3+1 voces esenciales de la tradición lírica del Ecuador

 

Por Mario Pera

Crédito de la foto www.istockphoto.com

 

 

3+1 voces esenciales de la tradición lírica del Ecuador

 

 

La editorial ecuatoriana Ediciones de la Línea Imaginaria, creada y dirigida por los poetas, ensayistas y editores Edwin Madrid y Aleyda Quevedo Rojas, pone en circulación cuatro nuevos libros de poesía del Ecuador: Miguel Donoso Pareja, Lydia Dávila, Paco Benavides y Violeta Luna.

La colección Luna Imaginaria, autores ecuatorianos resistentes al tiempo, cuenta con el apoyo del Instituto de Fomento a la Creatividad e Innovación (IFCI) y el Ministerio de Cultura del Ecuador, y, tiene como objetivo principal el fomento de la lectura y el acercamiento a las nuevas generaciones de libros esenciales de la lírica nacional. Los libros circularán en dos formatos: impresos y digitales, para descargar sin costo desde las páginas web de las editoriales independientes La Castalia y Ediciones de la Línea Imaginaria, que juntas han trabajado en los últimos tres años, en el vital y consistente catálogo literario digital Alfabeto del Mundo, que llegará este noviembre 2023, a 50 libros de autores destacadísimos de las letras de Hispanoamérica.

Ediciones de la Línea Imaginaria es una editorial independiente, sin fines de lucro, crea y trabaja desde Quito, Ecuador, y en su catálogo de libros impresos ha publicado 41 libros de poesía de escritores de toda Hispanoamérica.

Los invitamos a descargar los libros haciendo click aquí.

 

 

Compartimos con los lectores de Vallejo & Co.

una selección de 3 textos de cada poemario

 

 

Adagio en G mayor para una letra difunta de Miguel Donoso Pareja

El autor fue publicado por Ediciones Línea Imaginaria en el 2002, y ese mismo año se alzó con el Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade. Es un canto épico, como esas sagas escandinavas donde el amor y la lucha por conseguirlo llevan al héroe al sacrificio. Múltiples giros del lenguaje nos llevan por un mar embravecido de erotismo.

 

 

Miguel Donoso Pareja

(Guayaquil 1931-2015). Poeta, narrador y ensayista. Vivió durante dieciocho años en México, donde fue codirector —con Rulfo, Cortázar, José Revueltas, Pedro Orgambide y Eraclio Zepeda— de la revista Cambio. Obtuvo el Premio Na­cional de Poesía Jorge Carrera Andrade, la Beca Guggenheim (1986) y el Premio Nacional Eugenio Espejo (2006). Publicó en poesía La mutación del hombre (1957), Las raíces del hombre (1958), Los invencibles (1963), Primera canción del exiliado (1966, edición bilin­güe: castellano-inglés), Cantos para celebrar una muerte (1977), Última canción del exiliado (1994), y Adagio en G mayor para una Letra Difunta (2002); en narrativa las novelas Hen­ry Black (1969), Día tras día (1976), Nunca más el mar (1981), Hoy empiezo a acordarme (1994), La Muerte de Tyrone Power en el monumental del Barcelona (1997) y Leonor (2006). Así como los li­bros de cuentos: Krelko y otros cuentos (1962), El hombre que mataba a sus hijos (1968), Lo mismo que el olvido (1986), Todo lo que inventamos es cierto (1990), El otro lado del espejo: antología personal (1996), La cabeza del náufrago (2009), Cuentos completos (2014); y en ensayo La narrativa española actual (1987), La literatura de protesta en el Ecuador (1988), Narrativa peruana de hoy (1989), Sin ánimo de ofender (1990), Ecuador: identidad o esquizofre­nia (1998), Nuevo realismo ecuatoriano (2002), El taller Literario como Aprendizaje Compartido: El banco central y la formación de nuevos escrito­res (2004), El texto como prueba: amorfinos del fútbol y la literatura (2007), Novelas breves del Ecuador (2008).

 

El poeta Miguel Donoso Pareja

 

Selección de poemas

 

VIII

 

Larga saga del mar,

fiordo lejano,

tierra entrecortada,

sarteneja

única

llorando,

triste aridez que estalla,

gime

en su estertor,

reedita

el ancla amarga y sola,

el carenaje absurdo del navío,

el casco azul del viaje,

el calado sin fondo donde ladra

Gudrum, Gudrum el marinero,

Gudrum nomás,

que es nada,

línea entera cerrándose en la noche,

espóndilus sagrado,

carne floja,

remanso,

resonancia total

de la guitarra.

