7 poemas de Floridor Pérez. In memoriam

 

Por Floridor Pérez*

Selección por Mario Pera

Crédito de la foto www.radio.uchile.cl

 

 

7 poemas de Floridor Pérez.

In memoriam

 

 

La escena más triste y tan hermosa

 

He visto a un hombre arrodillarse sobre un prado.

Jardinero que riega una flor subterránea

no lleva regadera ni agua le falta

como si fluyera de su propio ser.

Estoy cerca de él, pero él

está lejos de todos y de todo.

Y sin embargo habla ¿Con quién habla

este hombre que no habla con nadie?

Habla con alguien que fue él

y ahora es sólo parte de él y de la tierra:

lo increpa, ruega, lo maldice,

le golpea la cabeza con un por qué:

¿por qué / por qué / por qué / por qué?

y no sabe –ni yo— ni nadie sabe

qué decirle a este hombre que una tarde

-domingo en Concepción- riega su hija

y le deja una flor

y un caballito blanco de juguete

para que vuelva a casa por la noche:

caballito blanco

llévame de aquí

llévame a la cuna

donde yo nací.

Y de noche la sueña: y en sueños se levanta

y la cubre, porque llueve en el sur,

–ay, cómo llueve en su lecho de trébol—

y yo sueño con él, lo sueño niño

y en sueños se hace hombre

y se arrodilla sobre un prado

se dobla como herido a bala

–con todo el peso del dolor se alza—

Y en sueños le pregunto ¿cómo? ¿cómo?

Y no sabe –ni yo— ni nadie sabe.

 

 

Al finao de Rokha

 

Aquí donde usted me ve,

en medio del potrero

y en mitad del camino de la vida,

veinte o más años antes de pegarme

como usted un tiro, emberrado, enrabiado

gritándoles ¡carajo!

……………………………..a los pájaros

que me arrancan el trigo,

cojo un grano pensando en la espiga,

en las trillas de antaño

y en la bien llamada dulce chupilca

que hubiéramos tomado juntos.

 

 

 

Pre-epitafio

 

Aquí ni siquiera yace

pues no ha muerto todavía

un tipo que día a día

cargó la cruz que a Dios pace:

plantó un árbol, hizo clases

le dieron y dio lecciones,

tuvo hijos, publicaciones

y -de serle concedido-

reeditara lo vivido

con dos o tres correcciones.

 

El poeta Floridor Pérez.

 

Imitación de Catulo

 

Me preguntas, Natacha, cuántos besos

me harían por fin desirte “¡basta y sobra!”

Cuantas arenas hay en Isla Negra

entre la cabaña de Nicanor

y el locomovil anclado en el patio.

Cuántos astros titilan a lo lejos

contemplando a los amantes que graban

corazones en la casa de Pablo.

Tantos besos bastarían, Natacha,

más nunca sobrarán a este loco.

Ya lo sabes tú, pero los intrusos

no sabrán cuántos besos envidiarnos.

 

 

 

Allá no miento

 

Recorren mis libros como un campo minado.

Saben que un poema puede ser explosivo

pero ignoran que el detonante es el lector

 

Bayonetean tu jardín, cavan el huerto

pero sólo hallan raíces, semillas

que florecerán cuando se vayan.

 

 

 

Arado herido, palo roto

 

Dolor de arado herido, palo roto

mordido por la piedra. Surcador

de interminables surcos, en el último

te darás sepultura.

 

Así también el labrador. El campo

roto por su mano. También surcado

el rostro sudoroso. Hondo surco.

Más hondo cada vez. Tórnase fosa.

 

 

Años después

 

A quién llamar en la casa vacía.

Sólo a las puertas doy la mano. Ellas

dan la manilla y se abren par en par.

Una silla me dice tome asiento.

La mesa puesta espera los amigos

que nunca regresaron. Tanto tiempo

hace que la escalera va y viene

por sus peldaños, que ya no recuerda

si está allí para subir o bajar.

O para que ruede hasta nosotros

el eco de los pasos de la infancia.

 

 

 

 

*(Cochamó-Chile, 1937 – Santiago de Chile-Chile, 2019). Poeta, ensayista y profesor rural. Pedagogo por la Escuela Normal de Victoria (Chile). Obtuvo la Beca Fundación Andes de escritor en residencia en la Universidad de Concepción (1990). Dirigió (desde su creación, en 1988) el Taller de Poesía de la Fundación Pablo Neruda. Publicó en poesía Para saber y cantar (1965), Cielografía de Chile, 1973 (1985), Chile contado y cantado (1981), Cartas de prisionero (1984), Chilenas i chilenos (1986), Memorias de un condenado a amarte (1993), Obra completamente incompleta (1997), Navegancias (2000), Tristura (2004) y Con lágrimas en los anteojos (2010); en ensayo Francisco Coloane, biografía de una leyenda (1993), Gabriela Mistral: una lección por aprender (1993), Pablo Neruda, capitán de Isla Negra (1994), Manuel Rojas: la novelesca vida de un novelista (1994), entre otros.

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