5 poemas de «País de fieras» (inédito), de Almudena Anés

 

Por Almudena Anés*

Selección por Gian Pierre Codarlupo**

Crédito de la foto (izq.) archivo de la autora /

(der.) www.behance.net

 

 

5 poemas de País de fieras (inédito),

de Almudena Anés

 

 

Las beldades

 

I.

 

No podrás re-educar tu lenguaje, ni conseguir que te acepten aquellos que no te aceptan.

 

La fiera no abraza al romero, la degüella y prende su olor como trofeo. Toda ilusión es un espejismo, una carencia de poder fáctico. Pero sigues abrazando a quienes no te aceptan, ellos afilan los dientes y acumulan piedras.

 

Morirás en la plaza del pueblo con las manos extendidas abrazando el aire de aquellos que apuntan a tu pecho.

 

                                                                                                                                 Tu corazón gritará, retumbará como un toro.

 

La lanza ya estará clavada tan honda que ni sangrarás: toda la rabia se habrá quedado dentro.

 

Y después de la lanza, irá otra piedra, y luego el cuchicheo, y luego un extraño silencio donde estarás sola bajo el poste de los caídos, aguantando el sol sobre la nuca y rezando al mismo dios de aquellos que no te aceptan.

 

                                                                                                                                                                                     Una y otra vez.

 

 

 

II.

 

Este que es mi país, acaso esta tierra meditabunda donde brotan charcas de sangre republicana y aún huele en el aire el azufre de los conventos quemados, este país de guerra y agnosticismo, de garrotazos y arpilleras, donde el informalismo es un arte franquista, donde la política es un circo itinerante.

 

Valor tienen aquellos que pronuncian la palabra patria y la gritan con toda la vehemencia de su capacidad pulmonar, aluden al fútbol y al ejército. Toda violencia es bella, piensan las empresas de este que es mi país cuando hacen fortuna, cuando Colón conquistó las Américas y todavía, ingratos, nos atrevemos a mirar por encima del hombro al emigrante.

 

Qué gran país, un hermoso país, lleno de pantanos y paisajes naturales moribundos por la sequía, viva África del Norte, próximamente no seremos más que un desierto lleno de cadáveres de animales y refugiados.

 

                                                                                                                                      Qué gran país, qué privilegio ser de aquí.

 

 

IV.

 

La escritura es eminentemente física, la mano marca el ritmo. Y el corazón bombea como las caderas ante la vehemencia del deseo y la erótica de las despedidas. La mano es el órgano móvil más importante: narra el dibujo, traza las palabras, sirve a la violencia. La mano es capaz también de atrapar el dinero.

 

Los dedos acarician el sexo de los amantes y de los amados: sin género, sin cuerpo, sin identidad. Solamente masas espirituales y carne. No importan las sexualidades, qué sabré yo del amor cuando mi ternura no convence a los niños machistas que se sienten superiores a mí y jamás han besado ninguna boca.

 

Escribo con los dedos y las manos, escribo con los dientes a veces porque un puño arranca y una mandíbula desgarra. Quisiera romper los juicios ajenos y las digresiones infantiles, los comentarios prestados de los adultos, la pérdida de la inocencia. Los niños no saben la naturaleza de la maldad, la aprenden de sus padres.

 

Quizás ahí reside la esencia de la escritura: todavía no es posible matar, solo transforma y limpia.

 

 

 

Las agresividades

 

V.

 

Los bronces son la materia prima de la guerra. El punto de ebullición es la lágrima de la plañidera, un templo griego sirve de polvorín para causas perdidas. El arte estalla por la agresividad de los otros, va muriéndose, quema sus penas, se pierde porque ya no desea existir más. No merece perpetuar su metafísica.

 

Las estatuas de metal callan y desean transmutarse del mercurio de sus carnes en algo que sude. Los museos-mausoleos no confían en la alquimia, sólo en el poder económico de los continuos visitantes, colas ingenuas.

 

El arte no tiene sentido, piensan las estatuas, nos gustaría ser encarnadura, corazón y delirio.

 

 

 

X.

 

La industria del papel mama la salvia de la tierra, la transforma en tinta negra y en hojas verdes con símbolos económicos.

 

Culturalmente: el ocio se labra en la página en blanco, todos hojean los libros, pero nadie lee. Repetimos palabra por palabra, el discurso aprendido en la fábrica de la escuela.

 

Monetariamente: árbol tras árbol derribado se alzan rascacielos, el papel arde y la ceniza no deja significados. El aire se contamina, los gobiernos algorítmicos instauran la censura, pero las imprentas continúan reproduciendo las ideas pálidas.

 

La industria del papel es un cristal mágico y los ojos se quedan ciegos,

 

                                                                                                                                                                            y las cabezas, vacías.

 

La poeta Almudena Anés

 

Óperas y furreteos

 

I.

Tangos de España

 

¿Dónde estamos? En España, una tierra donde todo se siente, el triángulo equilátero de la Iglesia, del Estado y de la Economía. ¿Sientes el peso de la pirámide imperial?

 

                                                                                                                                       Estamos en España, lugar de Alá y de olé.

 

Cae la lluvia agresivamente para rellenar los pantanos del dictador. Bailan las banderas de cara al sol y algunos llevan camisas negras y azules con orgullo nacional. La precariedad inunda mi mundo, ¿qué quedará de mí para los buitres? ¿Trascendencia, obra, premios, sangre? Deseo morir en el ruedo, activamente, gritando por un país mejor que estas ruinas sobre las que nos cobijamos, implorando migajas. El rojo es azul y viceversa. Yo ansío un cielo transparente, abierto como un pecho que ama.

 

Cae la lluvia despiadadamente para reavivar las ejecuciones/acciones/obras/óperas/fracasos del franquismo.

 

                                                                                                                              Quizás es una manera de hidratar la muerte.

 

 

 

 

 

*(Madrid-España, 1998). Poeta. Ha estudiado Historia del Arte en la Universidad Autónoma de Madrid (España), Edición y maquetación editoriales en Cálamo & Cran y es magíster en profesorado de la Universidad Complutense de Madrid (España). Su obra escrita se centra en la fragmentación y en la identidad. Obtuvo el Premio de narrativa de la Equilibrista Editorial. Como creadora, está vinculada mediante proyectos y obra con colectivos artísticos y asociaciones culturales como la Plataforma Placa, La Llave Colectiva, La Ignorancia, la plataforma afrofuturista #ASHÉ o Akihabara Blues. En la actualidad, investiga la realidad contemporánea mediante la indagación en la cultura visual, la filosofía, la teoría del simulacro y el activismo social. Ha publicado Ars Moriendi (2018), Historias de Clavículas (2020), Ventana Abierta a Nadie (2020) y Domicilios Simbólicos (2022).

 

 

 

**(Perú, 1997). Poeta. Obtuvo el Primer Premio en el II Concurso Nacional de Cuento y Poesía Huauco de Oro (Perú). Se adjudicó la beca “Atelier Poético. Residencias virtuales en movimiento”, por parte de la OEI y, recientemente, la beca “La cocina como laboratorio para jóvenes poetas” del Festival Internacional de Poesía de Rosario (Argentina). Ha publicado en poesía Caída de un pájaro en el mar (2018).

 

 

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