 

 

IX

 

Agua, dice el adiós,

reborde azul

la sed,

carnada inusitada.

 

 

X

 

La voz de la mujer gravita

sobre el hombre

íngrimo,

gallinería

que gallardea

ante el cuerpo desnudo,

expuesto y solo

entre dos soles,

desgolado

giroscopio letal,

girándula que marcha

hacia el abismo,

gesticular

galeote,

taconeo flamenco,

deambular

en “soleades”,

guitarra honda,

abandonada,

glacialidad oscura.

 

Solo queda seguir

grazna en su grieta,

en su desdoblamiento grullo,

pueblerino

en su inocencia guasa,

guarnecida

gurruminia gestual,

ridículo gaviero,

solitario

mástil,

garra inútil enganchada

al lento

garlochar sobre la arena.

 

Ahora es la voz de G

la que rodea

el gemido del hombre,

ronronea

lúdica,

géminis jugando

a la doble y única mujer,

garúa y gatuperio,

cancerígena

génesis y diáspora,

verdad insólita y ausente,

Gudrum, Gudrum

como las olas,

estridente guasanga

tronadora,

fuego apagado,

gélida sonoridad

garreando,

sobre el mar.

 

 

Labios en llamas de Lydia Dávila

Poemario publicado por primera vez en 1932, ha sido recuperado y abrazado por un amplio estudio introductorio de Aleyda Quevedo Rojas, colocándolo como uno de los libros esenciales de la literatura erótica escrita por mujeres en el Ecuador. La irreverencia en el lenguaje, el ejercicio de la libertad y los constantes cuestionamientos a las estructuras caducas de la sociedad ecuatoriana de los 30, convierten a este texto en una lectura de culto.

 

 

Lydia Dávila

En el Ecuador fragmentado de los años 30, aparece en 1935 Labios en llamas firmado por Lydia Dávila y publicado por la Imprenta Ecuador, en Quito. Se trata de un libro transgresor e iconoclasta, marcado por lo sagrado y lo profano, por lo erótico amoroso como un solo cuerpo irreverente que explora el mar de deseos, las drogas, los celos y el éxtasis, desde el len­guaje más descarnado que una escritora inventara para la época, donde predominaban textos de indigenismo, geografía natural, marxismo y crisis social.

Este libro, influido por los modernistas, rom­pe con ese país plagado de inestabilidad económica, social, política y cultural, que enfrenta a liberales y con­servadores, al poder costeño de la burguesía cacaotera con el serrano terrateniente respaldado por la iglesia ca­tólica, un país de conflictos y profundas desigualdades.

Lydia Dávila, de la que no hay datos de fuen­tes bibliográficas fiables, nace en el Ecuador del siglo XX en Quito, contemporánea de César Dávila Andra­de. Su único libro publicado, contiene 51 poemas en verso libre, y sale a la luz cuando tenía entre 19 y 20 años aproximadamente, con una voz poética que canta sin miedos a su amante: Sandor, desde la sabiduría de los instintos, la sangre y el cuerpo escrito con letras de fuego.

No importa si Lydia Dávila existió, si fue un hombre el que escribió bajo este nombre de mujer o si fue Márgara Sáenz la que concibió Labios en llamas, no importa porque este libro ya superó al tiempo, resistió al olvido, y emergió para influenciar a nuevas genera­ciones de escritoras y escritores que aprecian cómo la poesía es capaz de cuestionar al poder religioso y moral y a las estructuras caducas de la sociedad.

 

 

Selección de poemas

 

Ignición de avideces

 

Desnuda…

los cráteres de mi carne tienen una ignición

de avideces: pecados mortales para tus dos manos.

Por ti se prendió la hoguera de mis arrobos,

donde se engendrarán los éxtasis violadores.

Te emborrachas: en el sádico dintel de mis

exhalaciones. Viertes en mí el secreto

de tus desfallecimientos de hombre.

Has diluido mi ausencia en un estertor

de ateísmos…

¿Oyes? La jaculatoria de mis besos.

 

 

Donde tú existes

 

Tú existes: en la vendimia de mis labios,

sobre la promiscuidad de mis senos que se desbordan.

