Por Michele Gangale*
Traducción al español por Chiara De Luca
Crédito de la foto Ed. Kolibris Ed.
7 poemas de Travesías (2019),
de Michele Gangale
En el burgo antiguo
El viento golpeaba las puertas cerradas,
entraba en las casas de los pobres,
apagaba la lámpara.
La tarde llegaba temprano
y nubes paradas llevaban el silencio.
La guitarra abandonada en un rincón,
el maestro había cerrado el negocio;
ya no resonaban
por los callejones del burgo antiguo,
las palabras del amor y de la suerte.
La Bella Morea era un sueño escapado,
y la cena
era un pedazo de pan y dos aceitunas.
Acompaña mis días
La palumba la ha acompañado,
su viaje terrenal ha acabado.
Pero la mirada de nuna Caterina
todavía acompaña mis días,
se dirige al niño que fui
se hace memoria y sendero.
(2012)
Emigrantes
El rostro doblado,
ha vuelto al país ancestral
el cuerpo sin vida del nómada.
Ha llevado el dolor
en la joven novia,
en el otro hermano regresado.
(1969)
Prófugos
A veinte años
Nasir llevaba un fardo.
Dejaba una tierra lejana.
El miedo conducía sus pasos.
En el silencio del alba
atravesaba fronteras,
se escondía a cada señal,
a cada presencia del vigía.
Duermen por allí los niños
un sueño ligero
en la tierra lejana,
juegan y se esconden entre los barrancos.
Llegó a Italia Nasir
ajeno de su nueva suerte;
llevaba consigo
las palabras de la lengua pashtun.
Tuvo a amigos Nasir
en esa tierra lejana.
De los países vecinos
que habían partido como él.
Mudo en las ciudades nuevas,
cada tarde un susurro:
se despertaban
las imágenes de un pasado breve,
con los niños y la mujer joven, y los hermanos,
quedados allí,
entre esas calles de polvo
a vivir una espera vana.
(2014)
Salidas
1
La vida pasó de prisa por Demetrio.
No sé cuándo vuelva a encontrarlo
– las largas distancias oscurecen las calles.
Fue un gran trabajador de la tierra, Demetrio.
Volvía cabalgando un burro la tarde,
las manos grandes descargaban los bolsos con la uva,
descargaban la leña,
que por la tarde alimentaba el fuego.
La mirada de Demetrio, ni triste ni encantado,
se iluminaba
cuando alguien pasaba
a su casa a saludarlo.
Demetrio entregaba el vino y el pan al huésped,
y conversaba, y se sorprendía
cuando escuchaba
las historias nuevas de las ciudades lejanas.
Eran pobres,
Demetrio y su familia.
El trabajo de la tierra hasta hartarse;
la casa casi era un catoio;
pero las manos
entregaban cada vez el vino y el pan
al huésped fugaz.
2
Un día también Demetrio partió,
hacia las obras de las ciudades, en Alemania.
Trabajaba por largas horas,
y por la tarde regresaba a barraca con los paisanos.
Pero las pesadillas lo despertaban de noche:
volvía a ver el rostro de la madre oscura,
y recorría las calles del regreso.
No sabía aceptar la nueva suerte:
durante demasiado tiempo había vivido
con la tierra, con el burro.
Él también buscaba un futuro, en Alemania,
como los otros emigrantes calabreses,
como los hombres y las mujeres
partidos de Yugoslavia o de Turquía.
Buscaba una casa, buscaba un futuro,
pero el ánimo
quedaba vuelto hacia el pasado,
hacia los rostros que lo sorprendían en sueños,
hacia las retamas floridas sobre los barrancos.
3
Ahora ha envejecido Demetrio,
tiemblan sus manos grandes;
la mirada observa pensativa
pasar por la calle los jóvenes emigrantes
recién llegados,
al pueblo desde tierras lejanas,
con el vuelo de las primeras golondrinas de mayo.
Recuerda su salida Demetrio,
y piensa en su difícil suerte.
(2011)
En recuerdo del querido amigo Antonio
Sorprendido por la oscuridad
Sorprendido por la oscuridad
perdía el camino de regreso,
se precipitaba en el valle,
y tras el seto
el rostro herido doblaba.
Lo acogía bajo sus alas
un ángel negro que pasaba
por esos campos desiertos.
(2013)
Nadie te veía
A Federica Sciarelli
Pronto vuelve el marinero a Trieste.
Lo han buscado cada día,
el barco atracará a las Riberas,
el faro
acompañará su regreso.
Vuelve, escapado
a los golpes de los piratas en los mares lejanos.
Incluso tú has sido prisionero,
pero nadie
te ha arrancado de las zarzas,
de los animales de la noche.
Tu mirada adolorida demoraba
antes de dejar la vida,
pero nadie recorría
los campos de Creta en agosto,
nadie te veía.
(2011)
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(poemas en su idioma original, italiano)
7 poesie da Attraversamenti (2019),
da Michele Gangale
Nel borgo antico
Sulle porte chiuse il vento batteva,
entrava nelle case dei poveri,
la lumera spegneva.
La sera giungeva anzitempo
e nuvole ferme portavano il silenzio.
