Por Gaëlle Le Calvez*
Crédito de la foto (izq.) la autora /
(der.) Ed. Molinos de viento
7 poemas de Los emigrantes (2014),
de Gaëlle Le Calvez
Shopping
Comprar devorar el interior de los almacenes llevarse lo liso y lo rosa en los ojos ésta no es su talla no es para mí no es su talla es para él no está aquí pero no está lejos me pregunto si me piensa pensar no es la palabra mientras el vino nos recorre y en la mesa se discute sobre la pareja
¿qué pareja?
Se aman se casan son felices luego ya no son felices (tienen hijos) los hijos también tienen hijos (son felices) los padres cuidan a los hijos de sus hijos mientras los miro me sostengo en silencio ¿o es el silencio que me sostiene? Los hijos de los hijos crecen comen carne los padres cumplen con los deseos de los hijos mientras los miro toco mi vientre como si él tocara mi vientre (no es su talla no es para mí disculpe) en las rosas vitrinas el aliento se contiene
Las altas cúpulas respiran bajo la niebla
Las estaciones visten a las vitrinas si sólo llueve y no llueve ¿cuál es la diferencia? Quienes sólo pasan se detienen a veces para observarse a sí mismos su reflejo penetra y luego se diluye o simplemente desaparece
Comprar o ser comprado por un precio por capricho quien posee es quien dispone y reparte los contratos caducan luego ya nada tiene nombre y si los hijos tienen hijos ¿dónde está la pareja?
Cada semana vuelven los domingos la familia sale de compras o duerme (come carne) cada año los días festivos el día de la madre el día del padre y al final del año el año nuevo También suceden los cumpleaños y los sábados
La vitrina permanece en la oscuridad dos veces al día: los días festivos (después de las compras) y los domingos la noche y el día desfilan (en el restringido espacio los ojos se acostumbran a la noche)
Intercambio de mercancía compro usado liquidación total sin derecho a devolución (la ausencia de movimiento o el silencio se regalan) si no compra no mallugue
No se aceptan devoluciones.
Vista sobre Manhattan
En aquel pedazo de tierra
domina el paisaje
verde sirena madre fuego eterno
sus senos despiertos apuntan:
cielo infinito y agua entre las piernas
La única distancia es el río
*
No conozco su tumba no me hice piedra para acompañarte nunca je n ai jamais dit adieu no pude detener la marea entre nosotros diez mil kilómetros son el duelo la distancia que permanece entre el pasado y la tierra nueva donde el sol reina
*
Arlette era ese cofre adornado con hortensias rosas lilas azules del jardín
*
Cavaste un hoyo inmenso en medio del jardín a un lado del cementerio de los perros donde las ramas se cruzaban por encima de los hombros donde los árboles eran casas donde mis hermanos hacían propio un pedazo de tierra celta donde a deshoras enterramos huesos de duraznos y nos llenamos de frambuesas la boca
*
Los meses y los días llevan tu nombre la última tarde de junio agoniza estamos a punto de ser huracán barca despojada de velas cuerpos desmembrados todo se hunde menos mi vientre que me devuelve a la tierra – no ésta ni aquélla ni la que habíamos imaginado – las olas crecen azotan separan sólo el vientre me sostiene en medio del agua embravecida y del sol ahora negro puesto todavía en oriente
*
Quién sabe a dónde siguen pero van dices las ballenas como nosotros pueden permanecer sumergidas por un tiempo indefinido y descender hasta mil metros de profundidad buscan como nosotros el sello del agua (lejos de los arponazos) acosada en medio de la tormenta la ballena huye hacia cualquier dirección o detrás del macho dominante para luego varar en alguna costa del pacífico
*(París-Francia, 1971). Poeta, editora y académica. Se desempeña como colaboradora de varias revistas entre las que destacan Letras Libres y Periódico de Poesía. Es coeditora de Hiedra Magazine (www.hiedramagazine.com). Ha publicado en poesía Beirut o de las ruinas (1998), Otra es la casa (2000), La isla más alta (2004) y Los emigrantes (2014).