5 poemas de «Metáfora del sol ilustre» (2016), de Pablo Piceno

 

Por Pablo Piceno*

Nota introductoria Mario Montalbetti

Crédito de la foto (izq.) AZ Poesía/

(der.) Rubén Ojeda Guzmán

 

 

Cuando hay lesiones abiertas uno puede cubrirlas o examinarlas. Piceno se decide por lo segundo y lo hace con la ayuda de varios lenguajes, todos afilados como un bisturí nuevo. Se abren, entonces, y se exponen, las lesiones del fútbol, de la religión, de la culpa, las lesiones eróticas del porno, las lesiones del amor, las hipócritas lesiones de la cultura… Y hay más, porque todas estas lesiones terminan siendo metáforas que se trasladan de un lugar a otro sin descaro. Aquí no hay adornos ni desvíos. Todo, desde el corto circuito entre el gordo Ronaldo y Kafka hasta la auto-ironía (“Querido Pablo, no me digas que estás en crisis”) va directo a la nuca como un disparo de gracia. Aquí se abre un camino hacia un anti-lirismo que resulta indispensable en estos tiempos.

 

Mario Montalbetti

 

 

 

Pablo Piceno en retrato por Rubén Ojeda Guzmán.
Pablo Piceno en retrato por Rubén Ojeda Guzmán.

 

 

5 poemas de Metáfora del sol ilustre (2016)

de Pablo Piceno

 

 

Formas de aproximarse a la voluntad de un niño o de escucharlo:

 

  1. Ponerse en cuclillas para que el niño hable a la altura del tutor, que entienda que no hay ventaja y que la auctóritas ha muerto.
  2. Reprenderle apenas diga nada frente a un mayor; decirle: la autoridad se gana, no se habla al degustar los sagrados alimentos; decirle: if you persist in wearing your mask at the supper table; decirle: anda ya, Pablo, otro día te escucharemos.
  3. Inoculándole primero el apetito venéreo autoinmune, destrozando el agujero de su cerradura estremecida, mandarle decir: Señora, si de verdad la violaron, como dice, que la niña se comunique con nosotros y nos cuente su versión. La escucharemos enseguida.
  4. Asumirlo: eso de la disforia de género es un fenómeno complejo. Nunca se está bien seguro de que lo que el niño diga a sus tres o cuatro años realmente sea lo que quiere. Pero creo que si escuchamos de verdad, si un día cede nuestro ogro pedagogo, notaremos que hay niños que a partir de preescolar lo tienen bastante claro.
  5. Suplicar: Pide Mon Père que le canten una canción de cuna y que se acueste uno de ustedes en su cama junto a él porque estuvo misionando mucho y está malo de sus reumas.
  6. Poner al niño en cuclillas dejar que se acerque a ti el profesor David me trata feo porque me muerde la colita con los dientes me baja el short y el pantalón y yo le digo que eso no pero él dice que así se hace en el salón de pelotas primero metía su cola en mi boca me ponía una pomada luego algo le salía al maestro yo escupía. Los dos caíamos al piso al final.
  7. Aguantar y sepultarse en vida: me duele aquí pero no te vas a enojar mamá pero no vas a ir a decir mamá no quiero que me dejen ir al salón de pelotas ya mamá.

 

 

 

***

 

 

Meterse ya de cuerpo entero en recuerdos ajenos:

Uno de los primeros días en el Milan, Ronaldo me preguntó si quería unirme a su grupo, mostrándome una revista de Playboy, o al grupo de Kaká, que tenía más cosas de Iglesia en el vestuario.

 

Pensar: mi vida se decanta entre esa revista de Playboy y las cosas de Iglesia -antes, ayunos prolongadísimos y un misterio glorioso por idioma conocido; ahora, Joachim Jeremias, Emmanuel Carrère y Giorgio Agamben hablándole en su idioma al misterio glorioso que no oye-. La memoria selectiva vuelve relevante lo que a nadie importa. Por qué Alexandre Pato no pudo decir: la enorme velocidad, el hambre de gol, la potencia de su pierna de apoyo al encarar contrastando la terrible hueva de Ronaldo en el campo cosechando una cuota insuperable: nunca se vio nada igual. La respuesta del vestuario es decisiva porque arriba del dolor no hay nada más. Y es urgente su extinción, su aturdimiento. Aunque apenas sea un espejo el paliativo ante la pena, y sea un espejo siempre. El de San Pablo que decía que entonces conoceremos como somos conocidos pero mientras un espejo muy oscuro. El del porno que es la imagen de la imagen donde creemos verlo todo, pixelado el figmento hasta el límite, el sentido supernumerario que degusta el resto inclasificable. La apódosis sin prótasis o su contrario. La prohibición, la inexistencia, el mutismo vuelto escándalo. La metáfora de la verdad porque acaso la verdad no puede ser. Porque esto es el dolor se ama lo otro y no hay preámbulo. Donde nace Dios que muera el cuerpo o su inversión. Renunciaríamos a todo por que la muerte se detenga.

-Y, bien, ahora que vuelves a Europa y tantos chanchos han pasado, ¿te arrepientes de lo que escogiste entonces?

