5 poemas de «Cuaderno de Courtney Love y otros poemas» (2023), de Antonio León

 

Por Antonio León*

Crédito de la foto (izq.) www.carruajedepajaros.com.mx /

(der.) Ed. Pinos Alados

 

 

5 poemas de Cuaderno de Courtney Love y otros poemas (2023),

de Antonio León

 

 

miss world

 

la otra vez dije ser la chica y que yo miento,

miento y miento. la otra vez frente al establo

llamado paraninfo durante el academoceno.

el cabello en terrazas de colores, en tinte de

papel de china, las mandolinas del tórax sin

atinar de ficción. la fuente de sodas de aquel

lustro no tenía sitio para el tequila de plástico:

dijimos, sobre la piedra, que nuestro sueño es

poco necesario como el de cualquier especie

rota de origen y yo miento, miento y miento.

 

la otra vez mi banda uniformes de escuela,

timbre en las sienes justo la ansiedad del

fin del mundo, pero también de exámenes

finales. llegar a casa de ninguna forma, todo

en la consagración del desaliento. también

me dicen que no debo escribir la carta ni el

poema, que nadie me necesita para hablar

de su paso por esta broma. importa nada

o casi nada dicen: ir a la fiesta marica no me

vuelve autoridad para escribir la novela lgbt,

la novela lgbtttiq+ o el poema puramente

sáfico y ecuatorial, aunque la otra vez besé

a mi amiga y yo miento, miento y miento

 

yo miento, miento y miento al dar el saludo

de la paz, cada domingo. yo miento, miento

y miento al interesarme por el clima. miento,

miento y miento justo al heredar estas ojeras

caliciformes desde la navidad del odio. todo

terreno o reducción de daños tendría que

ponerse en marcha durante la preparatoria

 

la forma de hacer política no es clara en los

años de pubertad: el coto de poder de rostros

bellísimos, culos magnéticos, viajes a comprar

regalos de plástico a San Diego. un grupo de

amigos escucha discos viejos y se maquilla a

la usanza de sus dioses. una niña corre hacia

adentro, va cojeando y no desea crecer igual

que sus acompañantes de plomo. yo la ayudo

con el trance de algún maratón de películas.

con el espanto de postes máscara de espejo

 

no todas podemos usar los pantalones a la

cadera dije, las cejas de línea, los straps para

hacer jadear al espíritu santo, las primaveras

salvajes, las Karen Carpenter o Amanda Lear.

no todas tenemos un padre que ignora el star

system y dice: pago por la exposición de arte,

pago por el documental del pueblo fantasma,

pongo una mano en la cartera, nace tu talento

para la gran novela americana, nace tu MoMa

 

yo dije ser la huracán Courtney por la entrada

de noticiero, la que hace un agujero de dulce,

víctima sassy en fiesta Carrie y nimodérrimo.

ya vendrán aviones a este pueblo a polinizar

los vientos, o a dejar caer volantes para casas

de verano. hace tiempo tuve una explosión de

carne asada en la memoria, la luz de la tarde

no es la misma para todos los recuerdos, no

creerías que existen lugares sin alumbrado

público, sin proyecto de nación, sin agua de

la llave para rellenar las botellas de salsa Amor.

pero esta línea queda al final del conteo, calza

otra cara en mi cara y yo miento, miento y miento

 

 

 

retrato

 

para Nisu

 

me han dicho los hombres

que la poesía es una región intuitiva

 

que habremos de leer sus efectos en las piedras de antes

en las que

−por supuesto− ellos aparecen junto a cuadernos rojos

:

país de coleccionistas soberbios

que no festeja al margen del alcohol

 

país de ejecutivos donde no muere el ferrocarril

del hambre

 

yo también

he deseado una biografía de mi infancia,

yo también amanecí con viento en la mirada

una mañana de apoteosis cambiaria

pero no tengo suficientes sonidos para el retrato

(jarrones abiertos hacia el pecho,

zapatos nuevos sobre alfombras)

 

hay algo perturbador o anormal en el uso de grafías

en la forma de escribir acerca del pasado y los amigos

que se fueron

:

estar expuesto a la trayectoria del lápiz que habla y gime

es una condición de desnudez

 

se siente como rupturas justo en el filo

de las palabras conocidas

 

 

problemas por llevar vestido blanco

 

a una edad temprana, los vestidos y los hombres somos bestias

que nos vemos a los ojos con tristeza de no coincidir en el campo

 

o coincidir entrando por ventanas de satín, el vestido tiene

vitrales de plomo frágil

tiene

un salón lleno de argumentos y otras pelotas de sal antigua

 

salidas a bailar con el padre sobre una pista de heno.

abrazos también.

 

por fuera del coto se encienden juegos ya conocidos

 

al centro del vestido se puede soñar la muerte de invasores

su lobotomía a granel antes de venir al zumbido de drogas

que nacen de la piel, su gesto gastado

 

a una edad temprana, los vestidos y los hombres somos bestias

que nos vemos a los ojos con tristeza de no coincidir en el campo

 

.

