5 poemas de «Curucusí» (2023), de Claudia Vaca

 

Por Claudia Vaca*

Crédito de la foto LP5 Ed.

 

 

5 poemas de Curucusí (2023),

de Claudia Vaca

 

 

Curucusí

 

Viajan sus luces

del monte a la montaña hasta llegar al pueblo

del río choboreca al río amazonas

del río de La Plata al río Bío Bío

del atlántico al pacífico

desandan los olivos del mediterráneo

cambia su nombre de una lengua a otra

pero su luz la misma siempre es

 

Viaja la oscuridad y la desciende

mirando a los nómadas paridos por la guerra

 

Con curucusí

sobrevi VIMOS la monstruosidad del viento en el desierto y las ciertas penas

junto a los vecinos

de chiquitos a moxos

de potosí al negév

 

Con curucusí vi Vimos

en la villa del trabajador de los sueños rotos y las panaderas horneando utopías

aquel primero de mayo arreciaba el viento entierrado en suelo santacruceño

 

En los veranos soleados

con ilusiones templadas

se juntaban a tomar el mate con miel al amanecer

el café con cuñapé al atardecer                         mi madre con mis tías

En los inviernos viajaban en el tren los migrantes

entre ellos: mi abuelo y mi bisabuela

arropaban sus sueños con café ralo alargado con agua de pozo

leían sus miedos en el jachi del colador

se arropaban entre todos con sus mantas descoturadas

costuraban la solidaridad migratoria

turcos, alemanes, árabes, españoles

ayoreos, guaraníes, guarayos, brasileros,

todos temblando de miedo

llegaron a El Carmen

subieron otros migrantes de latitudes y culturas andinas, amazónicas, vallunas

todos mezclados forjándonos

diciéndonos entre rezos, con los dedos fríos, los labios morados, los dientes destemplados, las encías sangrando:

–gracias a la vida por la gracia de estar vivos, sobreviVIENDO—

 

Entre los vagones del tren, entre las bancas de la plaza

 una lluvia de curucusíes alumbraba aquella oscuridad

zigzagueantes eran las luces de farándula democrática en caja de pandora

 

Curucusí vino a deslumbrarnos por unos instantes para olvidar la sangre de nuestras encías

 puso en la mesa: pan y miel

café y masaco

tujuré y leche

nos hizo recordar la luz que tenemos en tiempos de adversidad

nos invitó a pasear

a salir con la chispa para hacerla fuego

hoguera para cocinar              un locro o un majao

chispa que será fogata

para rondar y cantar

el dolor y el olor de la muerte para hacerla vida en el recordis

chispa para cicatrizar los partos de nuestras madres y la angustia de nuestros padres.

 

Los parpadeos del curucusí son testigo del tiempo rotatorio en la pujanza para los partos

son poemas que incendian el estado de ánimo

como se incendian muchos montes del mundo

parpadeos-poemas que aturden, como aturde el humo de la casa quemada

parpadeos-poemas que son lagos tranquilos,

también son parpadeos como ríos desbordados,

parpadeos pegados en las hojas del paquió

como ríos bañando las colas del bufeo

parpadeos luminosos

para adMirar

la caída del tiempo en cascadas

hacia cuevas que hablan en idioma de arte rupestre

aquí en el corazón de san miserandino

conversando con las luces pictográficas del viento chiquitano

hasta escuchar al turco árabe del barrio cantar la pena de sus difuntos

escuchar al árabe de la esquina contar su miedo al olvido y el no retorno de sus hijas.

 

Al curucusí como al migrante

se lo ve poco

pero no por ello se niega su existencia

existe

te guía

es un ser luminoso

muy disfrutado por los mundos cósmicos

es un ser que cuando somos niños nos encandila

 jugamos con él en las noches veraniegas

 ayuda a no caernos en el monte cuando vamos por leña y chafra para el locro.

 

Curucusí es la tibia luz de las noches de lluvia y frío

encendiendo la palma de nuestras manos

nos invita a mirar sin lastimar los ojos

 

Curucusí es un ser vivo casi extinto por la desmesura de la civilización de los piojos

 

Curucusí como la poiesis es un tránsito constante que no termina de hacerse

desde su tenue parpadeo nos muestra la oscuridad y monstruosidad del mundo

en su tenue parpadeo nos da tiempo para digerir el horror y aprender otras luces interiores

 transformar la comprensión que tenemos de todo cuanto está sucediendo en la vida

desde que la tierra existe junto a otros planetas

tenue…para que no nos infartemos.

 

La poeta Claudia Vaca, leyendo

 

Albahaca de romero

 

Mientras dure la tierra no han de faltar siembra

y cosecha, frío y calor, verano e invierno noche y día

Génesis 8:22

 

Soleadas las manos

Saltamos los asaltos del destino en el timo

en el timo en el timo en el timo en el timo

sanamos desatinos del encierro intrauterino.

Prodigios del arco en señales del parto que parte hacia otro mundo

ejercemos la devastación del género humano

de la memoria fuera de los sueños

en el rincón ominoso

se funden las partículas de oro.

 

En la humanidad caída sobre el pasto mecido por los vientos

vientosssssz de Chochís y del Negev

oímos el murmullo prenatal de nuestras madres siendo hijas

sus madres pariéndolas

atraversamos los murmullos de las pequeñas muertes

atraversamos los murmullos del agua entre las piedras

adoquines y semillas de Granada

con dulce de guayaba admiramos la luz del verano

sustraemos la fuente del tiempo

anidamos la luz nacida en la palabra Curucusí.

