Por Aarón Ormeño Hurtado*
Crédito de la foto (izq.) Macla De la Barra /
(der.) Ed. Caja Negra
5 poemas de Amor y sangre en el Callao (2021),
de Aarón Ormeño Hurtado
Playa Cantolao
Dejo mi corazón
como una cucharada de azúcar
en una infusión de hierbas negras.
Te dejo un músculo todavía dulce.
No quiero que se pudra sobre el cemento.
Tampoco quiero que sea escupido por ti
como un lobo de mar muerto y descompuesto.
Te di mi adolescencia y mi alegría.
Me escogiste para ser feliz en tus piedras
y en tu gélida agua donde está María Auxiliadora.
Toma mi corazón y hazlo nadar.
Bautízalo en tus aguas oscuras
y fortalécelo siempre.
Protégelo de las hambrientas especies
que habitan donde no llega la luz.
Sácalo siempre a la superficie
para ver que todo puede estar mejor.
Te recordé y te extrañé con toda mi carne.
Mis huesos son como tus piedras cantoras.
Mi sangre aprende de tu movimiento infinito.
Poema a una rata
Coliseo de sangre y concreto.
Un hombre mató a pedradas a una rata en la calle.
Los viejos y los niños se acercaron al cadáver.
La muerte se metió en sus cabezas
como una plaga de piojos.
La luz naranja de los postes atravesaba el aire
cuando el pequeño cuerpo se movió
hasta dar su último y más azul palpitar.
Atrás quedaron los latidos de adrenalina
tras escapar satisfecho de alguna cocina.
Quedó inmóvil aquel corazón
que se agitó sobre una hembra
bajo el húmedo suelo del suburbio.
Una rata ha muerto en la barriada.
El hombre que la mató algún día morirá.
Nadie sabe si la crueldad
también morderá sus nervios.
¿Qué es el latido de una rata o de un hombre
en la inmensidad del universo?
No son nada en el baile de luces de la galaxia.
Confundo el amor
Confundo el amor
con la risa de algunas chicas
que remojan sus labios en gin.
También me confundo cuando
mi corazón flota en cerveza
y regreso a casa mientras
en la iglesia cantan el Aleluya.
Confundo el amor con tu rímel
cuando me envuelves con tu sombra
como si fuera un mamífero bajo un árbol.
Tú no tomas gin,
pero también me confundo.
Me confundo cuando en tus acantilados
hablamos de los músicos de rock and roll
que usaron una casaca como la tuya.
Distraigo todo el horror
cuando mi gato alado posa sobre tu flor de loto
y nos miramos
como si fuéramos un atardecer incendiando las últimas nubes.
Confundo el amor con los cerrojos
y con los pasadizos del abandono.
Lo confundo con los sonidos
que salen de ti.
Lo confundo con el tatuaje
del cual te arrepientes.
También lo confundo
con tu sonrisa de aeropuerto.
Confundo si encuentro una razón
o si se trata de tu vuelo de ángel extraviado.
Confundo lo que veo
en el espejo de un charco de lluvia.
Confundo el amor con tu tranquilidad
porque pocas veces llega la calma.
Confundo tus prendas negras con mi silencio.
Viernes
Voy a cosechar tu noche
y todos esos floridos rincones
que te habitan.
Solo Dios puede partirme
y sacarme del camino.
Es viernes.
Hay tiempo.
No nos extingamos.
El mañana es una ola.
El pasado lo vamos a disimular.
Barrio mío
Para la 3 de Tacna Norte
Dios, cuida a todos,
hasta a aquellos que no se quieren cuidar.
Dale empleo a las señoras cuyas venenosas bocas
son el nido de los más pestilentes chismes.
Barrio lindo que a veces te ensucias.
Que la ambición no corrompa más a los espíritus.
Que la pelota ruede por siempre en tu pista.
Que el Sport Boys te dé siempre una nueva alegría.
Barrio guapo donde corre lo bueno y lo malo.
Donde hay palabra, fuego y también amor.
Sensibilidad y dureza en movimiento.
Es el Callao y aquí nadie se calla nada.
Hay gente por las mañanas y por las tardes,
pero hay más personas en la madrugada.
No hay rompemuelles ni baches.
Por esta calle se escapan.
Hace unas horas, un malandro pisó
con todo el acelerador de un sedán.
Los patrulleros iban tras su salvaje adrenalina.
Las procesiones de los santos y de María Auxiliadora
también pasan por acá.
¿Cómo iban a dejar de visitarnos?
La tan esperada quema de castillo
y el cielo alumbrado por fuegos artificiales.
Así eran las viejas fiestas de Año Nuevo.
Tengo vivas esas luces que vi cuando era niño.
Barrio eterno, llegará el día en que se acabe
tu litigio entre el bien y el mal.
Barrio mío. Jirón único.
Hay mucho de mi vida en tus pasajes,
techos y veredas.
Hay un sinfín de pasos míos en tu pista.
Te escribo y siempre regreso a ti,
porque también te quieren mis padres
y porque el encanto de tu brisa
es una caricia infinita.
*(Lima-Perú, 1983). Poeta, periodista y videasta. Magister en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú). Ha publicado en poesía Amor y sangre en el Callao (2021) y Contrabajo y huesos (2014). Sus poemas fueron incluidos en la antología Somos los que somos: poesía peruana del siglo 21 (2019) y en Papel para aviones, antología de cuento y poesía de la Maestría en Escritura Creativa UNMSM (2020).