clímax.
Escarba.
Se detiene a comer una brizna de hierba.
No tiene prisa.
El caballo del malo sabe que su destino
es ser siempre alcanzado.
FUNDIDO EN NEGRO.
FIN
Sigue sonando música de Morricone.
Títulos de crédito.
FUNDIDO EN NEGRO.
(de El caballo del malo, inédito)
Tengo un nombre
no lo diré, por supuesto.
tengo reputación
un trabajo que me gusta
y cuatro camisas a medida
con mis iniciales en el puño.
tengo tres blazers
que siempre
uso con vaqueros,
tengo una tarjeta oro
un club exclusivo
y un scotch con más años que yo.
tengo un futuro por delante,
aún soy joven.
voy a comprar un apartamento
a alquilarlo
a invertir en otro apartamento
aún más grande.
Voy a tener un hijo
que jugará con el perro
e irá a la universidad
graciasalfondodeahorrodeinterésasegurado.
voy a tener otro hijo,
que también irá a la universidad.
Pero hoy,
estoy en un sillón
solo
delante de la tele
tratando de ignorar que hay algo podrido ahí fuera.
algo a juego con mis camisas a medida,
con mis inversiones inmobiliarias,
con mis vaqueros de newbissnesmen.
El perro me mira,
me ve calculando los dólares que necesitaré
Para estar entretenido otro par de horas.
Solo él conoce mi rabia,
a él no puedo engañarlo,
Pero ninguno sabe muy bien de dónde sale
Ni contra qué dirigirla.
Es domingo en el refugio
de animales rescatados,
una niña con caireles
llega a elegir un juguete.
Nosotros
estiramos las patas
ponemos derechitas las orejas
y movemos amistosamente la cola
dentro de nuestras jaulas
De repente,
Suena una alarma
o la niña de los caireles se
acerca al perro equivocado
y comienza el caos:
Un perro comienza a ladrar
Otro da giros en su jaula
Otro tiembla en un rincón
Otro muerde los barrotes
y otro escarba el suelo de metal
hasta sangrar por las patas.
Cada quien tiene su trauma.
La niña se va sin su juguete
y el cuidador calma a los perros
En el coche, la niña ha decidido
que quiere un videojuego
No sabe,
que ahí fuera,
También estiramos las orejas
y movemos la cola
y nos perfumamos
y entregamos tarjetas de visita
llenas de ficciones
Que también hay alarmas
y gritos
y disparos
y expectativas defraudadas
y gente a la que no conviene
acercarse demasiado.
Cada quien está dañado a su manera.
Sólo que no hay jaulas
y el cuidador
es quien lanza
el primer
el primero que muerde.
(de La yugular es el camino más directo al corazón, inédito)
*(Sevilla-España, 1980). Poeta y educador. Nacido en España y mexicano de adopción Filosofo por la Universidad de Sevilla (España). Obtuvo el Premio AMCO (Asociación Mexicana de Comunicadores Organizacionales AMCO, 2012). Es fundador de la video revista el noticiero de poesía. Ha publicado en poesía Mitología íntima (2015) y participado en L. A. (2016) y en el libro colectivo El Fakir Confinado (2020).