Por Francisca Huamaní*
Crédito de la foto (izq.) Cono Norte Eds. /
(der.) la autora
5 poemas de Confesor (2024),
de Francisca Huamaní
Confesor
Eres aquel que digiere cadáveres en días
anémicos.
En ti no es aplaudible alcanzar una meta,
porque jamás será celeste renunciar a la patria
en días festivos.
Creer que lo oscuro nunca será grotesco
es irracional.
Ni será torrado estar afligidos en tardes soleadas.
Ni anaranjado sentir la tristeza del gato
que asfixia la duda.
(Colores enfermizos que aprisionan tus rutinas).
No existes.
Eres norte y sur, este y oriente;
Eres insano, torpe y extranjero.
Veloz en la estafa, aunque fracases en tus
intentos de crear felicidad cuando prometes
ternura.
Eres mentira perpetua que sin torpeza abandona
el campo de batalla
con una sonrisa ruin y ajena.
(Pintas de negro tu habitación y de verde la
pared de tu sala).
No existes.
No eres hombre.
Eres austero,
eres animal.
No hay en tus días victorias cómplices
ni fracasos propios.
Eres mentira.
Todo en ti es mazmorra.
Tampoco es perdición la esperanza en muerte.
(El techo de tu baño ya es gris y el piso de tu
cocina marrón,
como tus ideas suicidas
que no ejecutas ni con eficacia
ni con honor).
No eres virtuoso.
Escribes mi nombre
Padre
no tengo miedo al miedo
porque me abrazo en tu amor.
Lo llamo con enfado y certeza
y me insensibilizo en tu paciencia.
Padre.
Lo empujo sin descanso y sin afecto.
El miedo escribe mi nombre.
Afirma mi destrozo por no verte.
Atrapa mi mente (no me escuchas)
y se aprovecha.
“No tienes derecho a llorar si no vives como
hombre”, apunta.
Mis cabellos gritan,
me levanto
busco en mi piel tu voz,
esa que me arrulló de niña.
Con fe me enfrento al miedo.
Me abrazo en tu perdón.
Atributo
No alimentaré su ego con mis laureles.
No dejaré para ellas mi adjetivo.
Ni molicie ni amparos.
Lo sustancial es que nada de mí tendrán.
No facilitaré su caminar a esta alborada.
Me he portado mal con la que me dio la vida.
Esta noche caminaré a su lado,
muerta.
No permitiré que ellas nos lastimen.
San Judas, cuida la pureza de mi delirio.
Protégeme de la pena de ser malvada
para aquellas a quienes no di la vida.
No compartiré con ellas mi ternura.
No hablaré en vano mientras miran con
desprecio mi rostro tenso.
Mi cuerpo frágil.
Mi temple ido.
Soy desde ayer la que camina sin recuerdos.
Mi memoria corrió de rutina.
Sin amor para la que me parió.
Y un acongojado corazón para la madre
que no esboza sonrisas ondulantes
ni sabe de mi andar sin hijas.
Arma mi mortaja esta noche
y despide mi cuerpo sin ropajes,
sin velas, ni rezos.
Oscurece la pena de mis no hijas,
y diles que no abandonen mi comodidad,
y que las espero en la zona hosca de la eternidad
Ahí viviremos, frías, frías, frías.
Esencia
Sentada al borde del silencio.
Aspiro tu aroma y huyo.
Decido conservar la sensatez de mujer digna e
insensible.
Estoy al borde de tu sonrisa.
Me observo feliz, perfecta, serena y única en mi
limitación.
Directo, derecho e izquierdo
son los pasos que daré antes de ascender
al momento exacto de tu partida; lloro,
serena y perfecta.
Aspiro momentos y me sonrojo.
Desprecio tu esencia y miro:
Me miro, te desconozco.
Me torturo en tu nombre
y me azoto con tu traición.
Me siento al borde del cielo.
Días calvos
Hoy ha salido el sol hermoso de mis días calvos.
Tengo incertidumbre y tristeza.
Él ha roto mi corazón
ya maltrecho por la tiranía de su amor sin ternura.
Baila unido a musas siniestras de miradas
apocalípticas.
Desprecia mis ojos grises,
mis palabras lentas,
mi caminar torpe.
Desaira mi convalecencia,
mi santo vientre.
Estoy adolorida,
más hoy que mi piel palidece,
con el derrumbe de peldaños no alcanzados.
Él se ha ido.
*(Perú). Periodista por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú), con estudios de maestría de escritura creativa de la misma universidad. Trabajó en el Diario Oficial El Peruano y Expreso. En la actualidad, es coordinadora de publicaciones en la Asociación de Exportadores (ADEX). Ha participado en antologías como Perlas de la Charca (Argentina-España) y Bosques de letras (UNMSM). Ha publicado en poesía Confesor (2024).