Por Corina Maruzza*
Selección por Reynaldo Jiménez
Crédito de la foto (izq.) Juana Ramírez Ed. /
(der.) Caro García Vautier
Ante nuestros ojos y nuestros oídos, Mar de Interama convoca a una nueva y poética configuración de las aguas, tanto en sus posibilidades simbólicas como en las fuerzas de la experiencia —esa experiencia del poeta que vislumbra Agamben: texto donde el sujeto crea su propia habla para apresar los objetos.
Interama, la torre que se yergue en los confines de la ciudad porteña y que fue señal de un legendario parque de juegos, ya perdido su uso vuelve como construcción poética en faro y punto de avistaje.
Y así el mar a sus pies, que recorre toda la obra, zigzaguea entre el plano real y el alegórico. Es lugar donde entrar o materia con la que rodearse –menos objeto contemplado que elemento que envuelve o en el que se ingresa–, o metáfora para ficticio panorama desde la torre.
Liliana Ponce
(de De la materia y los signos del mar, Posfacio)
El mensaje sobrevuela, moja. Son compañía peligro y reflejo: el punto muerto y la mirada: el camuflaje de la vida: el chapuzón en la nada: el nadar.
Hay una casa fuera de la poesía: casa real con vista a una espada, al edificio. (…)
Hay una casa dentro de la poesía, una casa en verdad deshecha. La intemperie es promesa. Interama, el Parque de la ciudad, la espada de Excalibur. (…)
Corina Maruzza nos invita a sacar la espada de la piedra de la escala. No se trata de una prueba de fuerza, se trata de un decir en voz alta, si es dicha no es nada de lo que se pueda volver, ni abandonar.
Martín Barea Mattos
(de Mar de Interama de Corina Maruzza, Posfacio)
5 poemas de Mar de Interama (2020),
de Corina Maruzza
Nadar en la rompiente
Las aguas como lonjas de una piel infinita.
Héctor Viel Temperley
todo rosa
el aire cubre el agua
la vista en la corriente
la piel sube
y se escurre
versátil
mejillas alternadas
con trapecios
los pies se entrelazan
archipiélagos
si las plantas
o las palmas
del trance queda una memoria
se agitan los cardúmenes
sólo toca deslizarme ahora
todo roza
ruidoso afluente interno
canales abisales de mi alma
Atardece amanece
donde veo
es claro
celeste
y preciso
nadar contrae la corriente
invierte
intercepta
interviene
la corteza de la tierra
en la oscuridad
los rayos
por dentro
perpendiculares
marcan con agua el oleaje
en otra parte
y el aire en la boca
impulsa
el giro de la tierra
Asomo
alegoría
vidrio adentro hacia afuera
mezcla imagen
obsolescencia
entretanto la mirada
la miríada
asimilado al traspié
traspaso
el tiempo
se engendra
a cada cambio de vereda
a su pie
cesa
haz ennochecido
recuerdo
partícula de niebla
nóctula
Mapa
distancia sostenida
a cuestas
presumimos
sometidos
a ella
dame el aura de tu mar que alivia
prédica
prismática
previsibilidad
aplaca la plétora
vacía los platos
vacía los ojos
las manos
garras
corramos
quiero infiltrarte de olvido
desacostumbrarnos
lupa por lupa
sobre lucidez
¿qué te trae por las trampas?
¿qué oscuro ultramar a galope continuo?
recuerdo una radiación
aquella vez antípoda
saxífraga
cáscara
después
astrolabio
sobre el viento
detiene el mundo
hagámonos un nudo
dejémonos de sed
Mar funeral
sobre ripio está
la costa te fuimos a llevar
ahora nada
de día mariposa nocturna
impregna paredes capullo de coral
lo preciso insinúa la falta que nos cala
cómo hicimos para ir juntos
quién eras para todos los demás
quién es nosotros
sobre los acantilados la casa se nos cae
mármol hierve entre las olas
aúna la distancia que nos une
aún después de años temporales
no se hunde
al fin tuviste un nombre
tus únicos zapatos
cuánto duran
*(Temperley-Argentina, 1979). Poeta. Ha publicado en poesía las plaquetas Oráculo de Orión, Galope sobre la vértebra del mar (2015) y Sobre la proa (2016), y Haz el caballo (parte de la antología Necesidad y Urgencia, 2016); y Mar de Interama (2020).