Atraversamos el gesto perhistórico

escrito en las cuevas de San Miserendino

comunicando su paso por el tiempo

su búsqueda hacia un hogar

comunicando la rotación terrestre en las caderas de las madres

por sexta séptima octava novena vez

madres listas para desmalezar la semilla arrojada con desdén,

madres listas para la cosecha que es el parto:

partir de un estado a otro

de niña a mujer

de hija a madre

tal vez abuela.

Es penoso espinozo este camino del partir buscando un hogar

lento el ejercicio del partir los bienes de la tierra que somos

en este abismal horizonte de aguas turbulentas

navegamos corroídas los secretos de guerra y paz

sobre nuestros cuerpos turbados los hombres asientan sus penas

son turbiones de deseo carcomiendo las entrañas y engendrando el abandono.

Sus madres anhelan que vuelva la claridad

y les recuerde la señal del cuidado a la vida

en la noche indescifrable donde rotan sus penas sobre el útero vencido.

En la rotación de las caderas de sus madres

en la rotación de las caderas del mundo que son nuestras madres

algún hombre recordará que es hijo y en meditación oirá el gemido

de sus padres llorando en la guerra

de sus padres exhalando un orgasmo.

Estamos atraversando la rotación de las caderas del mundo

absortas en el aborto que es toda guerra.

 

 

 

Parto

 

En el parto: partimos, portamos la luz, llegamos al portal de dos mundos.

 

El día de su nacimiento

 una corriente de ira atravesó su cordón

envolviendo sus pulmones con aire ciego

las piernas de su madre temblaban

su frente sudaba y su respiración se entrecortaba

el tren corría a toda velocidad

el pulso de su madre iba al mismo ritmo del tren

quemándole las venas

en llamas de miedo ondeante

la oscuridad de la madre y la hija

se confunde con la muerte

se oye un estallido de fierros y vagones

entre las piernas de su madre estalla todo

sale con la fuerza brutal del estallido de vagones

los rieles se desvían               los ojos de la hija están desorbitados

la madre solo tiene los párpados cerrados y sudados

el silencio calla los latidos     de todos los vagones.

 

 

Tucabaca

 

Las curvas del vuelo son enigmas descifrados

en el espinario de las flores espejándose en los totaisales

hasta enrojecer el corazón de las aves

quitarle la memoria del mañana

porque hemos recordado olvidar para vivir en paz

disfrutar del paraíso

tucabaca mirando el horizonte

caminando las riquezas que lo guardan

escuchando los secretos del viento

en las tibias aguas de las pozas

bajar respirando lento

tomar café sobre una mesa de madera cortada en el monte

entrar a dormir en la casa de teja y adobe

en la unión del atlántico y pacífico

mientras seguimos la caminata

que nos permita habitar nuestra propia alma.

 

 

 

Rhito de emmancipación

 

Hay un pensamiento que todo conocen

Nadie recita

Se inundaría el mundo al pronunciarlo.

 

Ruta rito hitos

Humanidad

Inmunidad

Unidad

Dad

Morada y fe en los minutos de brújula caleidoscópica

Buscando en ella los días maravlluviosos

De alegría de sandía en el río Choboreca de mi infancia

Libres de incendio en el agua

Fundimos cotinentes habitados

En el corazón amazónico: tucabaca de chiquitos.

 

Enlutados los cuerpos transitamos el duelo

Nos impiden el rito del entierro

y ennamueridas pronunciamos sílabas que cortan la garganta

cantamos la afonía del poEmma Emma Emma

emancipación de rezos ritos mantras

en la casa diluidos idos idos

van y vienen los pesares   la nostaliga

con su sonrisa coartada.

 

Pausa apresurada en el motor de sus pensamientos

Viaje vetado

Moshes en el Nilo

Fraones en el hilo del tejido impertinente que es la muerte.

 

Hay un verso que todos conocen

Nadie recita

Se inundaría el mundo al pronunciarlo.

¡lo cantamos!

 

Con la luz del curucusí

Iniciamos la costura de estos bordes fronterizos

Entre el país vida y e país muerte

Con visas sin divisas

reVisan en el monte

para volver

a ver

con el volumen del VERde

incendiado arcoirísticamente

 entre las alas escurridas de parabas y picaflores diciéndonos:

–    Hay que ver el verde

–    ver de verdad este poEmma.

 

 

 

 

 

*(Santa Cruz de la Sierra-Bolivia, 1984). Poeta, narradora, filóloga y magíster en Ética social y Desarrollo humano por la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Además, se especializó en Gestión sociocultural por The Golda Meir Monte Carmel Center en Haifa (Israel) y en Educación intercultural. Es doctora en Educación en la Universidad Católica de la Santísima Concepción de Chile y cofundadora del Colectivo Lee, junto a la escritora Jéssica Freudenthal, y columnista en los diarios El Deber, Los Tiempos, Página Siete (Bolivia) y en El Mostrador (Chile). En la actualidad, es pasante investigadora en la facultad de Traducción y documentación de la Universidad de Salamanca (España) y dicta conferencias en universidades y centros culturales iberoamericanos. Ha publicado en poesía Versos de agua (2008), Como vuelan las mariposas (2012), Incendio en el agua (2018), Pasaporte de un elector (2019) y Curucusí (2023); la novela Diálogos del silencio (2017); El manual didáctico de educación profes fuera de la caja (2019); y el ensayo El libro es un territorio y el lector un habitante (2019). Sitio Web: www.claudiavaca.org / Email: cvaca@doctoradoedu.ucsc.cl

 

 

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