5 poemas de «Poemas de Chicago» (2024), de Miguel Marzana

 

Por Miguel Marzana*

Crédito de la foto (izq.) archivo del autor /

(der.) Ed. Amargord /

 

 

5 poemas de Poemas de Chicago (2024),

de Miguel Marzana

 

 

De noche vienes

(A partir del cuento homónimo de Elena Poniatowska)

 

Llamas de noche

desde la parte que no habla

viendo la gradiente

de los girasoles frescos

las viñas cercanas a la noche

el soplido de la rana

que piensa verde un topo azul

en el aleteo de la mosca

que hace ondas en la superficie del agua

y registra con tedio en el zumbido

cierta afinidad con la voz de la montaña

Llamas de noche

en silencio

desde la iglesia que se ve de fondo

elevando un arco que no sirve para nada.

 

El poeta Miguel Marzana, leyendo

 

Después de Cardenal

A la poeta Juana Goergen

 

Va Ernesto Cardenal huyendo de Chicago con espanto

Va Ernesto Cardenal a componer edificios

en su llanura

Va Ernesto Cardenal sollozando al viajero

que como caracol

solo pudo leerlo de viejo y de a poquito

pero en ese poquito lo encontró en el poema

como si fuera santo

Va Ernesto Cardenal leyendo para la gente

de todas las facciones

y parece que transfigura su juntura

como en medio de un cacaotal

un domingo por la mañana en la isla de Solentiname

Va Ernesto Cardenal a recibir la hostia y le digo que mejor no

él sonríe

y el regaño se hace doble

Va Ernesto Cardenal a decir un poema para los viajeros

un poema cósmico que le deje en paz

a donde tenga que ir

siendo y dejando de ser él.

 

 

 

No

(Chicago, Junio 2020)

 

No eres una voz

ni eres un poema

eres ruido de los estertores

Al despertar sobrio

con el tráfico y el ruido de los trenes

al viajar entre los rascacielos

o dentro del intestino de la Wacker Dr.

¿Qué es lo que te despierta?

tu café lleva tu nombre

“L” tren te abre la puerta

algunas manos se extienden ante tu presencia

qué importantes opiniones

diría un poeta que no cabe en una puerta

pero parece que no entiendes

No eres una esperanza

no eres un signo que sube o baja

no eres el cielo trizado

ni la sonrisa de la bestia de la primavera

que define la nube que baja

superpuesta al momento que llega

para decir que algún momento habrá que dormirse del

cansancio

y despertar

y seguir buscando

¡Hey!

Te conozco

recuerdo tus huesos

como recuerdo la violencia

que gritaba nuestros nombres

cuando estábamos afuera

abatiendo estatuas y monumentos

!Hey!

Sé que quieres que desaparezca todo esto

El dolor y las heridas

los caminos tan largos

tal vez

que hubiéramos estado más despiertos

¡Hey!

No eres

              o soy

                        No eres

                                      No eres.

 

 

El cocodrilo de Humboldt Park

(Hipótesis breve)

 

Estaba la libélula encendida

y el sapo encantado con la rubia que

filmando se inflamaba como el humo

cuando se asustaron del allanamiento

y me dejaron tosiendo el plan del rey

Sólo en la bañera

con los ojos fijos en una postal de Gamaliel

sólo en el estanque

largo como las mandíbulas que congregan

Estaba leyendo

un enjambre de mosquitos

y a lo lejos escuchaba un buen perreo

cuando un viejo bagre vino y dijo:

¡chico! viene un tal Frank por su pitch con los cachorros

Allí tuve miedo

sin barro alguno que tragar

porque afuera hay jaulas más atroces

pero aquí todos por mi cola

simpáticos con la libertad.

 

El poeta Miguel Marzana

 

Descarga infinita

 

Las piedras miran hacia abajo

tus ojos dicen adelante

preguntas que caminan hacia atrás

las piedras miran hacia abajo

nosotros hacia un punto ciego

Ven

ven y sálvanos

ven a sentir el viento que ondula las hojas de la hierba

deja lo que se rompió después del agua o del cristal

y regresa endurecida

cuando el beso nos alcance

¡Nos salvamos

nos salvamos!

dirías

no sabiendo que lo que nos refleja

no es un espejo

ni el monolito de la odisea del espacio

ni lo abismal que cuando chico

se revelaba en la sopa de letras

Ocho mil millones de personas escuchan el poema invisible

Ocho mil millones de personas voltean sus piedras

apuntándolas al cielo

ocho mil millones

pero la luz del día enceguece

y tú aquí conmigo leyendo este poema.

 

 

 

 

 

*(Bolivia). Poeta y escritor. Reside en Chicago (EE.UU.). Estudió Bellas Artes en la Escuela Superior de Artes Plásticas Raúl G. Prada y Lingüística en la Universidad de San Simón (Bolivia). En la actualidad, estudia en la Escuela Graham de la Universidad de Chicago (EE.UU.). Se desempeña como coordinador del taller de poesía y creación literaria de la revista Contratiempo. Ha publicado en poesía Descomposiciones – aceite de un cielo (2019) y Poemas de Chicago (2024).

 

 

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