Por: Horacio Benavides*
Crédito de la foto: Leidy Yulieth Montoya Aguirre
Selección de los poemas: Fredy Yezzed
7 poemas de Conversación a oscuras (2014),
de Horacio Benavides
TE METIERON en una bolsa negra
y te llevaron al monte
yo por entre los matorrales los seguí
Los hombres decían chistes
cavaban y reían
Cuando las cosas empezaron a calmar
fuimos al monte y te trajimos a la casa
para que no te sintieras solo, hermano
Ahora estás en el solar
A tu lado sembramos un ciruelo,
el que da las frutas que tanto te gustan
y todos los días lo regamos con agua
y con lágrimas
YO ME zambullía
en el agua clarísima
y veía abajo
entre las piedras
la moneda brillando
la tomaba y volvía
con el frescor del agua
chorreando por mi cuerpo
Después el río empezó a ponerse turbio
y cuando me tiraba
veía la moneda junto a un brazo
junto a una pierna
y a veces la moneda era un diente de plomo
en el fondo del agua
Y ya no me daban ganas de tirarme
y debía callar si quería conservar el pellejo
Y después el río empezó a ponerse oscuro
era un tren cargado de despojos
era el espejo negro de la muerte
LA MUERTE me transformó
en escarabajo
y voy en esta noche incierta
rodando hacia mi casa
Espero llegar en la madrugada
con el canto de los gallos
Subiré las piedras del patio
me asomaré a la cocina
y podré ver
el humo del café,
las manos de mi madre
más hermosas que pájaros
sobre el fulgor de la candela
Y mi oído
afinado por la sombra
escuchará el resoplido de los caballos afuera
las voces con un dejo de sueño de los peones
y los pasos recios de mi padre
preparándose para enfrentar el día
ESTE arroyo
corre
y se apresura
sabe que
más abajo
tocará a Raquel
Encañonado
en la guadua
saltará sobre ella
acariciará sus senos
besará su ombligo
y su sexo
y querrá quedarse
pero su destino
es correr
Y más abajo
se volverá quebrada
y correrá con más prisa
entre las piedras
Y se volverá río luego
y querrá enredarse
en las piernas de las bañistas
que reirán con sus cosquillas
Y más lejos
bajará lento
como en un sueño
tocará a los muertos
y cargará con ellos
“DOS VIDAS tiene el amor
la una parece cierta
la otra puro soñar”
—¿Quién canta en estas soledades?
—Canta
en el patio de su casa
sentada en un taburete de cuero
Juana Iles
—Me parece haberla oído antes
en algún lugar que no recuerdo
—Es tu bisabuela
y la seguirás oyendo
su voz canta en tu alma
CATORCE mulas muertas en el camino
y estos indios sucios
susurrando palabras que no entiendo
Yo también sería una mula muerta
si no fuera por el metal lejano
con el que caliento mis huesos
Mis pocos hombres
zarandeados por el paludismo,
el silbido de sus vidas atado a una quimera
¿Volveremos a España con sólo las manos
para tapar nuestras miserias?
GIRAN los niños
en torno a la lámpara
sobre la hierba blanca del patio
“Que pase el rey
que ha de pasar…”
Y quien pasa es el tiempo
sobre ellos
perdidos en la ronda
Como una mano helada
el canto de la lechuza
el grito de un hombre
en el filo de la montaña
Pronto la oscuridad
se comerá la lámpara
y la casa será
una más
entre tantas estrellas