7 poemas de «Adelaida» (2020), de Paulina Vinderman

 

Por Paulina Vinderman*

Selección por María Malusardi

Crédito de la foto (izq.) www.nagarimagazine.com /

(der.) Ed. Aguacero 

 

 

 

7 poemas de Adelaida (2020),

de Paulina Vinderman

 

 

 

1)

 

Otra vez mi ropa cuelga de un clavo en la pared

y la precariedad se vuelve voluptuosa.

Los pescadores se han dormido

y salgo a mirar el mar.

Una cinta de acero.

Mi mar ¿se acordará de mí?

El azul medianoche, el de Caleta Olivia

y su playa sin nadie, donde encontré

mi estrella morada.

Tal vez yo necesito que perduren mis fantasmas.

 

La poeta Paulina Vinderman

 

2)

 

Nunca estuve tan cerca de mí.

Percibo la espalda del amor

y el dibujo áspero de lo ilusorio.

Mi vida entera ahora es irreal, un sueño

de manos y oboes compartidos.

“No me quites la memoria, ángel oscuro”*

La claridad se fundió en mi taza y fabricó

una cabaña donde dormir.

No me quites mi luna, mi madre, mi farola,

las pequeñas rocas, el Mar de la Tranquilidad.

 

*Celia Gourinski

 

 

 

5)

 

El amor ahora es sólo un dolor de ciénaga,

aroma de frutos que se pudren.

En el cielo color violeta olvido las mentiras,

la traición de la muerte, las cajas abarrotadas

de cartas y fotos sonrientes.

 

Mi cafetera perdió su brillo y mi taza se cuarteó

pero a Imaginación, mi cabra adoptada

le bastan su maíz y mis palabras.

 

 

8)

 

No lo llames exilio, esto no es un exilio.

En el mundo de gaviotas, ellas me miran

como a un ave perdido más.

Sentada en la arena frente al día que agoniza

preparo una ceremonia del té.

El cielo es de durazno y un poco de metal.

Mi alfabeto se redujo y no quiero otra vida.

Es ésta mi otra vida.

Tiene color de medianoche y las vértebras

 rotas.

 

 

 

11)

 

Resuelvo recibir cada noche como

a un acontecimiento.

Cuando el cerco de palabras se estrecha

contra mi orgullo.

La noche es inmensa y sabia, y el amor

se refugia en la sopa, las galletas para Ima

y el farol.

¿Qué es la felicidad?

Lo preguntaría frente a la clase con cierto aire feroz.

La ingenuidad y el coraje son hermanos

 gemelos.

 

La fiebre hoy es la astucia de mi cuerpo

para no añorar.

 

La poeta Paulina Vinderman, leyendo

 

13)

 

Tu carta pregunta demasiado.

No, no he cambiado mucho, se acentuaron

mi vieja mudez y mi cautela.

Curo mi herida con el agua de mar

Y sueño con un camino entre dramáticos olivos

(un camino dramático entre olivos).

Ya no busco señales y mi tristeza es cada vez

más dulce y mi locura incierta.

Y cuando escribo, lo hago con un amor

por el mundo tan grande y terrible

como la muerte.

 

 

 

44)

 

¿Qué hay en tu corazón?, me preguntó la vida.

 

 

Un sauce muy viejo a la vera del Río Castaño.

 

El caracol que dejé en la tumba de papá

porque amaba el mar,

(ese mar que Caravaggio no pintó).

 

¿Qué hay en tu corazón?

 

Una piedra que lastima la pared y ruega porque

todos los perdidos regresen a casa.

 

 

 

 

 

*(Buenos Aires-Argentina, 1944). Poeta. Ha publicado alrededor de veinte libros de poesía incluidas antologías en el país y el exterior. Ha recibido el Primer Premio Ciudad de Buenos Aires, el Premio Academia Argentina de Letras, el Gran Premio Fundación Argentina para la poesía, el Premio Esteban Echeverría, el Premio Nacional Regional, el Premio Alfonsina Storni y poeta de la década 2009-2019 de La legislatura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Sus tres últimos libros publicados son Cuaderno de dibujo (2016), Tocar el cielo oscuro. Obra reunida (2019) y Adelaida (2020).

 

 

 

Vallejo & Co. | Revista Cultural - POESÍA - FOTOGRAFÍA - NARRATIVA - CINE - MÚSICA - TEATRO - ARTES - PLÁSTICAS - CREACIÓN - CAJÓN DE SASTRE