7 poemas de «Ejercicios de respiración» seguido de «El Estado empresario mexicano» (2023), de Hernán Bravo Varela

 

Por Hernán Bravo Varela*

Crédito de la foto (izq.) ©Rogelio Cuéllar

www.rogeliocuellar.mx /

(der.) Ed. Pre-Textos

 

 

7 poemas de Ejercicios de respiración

seguido de El Estado empresario mexicano (2023),

de Hernán Bravo Varela

 

 

Seguimiento

 

PRIMERO fue la facultad del canto

(la facultad del canto en la cabeza),

que no es del canto. Luego fue la historia

de los dioses y de los semidioses,

y después la del yo.

 

Es la cabeza:

los dos senos frontales y la nuca,

la coronilla. Baja por la espalda,

a la curva dorsal, donde transporta

las pulsaciones a otra escala.

 

Canta,

hija adoptiva de los hombres, psique,

las canciones prosaicas de la edad

soltera; los trabajos del omóplato

al son de la radiculopatía,

la madurez que te convierte en padre

de tus padres, en un abuelo casi

inesperado; al dios alternativo

de las flores de Bach. Que otros entonen

el fuego amigo, el mandamás eunuco,

la balacera desde la terraza

blindada del jardín, el tanque lidio,

la milicia cachonda, los muchachos

que desaparecieron una noche

para acabar ajusticiados con

una metralla de laurel.

 

«El canto

en la cabeza, sus sirenas, vienen

a confundirse con las ambulancias.

La facultad que tiene la cabeza

de encontrarse en un cuerpo, de perderse

separada del cuerpo, cara a cara

con su sicario degollado. El canto

que pierde la cabeza. Y la cabeza,

¿quién va por ella, quién se anima?».

 

Safo

 

Un día –sentenció, segundos antes

de dar por terminada la consulta–

sabremos tantas cosas de la mente…

Acto seguido, le estrechó la mano

y regresó en silencio al consultorio.

El de los planos pies salió; silbaba

melosas melodías. El pavimento

se levantó a su paso y unas piedras

no se ablandaron: siempre son de piedra.

 

El poeta Hernán Bravo Varela.
Crédito de la foto: ©Rogelio Cuéllar

 

Aprendizaje

 

EL poema de amor comienza en un aeropuerto: alguien pierde

su vuelo tras esperar en una sala equivocada y descifra parte del

prólogo de Borges a su traducción de Kafka:

 

… un emperador infinitamente remoto en el tiempo y en el espacio

ordena que infinitas generaciones levanten infinitamente un muro

infinito que le dé la vuelta a su imperio infinito.

 

Ese alguien sale a cambiar su boleto y, mientras aguarda al

dependiente del mostrador, piensa en las horas que va a perder,

en el dinero que va a perder, todo gracias a una señorita con

pañoleta roja que no volvió a aparecer en el poema.

 

Filas de gente suben escaleras mecánicas, pasan filtros de

seguridad, arrastran maletas, rectifican las salidas de sus vuelos

en las pantallas, se ponen en posición fetal para dormir,

babeando los asientos, o anuncian su llegada en redes sociales.

 

Quien ya había gastado tiempo y dinero medita ahora en la

pérdida, y afirma que «no es un arte sino una religión, / y sus

fieles, que cada vez son menos, / se quitan los zapatos y carteras

/ antes de entrar al templo demolido». La voz da paso a una

enumeración caótica: pilotos, guarderías que arden, cigarros,

bolsas de basura, frutas echadas a perder, rojas lunas llenas,

viviendas de interés social.

 

Nada parece darle «la vuelta a su imperio infinito» de cosas

hasta que anuncian el abordaje del nuevo vuelo y ese alguien,

boleto e identificación en mano, se incorpora a una de las filas

que había descrito versos atrás.

 

Luego de abrocharse el cinturón, del despegue y a once mil

pies de altura, reflexiona: «Las nubes bajan al nivel del aire y

subimos al cielo / del cielo, al que las nubes van cuando se

disuelven».

 

Piensa de nuevo, como un estribillo, en las horas que perdió,

en el dinero que perdió, en la noche que ha caído rumbo a

Guadalajara, en el final del prólogo de Borges: «La elaboración

es menos admirable que la invención».

 

El poema concluye en otro aeropuerto, ya reclamado el

equipaje y camino a un hotel cerca de la zona industrial.

 

¿Pero dónde estuvo el tema todo este tiempo y dinero, todo

este ir y venir por salas y pasillos, la distracción, la demora, el

miedo a volar, el cuarto doble en un hotel de tres estrellas?