 

-Kaká no se arrepintió de no quitarse los vaqueros cuando todos los demás posábamos en calzoncillos para ese Playing for the world al frente de Vanity Fair. Quisiera que me arrepintiera y yo también fuera noticia. La conversión a Dios y la aversión a sus creaturas y quedar todos tan contentos. Como si fuera tan sencillo. Prefiero ser de los calientes por si hay un Dios un día y no me vomite como a él.

 

 

****

 

 

También tuve mucho miedo cuando me acorralaron al patio y me golpearon con un balón de cuero durante muchos minutos que tal vez fueron segundos solamente. Gabriel quería que atrapara la pelota o que los dejara copiar mi tarea y que no dijera nada. Que si alguien me preguntaba, como Pándur esa vez y no quise decirle nada porque ya hacía un par de días que todo iba mejor. Una vez había aventado a Gabriel contra un locker y sentí que me temió por un momento, pero luego que fijó en mí su mirada, sus ojos verdes que satanizaban el mundo, me dejé golpear de nuevo y a partir de entonces le llevaba la botana que quisiera para que me dejara en paz. No oponía resistencia. Como oveja ante el esquilador que guardaba silencio. Salve, rey de los maricas, adivina quién te avienta el balón.

Cuando ya lo habían echado de la escuela, y no por mí, tuve muchas pesadillas durante meses. Que volvía y le decía a la niña por la que empecé a escribir que tenía una verga pequeña, como decía él, que me encantaba vérsela y era banca en el futbol. Una vez contó que el fin de semana se habían ido a masturbar los chicos a su casa pero que no me llevaban porque yo me excitaría viéndolos. Se lo dijo a su hermana que entonces me gustaba pero nunca llegó a considerarme hombre o alguien en quien fijarse. Ya no sé cuándo empecé a dormir en paz. Pero un día el mundo se acabará igualmente para él y quisiera que antes pueda recordar y lamentarse y pueda dormir también.

 

 

*****

 

piceno 1

 

mi padre me llevaba a la campiña a cuidar cabras. agraces di.

 

me dejaba ahí un día meses semanas

yo tenía mucha hambre y cinco años y lloraba mucho

a mi padre le cabreaba que llorara me golpeaba contra un tronco

fuera de eso era un hombre muy calmo e ignorante como yo

eso aprendió mi padre de su padre a contar en pobre sardo

con su dolor y sus llagas. regresó por mí un día y todo iba muy bien

las cabras vivas el pasto elevado mi corazón hecho una bandiera bianca

che sul ponte sventava sin respuesta alguna. así años fui creciendo.

en la guerra mi hermana quiso chupar la poca leche

de los pechos agrietados de la mamma y no encontró

ella tenía mucha hambre y cinco días y tísica lloraba mucho.

a mi padre le cabreaba que llorara y golpeaba a mi madre contra un tronco

fuera de eso era un hombre muy calmo e ignorante como yo

alguna vez quise escapar pero las cabras me balaban locas y aprendimos juntos a crecer hasta que un día el padre murió con su barba agotada de caerse

la campiña muerta la pradera europea y las cabras. me quiso querer mucho

en sus frutos como un muro maduré y así llegué a ser quien soy

a veces puedo abandonarme un día meses semanas sin llorar.

a dónde irá esa infancia que perdí, ahora que pienso, esos días meses semanas

qué pastada la memoria quedaría que olvidé tan lo demás.

 

 

******

 

 

todo está en esa jugada / en ese mantra

ser más rápido es ser más productivo

recordar / la pierna de apoyo fue la izquierda

recordar / este hombre no tiene pierna de apoyo

avanzar un par de metros

recular / no tomar vuelo / recordar //

es el dolor por lo que estoy / el hambre / en pie //

recorrer kilómetros en metros milimétricos

el invierno pasado pretendí frenar a Ronnie

que como bailar descalzo sobre una hoguera infernal quebró la pierna

la potencia supernumeraria de sus piernas me dejó en ridículo

peor cuando jalé su camiseta y me dejó caer con ella y cuando vi

Ronaldo había rebasado otros tres la traía puesta galopaba a puerta cerrada

atravesó la puerta con cuatro gambetas levantó el Camp Nou entero

y es patético: lo quieren a pesar de lo que fue y de la vergüenza de perderlo todo ante él

que lo perdió todo después / ya juega póker y en la órbita mayor su mantra resta

nadie pensará en serio que Ronaldo algún día triunfará en algo

aunque como dijo // yo era niño y mis amigos eran mejores que yo

sólo que yo lo tomé todo muy en serio //

un día me hundí profundamente en un peñasco me fundí con el balón

y vi la glória y a nosso Senhor decirme la Santíssima Trindade adónde había que ir

así recorrí cada estadio y nadie sabe cómo hice pero todo está grabado lo verán

y dirán eso no es normal yo digo que no fue normal yo tuve suerte vi la glória do nosso Senhor enfrente de la portería y ascendí a la eternidad muitas das vezes

ainda sinto me falar me batucando la Santísimma Trindade  me levando dentro

 

 

 

 

 

*(Wolfsburg-Alemania, 1990). Estudiante de Literatura y de Filosofía en la Universidad Iberoamericana de Puebla (México). Parte de su obra ha sido recogida en Poetas Parricidas (2014); así como en Los reyes subterráneos – 20 poetas jóvenes de México (2015) y Metáfora del sol ilustre (2016).

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