 

yo no pensé mi cuerpo de esta manera

:

tantas veces me dijeron que saliera de sus mangas

y su talle largo

que corriera en círculos

que ocupara las manos en golpecitos contra promontorios

que no me dejarían usar popelina y seda

en el servicio militar

 

por la cremallera del padre me tomaron del pelo

 

recordé a esos insectos que se hacen bolita

y son piedra

y que, por un nanosegundo, queremos aplastar

 

.

 

me voltearon el vestido hacia adentro

como hacen con los higos recién cortados al árbol de encaje

 

lo patearon hasta volverlo cimiento de perlas falsas

 

y me lo hicieron nudo en el corazón

 

 

 

Courtney Love

 

novios rubios y bajitos, callosidades en el talento visible.

los tutores de nadie señalan diversos rasgos, aunque ya

no hacen más comentarios acerca de cuerpos infantiles.

artistas o fantasmas breves de cintura, ella ha dejado el

tema

 

porque nadie espera a niñas que dicen mentiras vistosas

 

mentiras que se vuelven la única opción de ir a espacios

públicos

o la única verdad posible durante la sesión con la doctora

Smitherson

:

ella dice que nadie la obliga a un carajo pero

recuerda Olympia y después dice Aberdeen como decir

cuerpo de agua dulce o mar de galilea

decir una estrella de rock que gime luz

y se interna en los mantos freáticos de la audiencia

una de nosotras fue al frente en aquella guerra a patadas

regresó desde el sol de zapatillas Emily −aunque no ilesa

y nos dijo

que al final del arcoíris de leña no había más roadies más

músicos insolentes

más terapias

de conversión

a la heteronorma

más patanes con playeras en que se promueve la muerte

de las ideas

 

cada vez que ella se cuelga la guitarra los barbudos temen

−prefieren torso sudoroso, menos tetas de azafrán o labios

pintados en los que nunca ocurrió

 

cada vez que vuelve a gritar salvaja

se abre la veda del odio,

sitios como Malibú, Londres, Las Vegas o Mexicali

 

salas de ensayo donde aprendió a dejarse ir llevando púas

en lugar de encaje

vestidos de abuela triste de quince años

 

un río de plata cruje en su garganta, pero nadie se oculta en

la lluvia

durante el sexo oral

 

El poeta Antonio León

 

drag

 

Miss Sasha Colby gana la competencia

en la que, lo único posible, es el propio cuerpo.

 

por mucho

tiempo la placa de obsidiana se prestó de espejo

con las venas alzadas para contar su historia

 

toda leyenda

toda maremoto de aceite hirviendo

sobre culeros de la edad media

 

magia de pasarelas en donde desmayos

con duck tape en la existencia

y en los bordes,

la forma de hacer cabello en nudos imposibles.

 

por varias décadas su casa, manantial de sequin

dresses y bailes hacia arriba

recogiéndose en las

cortinas invisibles que luego la devuelven

al país de azúcar mascabada en el que se volvió

reina

por primera vez

valkiria por primera vez

toda

fuerza de gravedad en este mundo absurdo, pero

ella fuerza de la naturaleza. gana la competencia

de nuevo, porque hilvanarse sobre el plano de los

hombres es una ralladura de vida que ella misma

inventó

 

.

 

otras amigas travestis de este corazón me han

vestido las mangas del duelo,

que les diga a las

otras la piedra es cara y toda la noche la pasaré,

una por una en la raja de tigra especista, color

naranja. piedra por piedra, silicón frío.

 

aquí la única con autoridad

es la señora de la retacería

 

no nos han dicho a cuánto asciende el sueño,

si puede pagarse con dedos de cobre

así mismo

pensamos

:

se construyeron basílicas en este país, también

basiliscas, también puertas de fantasía, túneles

de feroz transporte hacia otros reinos jardinados

o casas de bienestar que no existen en esta serie

de máquinas de coser

 

o de shein por las tardes

:

documentales de moda rápida

para sentir culpa del color

las cremalleras de plata

la textura

 

dije no barba de candado

querida old spice.

nuevo nombre drag

:

casuarina de harina, señorita fiesta patria,

manglara Tajamar.

pero no estoy a

cargo de ranurar esta historia, por algo miento

 

justo como me enseñaron

 

 

 

 

 

*(Baja California-México, 1977). Poeta y cronista. Editor de poesía en la revista El Septentrión. Obtuvo el Premio Estatal de Literatura de Baja California (2016) y la beca del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) en la categoría Creadores con Trayectoria (2018). En la actualidad, trabaja en el ámbito de la promoción de la lectura y es integrante del equipo organizador del encuentro Tiempo de Literatura (Mexicali-México). Ha publicado Busque caballos negros en otra parte (2015), :ríos (2017), Consomé de Piraña (2019), Drowner (2021) y Cuaderno de Courtney Love y otros poemas (2023).