Por Jannet Weeber Brunal*
Crédito de la foto (izq.) Pedro Blas /
(der.) Ed. La isla de Siltolá
5 poemas de Paisaje suspendido (2022),
de Jannet Weeber Brunal
La urbe (Parte I)
Realidad
Primero fue la luminosidad,
el lenguaje generoso
mullido
acogedor;
luego, la palabra rota
la claudicación del signo.
Sobrevenir entonces un estremecimiento
de luz profunda
de voz extraviada
reconstruir la imagen
los nombres
en la densa ciudad
Paisaje suspendido
La ciudad es ahora un círculo
que se sostiene en la quietud del amanecer,
un paisaje suspendido
donde incesante
deviene la palabra,
se asienta
y tiene lugar.
Habitar un espacio
Habitar un espacio
– margen último de la esperanza-
y explorar sus límites,
doblar sus esquinas;
ir atravesando sus caminos asfaltados
en una diafanidad que apenas dura,
llegar
surgir del caos,
urdir la ciudad.
Lo natural (Parte II)
Tormenta
Algo estalla en el espacio de la noche
-un rumor
una herida-
entre espasmos reducidos y sueños de agua
una cama se enfría,
alguien no llega a dormir:
bastan unas cuantas ramas para sepultarnos.
¿En cuál de estos árboles se diluye ahora la sustancia?
¿qué será de aquello que fue nuestro refugio primero?
No siempre
No siempre ha sido la perenne hiedra
o el destello de la luz
bajo el agua;
también es
el vórtice del árbol
la oscuridad en una mano
la rotura de las hojas
lo que nos desborda,
nos acerca al lenguaje
nos contiene.
*(Montería-Colombia, 1976). Poeta. Maestra en Escritura Creativa por la Universidad de Salamanca (España), combina su actividad literaria con la docencia de ELE en Alemania y Suiza. Obtuvo una Mención honorífica en el Premio Platero de Poesía de la ONU (Suiza, 2013). Ha publicado en poesía Otra cosa es el silencio (2015) y Paisaje suspendido (2022). Ha sido incluida en la muestra Literarias. Voces femeninas de Latinoamérica (2016) y Arbolarium. Antología de los cinco continentes (2018).