Por Víctor Ruiz*
Crédito de la foto Ed. Vitruvio
7 poemas de Viaje hacia los signos (2022),
de Víctor Ruiz
Siempre desvela
tu palabra en la hoja
la mano que arde.
La palabra se ofrece
como fruto recién cortado.
Hoy sabrás deslizarte por sus signos.
El fruto que se esconde tras las hierbas nocturnas
nos libera del peso del milenio
y no de la belleza de un instante.
¿Es ésta la respuesta que daremos
cuando estemos delante del Vigía?
Y la pregunta:
¿recuerdas ese fruto mordido sin paciencia?
Morder cada palabra –me dijiste –
es no morder en vano.
Lamer su pulpa acaso
como la realidad y sus paredes.
Lamer cualquier instante
como el fruto elegido de las ramas más altas.
Lamer
hasta llegar a tu fruto de sangre:
tu corazón está escondido
en el envés de las palabras.
Cesen los sacrificios.
El otro,
el otro ya es sagrado.
El diamante se expande
mientras viajamos
por la red que sostiene el horizonte.
¿Es tu palabra
un diamante atrapado, quieto,
dentro del sueño móvil de la luz?
La luz es un diamante que se extingue.
Tu palabra es un nudo del espacio.
La luz es un diamante
y para sostenerse la celebra.
También la cerca,
fruta robada al árbol del instinto.
Y la luz la contiene
para hundirla en su sueño.
Para abrasar su carne ciega.
Emprendo el viaje
cuando las dunas de la luz regresan
a fecundar las dunas de los ojos.
En el extravío
volvemos al origen de los nudos
deshechos.
Volvemos a la luz que nos abrasa,
más allá de los dioses,
y nos lleva al desierto fiel del aire.
Volvemos a los nombres que se extinguen,
volvemos al nombre del otro.
Entonces nuestra estancia quedará
sin ángulos, sin nombres, sin senderos.
Emprendo el viaje.
Todo mirar es ciego.
Ya no hay más fuegos
sobre los horizontes.
Las cuerdas que traían nuestros cuerpos
hasta la orilla,
ahora traen sombras.
Vuela hacia dentro.
No sabemos el peso
de nuestras sombras.
Ni tampoco la senda
hacia la superficie.
¿Será ligera
para un pájaro herido
tu mano abierta?
*(Tenerife-España, 1971). Poeta. Licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad de La Laguna (España). Se desempeña como profesor de dicha materia en institutos de secundaria. Fue parte del consejo de dirección del pliego de literatura Paradiso. En el año 1994 parte de la obra realizada hasta entonces fue recogida por Andrés Sánchez Robayna en la antología Paradiso. Siete Poetas. Ha colaborado con el artista plástico Jesús Hernández Verano para su exposición Affatus. Ha publicado en poesía Luminarias (2003), Urnas de la vigilia (2015) y Viaje hacia los signos (2022).