Por Andrés Urzúa de la Sotta*
Crédito de la foto (izq.) Ed. Libros del Pez Espiral /
(der.) el autor
7 poemas de Polvo de ladrillo (2019),
de Andrés Urzúa de la Sotta
a la memoria del Club de Tenis de Limache
Toma 1
Las gallinas se acercan
a la pelota, picotean los vellos
cubiertos de arcilla.
Han aprendido a reemplazar
el maíz por el sabor del fieltro.
En vez de hidratos de carbono
ingieren fibra sintética: abono
para sus crestas de hule
que fosforescen al amanecer.
MIGUEL ÓRDENES
La pelota de tenis que está
en la repisa de mi cuarto
la encontré el 17 de febrero
de 1986, en la tragedia
de Queronque. Nunca supe
su procedencia.
Estaba sobre la línea ferroviaria
entre los rieles que destellaban
en la oscuridad.
Algunas noches, antes de dormir,
imagino el movimiento de la pelota
en el vagón, su fulgor amarillo
segundos antes de la tragedia
el rostro de un niño con la pelota
entre las manos
encandilado por la inminencia
de la muerte.
ROSA VERA
Ahora que estoy
frente al sepulcro
te confieso: siempre
supe que el trofeo
que gané a los
nueve años
era bañado
en oro falso.
Nunca te lo dije
pero esa misma
tarde en que pintabas
el trofeo con spray
yo te miré por el
cerrojo de la puerta
y pensé que la victoria
era una cosa despreciable.
LORENA LÓPEZ
En esto consiste el frontón: en
golpear tu propia sombra contra
el muro —innumerables veces—
hasta que tu cuerpo comience
a sentir el dolor de la sombra.
Hasta que te conviertas
en esa sombra o en ese muro
y no sepas si estás golpeando la pelota
o si la pelota te está golpeando a ti.
ENRIQUE VERGARA
Cuando Chile ganó
la segunda medalla de oro
en los Juegos Olímpicos
de Atenas,
yo estaba en el Vivaldi
comiéndome un completo.
Mientras la gente celebraba
y sonaban las bocinas a lo lejos
yo seguía desparramado
en la fuente de soda
como el queso derretido
de una empanada.
MONSERRAT ARRIETA
Tenía un futuro esplendoroso.
Los triunfos se sucedían
como los árboles de la Avda.
Urmeneta. A los quince años
le gané al Chino Ríos
en mini tenis.
Un día, sin darme cuenta
vinieron los hijos.
Mi marido se instaló
con una tienda de deportes
que al poco tiempo quebró.
Cuando el Chino llegó al número uno
en el Abierto de Miami
yo estaba amamantando
a mis mellizos.
FRESIA ASTUDILLO
La cancha de tenis es una página en blanco. Los tenistas escriben sus golpes con precisión. Entrenan leyendo a sus adversarios y a sus predecesores. Escribir es aprender la exacta técnica del servicio. Es intentar un ace o un passing shoot, pero dejar siempre la pelota en la malla. Tu adversario lo sabe. Él también debió pasar días enteros entrenando, mascando el amargo sabor de la derrota. Pero nada de eso importa demasiado. No juegas para ganar, sino para aprender a persistir. Ese es el gran desafío. Pese a la imposibilidad de la victoria, insistir en el oficio de jugar. Insistir en el oficio de escribir.