Por Arturo Dávila*
Crédito de la foto (izq.) el autor /
(der.) Ed. Casa Vacía
5 poemas de Tantos troncos truncos (2020),
de Arturo Dávila
Desrecuerdo cubista
Tantos troncos truncos
de la insígnie fogata de examores fatuos
en la nube fragilidad de lo frugal
de exbellas extrellas fáminas féminas
cadentes cabelleras caballeras
rompientes y rampantes lunas
sobre astas cascadas de corazones
sin cierto solamente
Mas también
entre subterfugios y subterráneas memorias
en este paréntesis de prelatidos
bajo silencios vanos menos cansancio
basta no parar allí
en los sentidos que mienten sentimientos
mordaces muérdagos en el aguijón del alma
yerba a lo largo de la yedra
manto extendido y alerta
absorto
púrpura abismal
sin cierto solamente
Y en la noche exabrupta
de la gruta ciega de los omóplatos
vertiente de esta cordillera tan ahora
cae de abajo la boca sin pez
y se eleva surtidor
hasta corriente alterna y altanera
de la columna labio de este esqueleto sin amor
sin cierto solamente
Y por eso
tras este exánime canto ronco rauco
descrece la nonunca paridad
de alvéolos volátiles descorazonados
en vanas venas violentas
sinsabroso del dolor subsabor platónico
pletórico y redondo
en rojos dedos dulces
dados sin temor
en el anillo del agua
del eco de la noche estalactita
de tantos troncos truncos
de exbellas extrellas fáminas féminas
cabelleras caballeras en cascadas
sin concierto
y desrecuerdo
solamente
Tan plenilunio
Tardo mas no perezoso
sol sin astro desnudo desaliento
ideas despejadas
en el espejo del tejido más profundo
oh
destino armado sin sueño interlocal sombrío
siendo tan fruta blanca
en el balance del horizonte
pero baja más bajo baja luna
hasta el final
Tristes más lentos plusánimes tejidos
del noser tanto siendo
en el tan verde profundamente oscuro tan túnel
de la vida sin vida que vivifica
al astro tan buho desnudo sin soles en desastre
mientras pasa el solfeo sombrío del alma
pero baja más bajo baja luna
hasta el final
Y entonces
el eco de un espejo en horizontes
lince de caracol en el oído túnel
oh
fino desaliento tan sol sin sueño armado
vaho del alma o búho mudo
tan espejo y tan desnudo
memoria del solfeo sin lince caracol
pero baja más bajo baja luna
hasta el final
Más tarde
sin saber por qué
campanas tantas tan desaliento
en el desnudo vaho
del verde caracol de los espejos
sube y baja en solfeo de desastres y destinos
y memorias
tan lince tan sol tan caracol
tan búho
tan alma sin párpados
tan fruta blanca en el horizonte
pero baja más bajo baja
dulce luna triste
hasta el final
Fuga de ideas
Esperando a Gotod
rumio muecas desdentadas
en la médula del noser
ubicuo esquizoide ezquizofrénico mío
perico de piorreas mentales
insondables preguntas
funerarios noes
de humo sin respuesta alguna vacuo
hasta que parezco
o perezco
entre niebla interrogación desventrada
y contemplo el instinto
emergente de la felicidad
porque a pesar
de los ateos sin embargos
y desdioses inventados
la vida
es anterior a la niebla
de la muerte y la muerte
no es sí no
preámbulo del fuego
de la vida
y decividamente
acaso
eso sea adiós
La nobvia
Espejo de la rosa sin tallo
en la savia secular del tiempo
sombra antes parpadeante de ecos
bajo el dintel helado del desvelo
Transparencia sólida
fugaz y fugitiva
de ensueños entre especies naranjas
doble sinsentido después de una magia
horizontal
Oscura vas brillante
en el abril de un mayo más benigno
donde se dilata un mar de marineros
y pañuelos que vuelan de seda en seda
Oh nobvia de los pueblos en racimos
bajo la cáscara marfil de besos
hay ojos manantiales que por ti suspiran
y burbujeantes te erobuscan
en el bosque de ecos sin sonido
despacio apareces desvanecida
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desnuda suavidad mojada
sin sombra entre la bruma exacta
inexplicable ausente
abrasante transparencia
palpitando
entre algodones de hielo
y naufragando lentamente de frío
Adredemente
Y pensar que ayer
era tan mañana
como hoy
que se va
desarenado
nardo
blanco
a la orilla
de un río fugitivo
hacia jamás
adredemente
Y entender
que dioses adioses
dicen adiós
a dioses y a diosas
que se van
en luz
de piedra fugitiva
hacia jamás
adredemente
Oh odre demente
de ideas extraviadas
en las grutas garras
de la inminente mente
que se fuga
con la o sin lamento
en reverberos labios
descalabros
cercos del cerebro
sin sus sinceros ceros
hacia jamás
adredemente
Porque jamás
nada nunca nadie
al polvo sobrevivirá
en el trompo tiempo
río fugaz
vida pastiempo efímero
de la nadie nunca nada
vientredad
que se va
a contratiempo
hacia jamás
adredemente
*(México, 1958). Poeta, ensayista y narrador. Obtuvo el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (México, 1995), el Premio Antonio Machado (España, 1998), El Premio Juan Ramón Jiménez (España, 2003) y el Premio Nicolás Guillén (2015). En la actualidad, investiga sobre los códices prehispánicos y continúa sus estudios de la lengua Nauatl contemporánea. Ha publicado La ciudad dormida (1995), Catulinarias (1998), Poemas para ser leídos en el metro (2003), Poemas para ser leídos en el metro (2015), Sátiras (2017), La Tinusa. Poetas latinoamericanos in the USA (2016) y Tantos troncos truncos (2020); y en ensayo Alfonso Reyes entre nosotros (2010).