 

Escribe sobre la espera, le dijo Alberto, quien lo esperaba al

volver. Y la voz, harta de elaborar tapices raídos, oraciones de

conformidad, baladas escalofriantes, inventó lo que había:

 

una petición menor,

un domingo con más luz que comida en el plato,

una tenencia sin necesidad, un sueño del que no se habla

porque los sueños tienen fallas de origen.

 

No todo lo que se entiende es una profecía.

No todo lo que se ama es alegórico.

Un poema que comienza y concluye

en el espacio aéreo es un ejemplo.

 

 

 

Contraparte

 

(…)

–la pareja llevaba dos días sin cambiarse de ropa sin dormir        con el pelo húmedo por el baño se sentaron en la cocina y fumaron un cigarro tras otro        venían de guerrero se habían costeado ellos mismos el camión para rescatar sobrevivientes        nos despedimos en la puerta        ella le dijo a él que después de tres días era prudente regresar habían quitado una losa entre los dos y no había nadie–

(…)

 

 

Observación

 

EN el hospital general de zona donde él     //

 

Espérame ahí voy     //

 

Donde hay que lavarse las manos antes y después de los que

orinan     /     defecan     /     esputan     /     se aferran al pañal con

pensamiento mágico y bruxismo     //

 

Espérame ahí voy espérame     //

 

En la ciudad de méxico hay buena calidad del

aire     /     hospitales públicos como el general de zona #8 gilberto

flores izquierdo     /     desabasto de combustible     /     protestas

generalizadas     /     parientes como la esposa y los dos

hijos     /     guardias que registran sus nombres     //

 

La prensa dice combate al huachicol     /     el diagnóstico dice

déficit neurológico     /     el presidente dice perdonen las

molestias / los doctores dicen no sabemos en cuánto     //

 

Ahí voy     //

 

Aquí un hombre de 76     /     allá familiares que toman

decisiones     /     hacen guardia     //

 

Se entra y sale en ambulancia pero no hay gasolina y la poca

que hay     //

Toman decisiones     /     hacen guardia     /     él no

 

 

 

CÓMO se armó mi padre de valor o herejía y me leyó a los

once el tango del viudo de neruda

 

orina cartas restaurantes cuchillos cocoteros dormitorios y

fiebres qué hacen en un poema los poemas no tratan de

cosas específicas

 

media hora después bajé con mi cuartilla se la mostré a mi

padre era de amor feliz correspondido lleno de dios y sol y

corazón y otras semejanzas

 

muy bien haz otros dos me dijo

 

ese no era un poema desde luego tampoco el otro par que le

siguió ni las obras completas que acumulé a los quince

 

el niño fue obediente el púber fue obediente el joven ya no tanto

el joven que ya no leía a neruda

 

el neruda que hablando de cosas específicas resultaba más cursi

que el niño que aprendió de amor por él

 

un amor singular más huérfano que viudo un amor de adjetivos

copiados y otras semejanzas con el que nunca fui

 

 

 

AUNQUE todo me tiembla aunque no puedo concentrarme en

nada

 

y el cielo es del tamaño de esa ventana la que no abre bien

 

y la película sobre soldados de la primera guerra nos distrae de

la sangre y la peste

 

esa sangre en la sonda esta peste sutil

 

qué ricas las manzanas

 

qué ricas las manzanas con canela

 

qué ricas las manzanas cocidas con canela

 

somos afortunados el almíbar atrae a las abejas del jardín

 

y aunque sepamos que la tarde cae la tarde no ha dejado de

caer

 

levantemos el plato de manzanas

 

no es comida de enfermos es un postre de reyes

 

El poeta Hernán Bravo Varela.
Crédito de la foto: ©Rogelio Cuéllar

 

ES esto lo que sigue

 

es esto

 

es

 

que cuando regresemos habrá mesas y sillas transparentes un

jardín repentino meseros que comienzan a cantar

 

estarán los cristeros de manta con tu padre tu madre y tus

hermanos

 

y tú saco y corbata vela de comunión peinado con jugo de

limones zapatos como espejos

 

y todos brindarán sin sombras en el césped hasta entrada la

noche que ya se te olvidó

 

 

 

 

 

*(Ciudad de México- México, 1979). Poeta, ensayista literario y de varia invención. Ha publicado, en versiones suyas al español, diversas obras de poetas en lengua inglesa como Christina Rossetti, Emily Dickinson, Oscar Wilde, T. S. Eliot, Wallace Stevens y Seamus Heaney. En la actualidad, se desempeña como editor del Periódico de Poesía de la UNAM (México). Sus títulos más recientes son dos libros de poemas reunidos en un solo volumen por la editorial española Pre-Textos Ejercicios de respiración (2023), seguido de El Estado empresario mexicano.