5 poemas de «La angustia era una flor carnívora» (2022), antología personal de Patricia Colchado

 

Por Patricia Colchado*

Crédito de la foto (izq.) Javier Ramos Cucho –

Pájaro de fuego eds. /

(der.) Luis Boceli 

 

 

5 poemas de La angustia era una flor carnívora (2022),

antología personal de Patricia Colchado

 

 

abriéndose sin temor

mis labios sienten la pulpa

roja         tierna

de una     fruta

que se hace líquida en mi vientre

entre mis dedos

la noche se prolonga

 

lila

 

(de Blumen)

 

 

 

Salomé

III

 

Mis pasos callan

ante esa hermosa cabeza

que se deshace en ámbares y rojos

¿es él? –le pregunto

ella sigue disfrutando del banquete

y los otros ya ni se interesan

entonces

empiezo a danzar para él

para el único que eterniza mi baile

con ojos

dulcemente abiertos

 

(de Las pieles del edén)

 

 

Ciudad envenenada

 

Ya no estoy hecha de pedazos,

sino de restos.

Mi corazón es una manzana negra

sin latidos,

que ni siquiera un ave malagüera

se atreve a picotear.

 

Entre el hedor del olvido

y el chillido de un río, transito

por las periferias de un cuerpo que fue mío.

Esa fui yo,

la que solía pegar cicatrices en el barro.

 

No creía en la destrucción,

¡pero mira!

con qué facilidad me entrego a sus fauces.

 

(de Ciudad ajena)

 

 

 

Tizne

 

Me acuerdo de aquellas niñas

—las pocas que volvieron—,

regresaron ya hechas mujeres.

Sus ojos no brillaban más

al mirar la arena blanca.

Se les negó la ilusión de pintar sus manos

con heno;

sus almas parecieron impregnarse de tizne.

Les fueron extirpados sus encantos,

su fragilidad

devorada por lenguas de fuego.

 

La angustia era una flor negra, inmensa,

carnívora

que crecía dentro de nosotras.

Por mucho tiempo nuestros cuerpos fueron

cobijo de temblores.

 

Atardecía…

Algunas logramos saltar el muro, a las demás

se las llevaron atadas,

dejando de su infancia apenas

una sombra proyectada en las paredes.

 

(de Ningunlado)

 

La poeta Patricia Colchado.
Crédito de la foto: Luis Boceli

 

Chaclla

 

La hija más desprendida y valiente de Inti fue hecha lluvia

Sus llantos me conmovieron,

quise empapar con mi ternura,

la aridez de sus almas y sus campos.

Me hice amor en forma de agua

y Rímac me acompañó en este sacrificio,

convirtiéndose en río.

 

Ambos hermanos fluían en el mundo como dentro de una misma placenta

Los yungas celebraron el florecer

de la pachamama, danzando.

Surcaban tierras, sembraban huajayllándose.

“Fuera pereza”, decían.

Y los manantiales

eran espejos azules sobre verdes tejidos.

 

Desataba mis trenzas acuáticas

sobre las espaldas de mi hermano,

haciéndole cosquillas. Él reía,

me contaba historias que recogía de los pueblos,

en tiempo de trilla.

¡Alegres cosechaban los hombres!

Hasta que el latido del último yunga no se oyó más en el Kay pacha.

 

(de Siete ñustas)

 

 

 

 

 

*(Perú, 1981). Escritora, poeta y bailarina. Obtuvo el Concurso de Poesía del Festival Internacional de Literatura Stadtlesen (Austria, 2020) y el Premio Nacional Harawi de Creación Infantil (1991). En 2005 funda el sello editorial Pájaro de fuego. Del 2005 al 2018 fue directora cultural de la asociación para el fomento de la cultura latinoamericana en Múnich “Freunde der Kulturförderung München e.V.”. En la actualidad, forma parte de la asociación cultural TierrArtes Perú-Múnich. Ha publicado en poesía la plaqueta Hypercubus (2000), Blumen (2005), Las pieles del Edén (2007), Ciudad ajena (2015), el calendario lírico/Lyrische Kalender (2017), Ningunlado (selección poética bilingüe, 2021) y La angustia era una flor carnívora (selección poética, 2022); ha publicado en narrativa La danza del narciso (2011) y es autora de libros para niños.

 

 

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