5 poemas de «La nieve brota en cautiverio» (2024), de Iria Fariñas

 

Por Iria Fariñas*

Crédito de la foto (izq.) Ed. Valparaíso /

(der.) archivo de la autora

 

 

5 poemas de La nieve brota en cautiverio (2024),

de Iria Fariñas

 

 

Mito I

 

el bosque se forma despacio

como una bomba

bajo las manos que la desactivan

 

niñas fertilizantes

aplastamos frutos maduros

entre raíces y ramas

 

nos juntamos               somos doce

                  almacenadas

              [pero mi cuerpo]

entre el musgo y la bruma

            ¿dónde se encuentra?

 

la primera de nosotras

tiene una sola costilla

y dice es suficiente

 

la segunda baila sobre la leche

derramada por            la tercera

conjura soles como puños

 

de los ojos de la cuarta descienden

cascadas rabiosas de lodo

 

la quinta afila raspas de pescado

y no se pregunta por el río

 

la sexta escupe:

solo quiere vaciarse

 

[pero ¿mi? cuerpo]

¿dónde se encuentra?

 

la séptima colecciona los cuernos

de los rinocerontes que no huyeron

y dice                       son de demonios

 

la octava quiere aprender a pintar

la luz muerta de los astros

 

[pero ¿cuerpo?]

donde se encuentra

 

la décima acuna un mortero

para moler el polvo mientras canta

 

la undécima ya está cansada

de soñar toda una vida sin párpados

 

la duodécima no sabe que es la última

y conversa sin girarse

con quien debe ir tras ella

 

[pero]

 

mientras el bosque crece

los helechos nos cubren

y nadie grita

 

[dónde]

 

solo la piedra

 

 

Génesis II

 

en el origen poseíamos ojos

como caparazones de tortugas

abiertos en las algas

 

de niñas merodeábamos a los gigantes

y mordíamos arándanos

 

las manchas sobre muestras comisuras

no vacilaban ante la materia

del fulgor o los demonios o la esperanza

poseíamos minutos enteros

los ahogábamos contra nuestros pechos-celdas

les robábamos el sentido

 

teníamos todo

excepto mecanismos miedo y lógica

 

y por eso las fauces

para morder todo lo que brotara

lo suficientemente cerca

como para perder

cualquier interés por espiarlo

 

 

 

Manifestación a cuatro voces

 

escucha el espacio                    entre nuestros cuerpos

como se atiende una casa       a punto de poblarse:

 

somos hechiceras                      hechiceras a pesar

 

del pellejo empobrecido

                                                      de tanto explorar lo crudo

del acantilado

                                                      donde se insinúa la escalada

 

 

               escucha estos claros que ofrecemos:

        es tan importante tener un lugar para aburrirse

 

por eso hechiceras                     hechiceras a punto

 

de seducir

                                                      los rezos al fondo del estanque

de extender

                                                      la noche de las garras

 

      este testimonio pertenece a la amistad más absoluta

 

somos hechiceras                    hechiceras infieles

             a la inocencia y a la crueldad

 

    habitamos todos los retratos y los mitos

nutrimos cualquier nombre que nos ofrezcan

 

pero en secreto                       nos encontramos desnudas

entre las higueras                    quemadas por relámpagos

 

              aquí se practica la fragilidad

 

escucha los signos                  del amor feo

del rarísimo amor                   dispuesto a abrumarte

y a bombardear el lenguaje con su metamorfosis

 

hechiceras aquí se lucha siempre por primera vez

 

 

 

Exorcismo de la culpa

 

intentas volver

con el corazón en conserva

y los muñones del roce

exhibiéndose al sol

 

intentas volver

blandiendo la voz reposada

de los muertos

 

ya no escucho

conjuros ajenos a mi boca

o a los cráteres o a la tierra

 

ya no hay espacio

entre el pliegue de mis codos

y aún así          intentas volver

 

escucha de espaldas

ahora las flores que riego

no decoran tumbas

 

intentas volver y no hay espacio

para ti en este bosque      aléjate

como método para unirte

a esta celebración

 

La poeta Iria Fariñas

 

Pócima unificadora

 

reclamo la sed

como escudo

el cosquilleo del nido

en la garganta

 

encontrar en la urgencia

un artefacto en lucha

al que llamar hogar

 

reclamo el hambre

como arma

la calma breve

del mordisco

 

cercar la memoria

para extraer los cantos

rodados con que embutir

el estómago de los cisnes

 

reclamo la gula

como tiempo muerto

alas de aves domésticas

hundiéndose en las bocas

 

cualquier jaula libre

de sed o hambre o afecto

cualquier canto

rondando las gargantas

hacia los colmillos y las lenguas

 

nada se afila como las lenguas

nada se ablanda como los colmillos

 

devoraré el corazón

tierno de mis hermanas

beberé su sangre tibia

hasta que su guerra

encuentre hogar en la mía

 

hasta que la tierra

de nadie se abra como un huevo

lanzado al vacío

 

 

 

 

 

*(España, 1996). Poeta. Escribe, performa y estudia Filosofía. Obtuvo el Premio Incendiario de Poesía y el Premio de Literatura Breve de Mislata (2023). Con su performance gota espejo bisagra obtuvo el concurso de proyectos escénicos “Alacant a escena”. Ha publicado en poesía y relato La nieve brota en cautiverio, Ruido de cicatriz, Formas de quedarse en el borde y quién extrajo el hueso.

 

 

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