Por Carmen Borja*
Crédito de la foto (izq.) Ed. Animal Sospechoso /
(der.) archivo de la autora
5 poemas de arrojarse al agua (2022),
de Carmen Borja
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Aguzar los sentidos y arrojarse al agua:
música del origen, latido, murmullo,
balbuceo, canto.
Dentro, esa extraña luz, la palabra.
También lo incomunicable,
la muerte de los que amamos,
lo secreto. El goce de la belleza,
la ausencia de codicia.
Fuera, múltiples realidades,
tiempos distintos en un mismo tiempo.
Cómo no anhelar la armonía.
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Una realidad opaca y fragmentaria
puede volverse de golpe transparente.
Acabamos de llegar
a la historia de la tierra
y parece que tenemos prisa
por quemar la casa.
Siempre hay tiempo de extinguirse.
Mientras, contemplo la laguna,
el juego de la luz en las hojas,
el vuelo de las aves.
La muerte súbita de un amigo
encadena el ciclo de la vida.
Sus mujeres-pájaro
seguirán surcando el aire
en algún país lejano.
Olvidar lo trascendente
o lo que no comprendemos
nos estrella contra las rocas.
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Cargar con el peso de la noche
y sentir la duda cercana a la verdad.
Como en vías de extinción.
Sobran clichés y emociones desatadas:
sólo una mirada perpleja y humana,
a contrapelo del mundo.
Somos una estirpe volátil,
una estirpe de errantes y fugados
en un planeta azul.
Sólo los muertos no pueden corregirse.
Mientras, naranjo, alfabeto, pelícano,
tinta, arrayán, vidrio soplado.
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A veces entran ladrones.
Arramblan con todo lo valioso,
tiran al suelo libros, ropa, papeles,
dejan tras de sí caos e impotencia.
Conviene pensar que el tiempo no transcurre,
que estamos incrustados en el espacio-tiempo,
que la existencia no pasa, es.
Otros, a partir de nosotros,
harán y desharán en universos paralelos.
Y la muerte de cada uno,
un tránsito en el camino de generaciones.
A veces solo quedan las semillas del tejo.
O escribir libros silenciosos.
Cuando me abrazas, aúlla la luna.
Entonces sabes que la vida es un todo
y su grandeza permanece
como un bajo continuo.
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A veces el tiempo se detiene.
Conoce entonces tu dignidad
en niveles de realidad distintos.
La oda escrita con la soga al cuello
no señala al poeta, sino al tirano.
Y los vínculos forjados con lágrimas
pueden unir más que los lazos de sangre.
Mejor no ceder a los malos presagios
y gozar la tormenta, la flor del cerezo,
la formación de cristales.
Voy hacia las olas,
donde rompen todas las palabras
o hacia el bosque de castaños
que me acuna.
*(Gijón-España, 1957). Doctora en Literatura española y magíster en Edición. Reside en Barcelona (España) desde 1978. Es presidenta de la asociación Produccions Impossibles y codirige la Casa de l’Artista en Terres de Cruïlla. Alejada por convicción personal tanto de la crítica literaria como del mundo académico, su interés central desde hace años es la poesía. Ha publicado en poesía, la trilogía formada por Libro de Ainakls (1988), Libro de la Torre (2000) y Libro del retorno (2007), La balada de Branko Petrovski y otros poemas (2007), Mañana (2011) y Sub Jove. Cartas de tréboles y diamantes en edición de bibliófilo (2016), entre otros. En 2017 Sub Jove se publica en castellano, asturiano y catalán y en 2018 en edición especial de cartas de tarot. (www.carmenborja.net)