Vallejo & Co. presenta una selección de poemas del libro Señas particulares y cicatrices (2015), publicado por la guatemalteca Vania Vargas. La autora es, además de poeta, narradora.
Sobre este libro, el editor Luis Méndez comenta:
“Cada imagen de este libro, cada palabra y cada poema es una señal del vacío que asoma desde el centro de una voz que intuye un desenlace. En su escritura, Vania Vargas vuelca su memoria, su anhelo y su perpetua búsqueda; da cuenta –con desgarradora autenticidad– de una vida, sus hallazgos y sus pérdidas. Este libro es luminoso testimonio de un naufragio inevitable, biografía del deseo y la imposibilidad, botella echada al mar del milagro poético. Desde los más profundos recintos interiores, Vania extiende el reflejo de nuestra soledad y nuestro miedo. Sus palabras son retratos, los trazos en la palma de su mano nos definen. Son nuestras cicatrices. Nuestras señas particulares”.
Por: Vania Vargas*
Selección de poemas: Mario Pera
Crédito de la foto: Izq. www.contrapoder.com.gt
Der. © Catafixia editorial
7 poemas de Señas particulares y cicatrices (2015),
de Vania Vargas
Encender la luz
poner sobre la mesa
todo lo que traje
es una rutina
Escarbarme los bolsillos
sacar con cuidado las horas
para que no vuelen
y escogerlas
tocarlas / una por una / lanzarlas
con la punta de los dedos
hacia la palma de mi mano
y dejar encima sólo
los momentos más importantes
La mesa es un día plano y oscuro
y los puntos que quedaron sobre ella
espejos en miniatura
que hacen guiños desde su pequeñez
Ver cómo los observa / divertido
es una rutina
mejor dicho: imaginarlo y reír
con la que seguramente habría sido su risa
ante los instantes que me salvan los días
La única lección vital
que he aprendido
durante estos años
en los que insisto
en armar su imagen
para que quien la lea
lo nombre
para que quien lo imagine
le dé vida
Ahora es tu turno
se llamaba Alejandro
era mi hijo
y de vez en cuando
sale a jugar
desde mi olvido
La mujer compra flores cuando va camino a casa
y recorre con ellas las calles nocturnas
Mira los ojos que la miran
imagina las historias que le inventan
una abuela enferma
una declaración de amor
un poco de fe / una devoción
Y así transita medio camino
mudando de vidas y posibilidades
mientras los autos pasan a su lado
y ella le pisa los talones a su silueta
que se adelanta por banquetas anaranjadas
silueta de mujer sola
con ramo de flores en la mano
Entonces llega a casa sonriente
con sus flores y sus historias
y siente que su abuela mejoró
que sus oraciones serán respondidas
que alguien la ama
Enciende las luces / prepara el florero
lo observa un momento
y mientras termina la noche
enciende el televisor
Yo la observo de reojo
cuando paso frente a su ventana
El reflejo azul intermitente de la TV
lanza contra la pared su silueta temblorosa
silueta de mujer sola con florero
ha de esperar a alguien / imagino
mientras cierro mi puerta
Y como si ella intuyera mis pensamientos
apaga el televisor
se encierra en su cuarto con una nueva historia
y sonríe
como si esa noche alguien no tardara en llegar
Finalmente llega el día en que uno abre los ojos y decide
que no va a dejarse dominar por la tristeza
Entonces con un esfuerzo imperceptible
que bien podría venir de la voluntad que se creía muerta
levanta la cara / se arregla el pelo / se mantiene erguido
Mira a los ojos de la gente / dice buenos días / cómo le va
logra responder / bien / con la voz serena
Escucha con atención / interactúa
como si le hubiera vuelto al cuerpo el soplo de humanidad perdida
y es hasta que retoma el silencio cuando logra sentir
cómo la tristeza / que no se ha ido
lo mantiene con suavidad sobre sus rodillas
Logra distinguir cómo es ella la que / apenas detrás
habla / con su voz / sin mover los labios
como un ventrílocuo perfecto
No pesa de más la tristeza como para salir un día
empacar algunas cosas / acomodarla
y agarrar camino
Dejar de resistirse a la tentación de detenerse
en un kilómetro cualquiera
invitarla a que descienda / recorra la orilla
baje a curiosear por los barrancos
y dar la vuelta / acelerar
perderla de vista
Imaginarla confundiendo el rastro
vagando durante días en mi búsqueda
Sé que algunas noches / antes de apagar la luz
seguramente me daría por recordar
su fidelidad / su mirada mansa
Y que el día que abra los ojos y no piense más en ella
estaría allí / del otro lado de la puerta
flaca / hambrienta
y no podría evitar abrazarla con la alegría
de los que se ven a los ojos
y saben que se pertenecen
No pesa de más la tristeza
Dentro de un momento lloverá sólo debajo de los árboles
las gotas sobre los charcos serán
una lenta cuenta regresiva hacia el vacío
en donde nacen / ascienden y explotan los ecos
que nos golpean por la espalda
Una fuerza que me sale de adentro se suelta de mi mano
sale corriendo
se parece a lo que apenas recuerdo de mí
Después del aguacero brincará sobre los ojos del abismo
con saltos infantiles
asomará a su filo la punta del zapato
nos hincaremos en el lodo
nos asomaremos a ellos para encontrar sólo nuestro rostro
¿Dónde está el abismo?
