5 poemas de «Espacio interior» (2021), de Eugenia Coiro

 

Por Eugenia Coiro*

Crédito de la foto Tren Instantáneo

 

 

5 poemas de Espacio interior (2021),

de Eugenia Coiro

 

 

ahí en medio

entre materiales sin fisuras

soy la única bola que late

unos lazos calientan me protegen

envolviendo mi corazón

mi sistema nervioso de cablecitos intermitentes

luces que prenden

ideas

que apagan

conexiones fugaces

a mi alrededor

toda esta máquina

es un fosforito

listo para arder

 

 

 

el espacio no está vacío

en el espacio

floto

entre mucho

materia

esbozos de rocas

cosas no acabadas

ni cosas

menos que partes

rasguños del tiempo

gajos rotos

memorias secas

estrellas

metales

 

La poeta Eugenia Coiro

 

Cuánto tiempo

toma a la herida

desaparecer

completamente

olvidada

y si esto es

como me parece

imposible

cuánto tiempo tarda

en hacerse invisible

en volverse menos que un recuerdo

una mancha

grisácea

en la superficie lunar

 

 

 

Debo haber malentendido algo

del trauma

no supe quedarme fija

y avancé

o será que el tiempo vino

a un ritmo loco

cada vez más acelerado

haciendo torbellino de hojas y cosas

disimulando la herida

en el viento

Debo haber malentendido algo

las instrucciones

no me ayudaron

busqué

una perilla  un engranaje

una respuesta

la salida la entrada

Debo haber malentendido algo

el yo parece

a punto de estallar

por los bordes desordenado

y el centro gravitacional intacto

sin caída

sin saber rodar cuesta abajo

Debo haber malentendido algo

algo de ser mujer

humana o animal

tal vez

hubo una falla

Huelo ceniza

como una roca ese deseo

el suelo yermo

carbón sedimentos del volcán

Debo haber malentendido algo

Supe millones de estrellas

sus nombres

la ubicación exacta en el círculo

pero debo haber malentendido algo porque

estoy en esta cabina en la que caben cinco o seis

hasta siete personas sentadas

llevo los controles

firmes en mis manos

y avanzo

avanzo rápida

hasta puedo cerrar los ojos

no hace falta ver

en esta oscuridad la noche es mar

y es infinito

este deslizarse perpetuo

en el que espero su voz

al oído

tranquilizándome

su voz

una sensación de alivio en mi espalda

Debo haber malentendido

 quizás he olvidado

algo

algo importante

 

 

El viento

el sonido de las hojas

abrumando

los pájaros y los perros

en fusión descordinada

No es la tierra lo que se extraña

sino el sol

a esa precisa distancia

la mágica variación

el paso de las nubes

lo incierto

el azul claro y potente

los frutales sacudiéndose

todo parece a punto de ceder

de colapsar

La muerte organiza

en colores primero

brilla y supura

luego exuda se funde

 

Se extraña lo orgánico

el insecto desconocido

que avanza

subrepticio y se esconde

bajo la piedra húmeda

 

la flor tajeada en su tallo

achicharrado violeta que se opaca

al calor

una repentina invasión de vaquitas de san antonio

sobre una rosa

 

la clorofila visible

origen de todo color

el capullo de un gusano

de seda

disecado

 

 

 

 

 

*(Buenos Aires-Argentina, 1978). Poeta, periodista y correctora literaria. Desde 2014 coordina talleres de escritura en Siempre de Viaje-Literatura en progreso. Realiza diversas tareas para Viajera Ed., forma parte del consejo editorial, corrige y colabora en la producción de eventos artísticos y literarios. Ha publicado en poesía 374 (2007), Bengala Hotel (2011), Agua o niño que corre (2014), Fragmentos del fin (2016), Parterre de los deseos cumplidos (2020) y Espacio interior (2021).

 

 

 

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