La chitarra abbandonata in un angolo,
il mastro aveva chiuso la bottega;
non risuonavano più,
per i vicoli del borgo antico,
le parole dell’amore e del destino.
La Bella Morea era un sogno sfuggito,
e la cena
era un tozzo di pane e due olive.
Accompagna i miei giorni
La palumba l’ha accompagnata,
il suo viaggio terreno è finito.
Ma lo sguardo di nuna Caterina
accompagna ancora i miei giorni,
si rivolge al bambino che ero
si fa memoria e sentiero.
(2012)
Migranti
Il volto piegato,
è tornato al paese avito
il corpo senza vita del migrante.
Ha portato il dolore
nella giovane sposa,
nell’altro fratello tornato.
(1969)
Profughi
A vent’anni
portava un fardello Nasir.
Lasciava una terra lontana.
La paura guidava i suoi passi.
Nel silenzio dell’alba
attraversava frontiere,
si nascondeva a ogni segno,
a ogni presenza di guardiano.
Dormono laggiù i bambini
un sonno leggero
nella terra lontana,
giocano e si nascondono tra le forre.
Raggiungeva l’Italia Nasir
ignaro del nuovo destino;
portava con sé
le parole della lingua pashtun.
Aveva amici Nasir
in quella terra lontana.
Dai paesi vicini
erano partiti come lui.
Muto nelle città nuove,
ogni sera un sussulto:
si svegliavano
le immagini di un passato breve,
coi bambini e la giovane donna,e i fratelli,
rimasti laggiù,
tra quelle strade di polvere
a vivere un’attesa vana.
(2014)
Partenze
1
La vita è trascorsa in fretta per Demetrio.
Non so quando tornerò a trovarlo
– le lunghe distanze oscurano le strade.
Era stato un faticatore della terra, Demetrio.
Tornava in groppa all’asino la sera,
le mani grandi scaricavano le sporte con l’uva,
scaricavano la legna,
che di sera alimentava il fuoco.
Lo sguardo di Demetrio, né triste né lieto,
si illuminava
quando qualcuno passava
da casa a salutarlo.
Demetrio porgeva il vino e il pane all’ospite,
e conversava, e si sorprendeva
quando ascoltava
le storie nuove delle città lontane.
Erano poveri,
Demetrio e la sua famiglia.
Il lavoro della terra per sfamarsi;
la casa era quasi un catoio;
ma le mani
porgevano ogni volta il vino e il pane
all’ospite fugace.
2
Un giorno anche Demetrio partì,
verso i cantieri delle città, in Germania.
Lavorava per lunghe ore,
e la sera rientrava in baracca coi paesani.
Ma gli incubi lo svegliavano di notte:
rivedeva il volto della madre scura,
e percorreva le strade del ritorno.
Non sapeva accettare il nuovo destino:
troppo a lungo era vissuto
con la terra, con l’asino.
Cercava un futuro anche lui, in Germania,
come gli altri emigranti calabresi,
come gli uomini e le donne
partite dalla Jugoslavia o dalla Turchia.
Cercava una casa, cercava un futuro,
ma l’animo
restava rivolto al passato,
ai volti che lo sorprendevano nei sogni,
alle ginestre fiorite sui burroni.
3
Ora è invecchiato Demetrio,
tremano le sue mani grandi;
lo sguardo osserva pensoso
passare per strada i nuovi venuti,
giovani migranti,
giunti in paese da terre lontane,
col volo delle prime rondini a maggio.
Si ricorda della sua partenza Demetrio,
e pensa al loro difficile destino.
(2011)
In ricordo del caro amico Antonio
Sorpreso dal buio
Sorpreso dal buio
smarriva la strada del ritorno,
precipitava nella valle,
e dietro la siepe
il volto ferito piegava.
Lo accoglieva sotto le sue ali
un angelo nero che passava
per quelle campagne deserte.
(2013)
Nessuno ti vedeva
A Federica Sciarelli
Presto ritorna il marinaio a Trieste.
Lo hanno cercato ogni giorno,
La nave approderà sulle Rive,
il faro
accompagnerà il suo ritorno.
Ritorna, scampato
ai colpi dei pirati nei mari lontani.
Tu pure sei stato prigioniero,
ma nessuno
ti ha strappato ai rovi,
agli animali della notte.
Il tuo sguardo dolente ha indugiato
prima di lasciare la vita,
ma nessuno percorreva
le campagne di creta in agosto,
nessuno ti vedeva.
(2011)
*(Calabria-Italia). Poeta. Estudió Literatura en Bari y se especializó en Filología moderna en Padua (Italia). Vive en Duino Aurisina, dónde ha sido cofundador y presidente de la asociación cultural “Circolo 1991 – Krozek 1991”, nacida para poner en contacto las nu-merosas sensibilidades culturales del territorio. Se ha desempeñado como docente de literatura italiana y latina en colegios. Fue coeditor de Raccontare il confine – Pripove-dovati o meji para el programa de Iniciativa Comunitaria Interreg III Italia-Eslovenia, 2000-2006. En la actualidad, enseña en la escuela de lengua italiana para migrantes Penny Wirton.
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