preguntará
Y luego de un momento se encontrará con sus ojos
descubrirá la oscuridad y el vacío
se quedará en silencio
Pero ahora sólo veo cómo corre a refugiarse
cómo empuja las puertas como si le pertenecieran
y detrás de las ventanas sucias
asoma su rostro de niña
se tapa los oídos
cierra los ojos ante la advertencia del rayo
y se queda viendo cómo llueve
sobre un camino que nadie transita
cómo llueve sobre este pueblo abandonado
Pueblo por agrupación de casas separadas por años
que aquí son pasos y develan
que se ha avanzado poco
a fuerza de volver como dementes
sobre los mismos sueños
hoy ruinas similares
de casas cada vez más pequeñas
espacios llenos de hierba muerta
esbozos apresurados de un jardín
que se lo tragó todo
y se convirtió en lo único que se asoma
por las ventanas grandes
siempre abiertas
Pueblo por deseo de apropiación
de asentamiento / de pertenencia
de gana de ver el camino como parte del paisaje
como esa línea que se pierde en la nada
ese hilo que teníamos que seguir para escapar
del que teníamos que aferrarnos para
no morir ahogados
pueblo porque estábamos condenados a abandonarlo
y no lo sabíamos
pueblo porque nos condena siempre a regresar
Soy de esas ruinas / las arrastro conmigo
por eso hay días que avanzo lento
como si me costara
y veo por las ventanillas hacia la ciudad
como si fuera extranjera
No es de aquí
Pensarán
Cuando en realidad miro hacia dentro
hacia mi propio fondo
con el asombro de quien perdió el rumbo
y descubre que va dejando tras de sí
los remedos mutilados de sus Tierras Prometidas
De la nada surgen caminos que dan a la nada
los crean nuestros pasos sin rumbo
el ir y venir en el mismo lugar
el impulso colérico / la decisión de ir un poco más lejos esta vez
un poco más atrás
como si olvidáramos que venimos del vacío
Abro un nuevo surco con mi pie en el polvo
y frente a la puerta más cercana ella me remeda
espera el contacto con mis ojos
sale corriendo / me toma de la mano
me invita a caminar
La veo a mi lado
es como mi sombra más allá de medio día
somos lo mismo
caminando sin prisa en un tiempo muerto
en un lugar sin tiempo
Me busca la mirada y sonríe como quien disfruta el juego
Caminar entre ruinas / esconderse
hablar con los gatos que custodian los escombros es un juego
y no lo he aprendido / Isabel
le digo con los ojos
no he aprendido el juego donde sonríen los vencidos
Así / exactamente / es como se construyen
los pueblos fantasmas
le digo con la fuerza con que acomodo su mano entre mi mano
andando y desandando nos convertimos en su principio
algún día nos convertiremos en su final
seremos sólo ruinas bajo tierra
escombros en cajitas de madera para arqueólogos que no existen
seres imaginados que no sabrán inventarle historias a la ceniza
y la llamarán polvo e ignorarán que marcamos una Era hacia la nada
una Era que no verás porque estarás siempre aquí
le digo con los dientes apretados
Somos parte de una historia que nadie recordará
llena de batallas que duraron años y victorias de cinco segundos
donde fuimos héroes y enemigos que jugaron a matarse
a cambiar de bando / a poner su fe en cosas en las que nadie más creyó
y luego acumularon para el olvido
hojas con la crónica de sus derrotas
que ese también es un oficio / le digo
mientras veo que camina / se tropieza y sonríe con timidez
un reflejo con el que me voy transfigurando
en la medida que llego al punto del camino
donde hacia adelante sólo espera la nada
esa dimensión donde yo me vuelvo real
y ella se convierte en el fantasma
Ella ha dejado de llorar
está acostada
tiene los ojos abiertos
observa la manera en la que el aire
juega con la cortina cerrada
la recorre / la altera
la convierte en agua agitada
Entonces imagina que camina
que se asoma a su orilla
abre sus pliegues acuáticos
con la punta del pie
y se sumerge poco a poco
en su oscuridad profunda
en su noche sin fondo
Cierra los ojos
respira profundo
se hunde
Su sueño
es reencarnación