En el desgarramiento… sin abstinencias,

de mi mordedura de Amor.

Te he palpado en las fatigas con enervaciones

de prodigio… En la diadema de mi carne que sabe

de los siete sentires.

Tú existes: en la flor empedernida de mi sexo.

Soy toda silencio. Tu beso asesino ha hecho

un esguince de amor en los festines de mi carne.

¡Soy tuya…!

 

 

Escribiré mi diario

 

Todos los días, ante el espejo cóncavo de tus deseos,

frente a la redondez de un beso púrpura.

Entonces, y solo en el minuto supremo, seré

el comulgatorio de tus herejías, el delirio de tus orejas

recelosas, enfermas, neurasténicas…

Y por eso me duele la monorritmia de mis diarios, tienen algo de tus manos, de tus cabellos

lavados en piscinas de sol, de tu boca nacida

para asesinar tentaciones, de tu mordedura nunca finita.

Escribiré un diario nuevo…palabras con una porción de tardes de mi boca, con una helada en su cimiento, sin la morbidez con que se intuyen las vértebras…

en la escenografía del único beso.

 

 

Cuadrilla de Paco Benavides

Bellísimo cuarteto de poemas y prosas poéticas, preparado por Víctor Vallejo, economista, bibliotecario, lector y amigo íntimo de Benavides, especialmente para esta colección, nos lleva por cuatro momentos de la voz iconoclasta de Benavides. Un exquisito poemario que piensa en la lengua y el habla, en el yo amoroso, en su pasión por la tauromaquia y la pintura, otra de sus grandes pasiones. Benavides es un autor de referencia de la poesía contemporánea del país.

 

 

Paco Benavides

(Carchi,Ecuador – 1964-Berna, Suiza 2003). Durante su vida, publicó varios libros de poesía, incluyendo Historia natural del fuego (1990), Viento Sur (1995) y Tierra adentro (1997). Además, dejó preparado para su publicación el libro X, (vi­das y milagros), el cual fue publicado en el catálogo literario digital de descarga gratuita Alfabeto del Mundo. En los últimos años, Paco también se dedicó intensamente a la pintura, dejando más de cien obras.

 

El poeta Paco Benavides

 

Selección de poemas

 

 

Coda

 

No sé qué es el amor, Amor. No

he sido amado a la vieja usanza:

ni gritos, ni llantos, ni venas abiertas,

tampoco amenazas ni cuchillos tristes.

Ni lo paroxístico, ni la epifanía, ni lo sagrado.

Nada mortal, por lo demás. No he sido amado.

¿He amado con loco amor? Pero aposté fuerte.

Más de una vez, por cierto, y perdiendo.

¡Oh, corazón mío, cómo te quejas! Tu

lastimoso parloteo me abruma. Toca

a retirada, por fin. Callémonos ambos: tú, tu frágil

estructura y yo, mis enchilados versos.

 

 

V

 

No, Amor, no hables por mi lengua

¿No sabes que es de mal gusto

que te expreses sin esperanza?

No la incomodes, Amor, no la hagas

sentirse confusa y sin palabras

puesto que no pude corresponderte

ni de lejos ni de cerca ni ahora ni nunca.

¿No sabes que es una falta de respeto

pretender su alegría, su tibia ternura?

Mejor calla, Amor, y coméntamelo solo a mí

lo que te pasa. Seré yo tu confidente. Anda,

cuéntamelo todo –lo sabes– que entre tú

y yo siempre ha existido un pacto

frágil, pero de sangre.

 

 

III

 

Es evidente que a ella no le gustas.

Principiando por tus maneras tan

cojudas de pasearte de puntillas.

Y terminando por esos ojos

inyectados de sangre y lujuriosos.

Te haría falta un cursillo con el viejo

de las termas. O como mínimo

un nuevo manual con figuritas.

No hay nada que hacer, te lo repito,

no le gustas pues de lo contrario,

habría venido a golpear en tu puerta

y pedido que por lo que más quieras

le dejes acurrucarse entre tus piernas.

Te lo digo: así obran ellas cuando

de veras alguien les gusta.

 

 

Tanta luz bajo mis párpados de Violeta Luna

Es una exquisita antología seleccionada y curada por Aleyda Quevedo Rojas, que reúne 40 poemas de varios libros de la maestra Violeta Luna, y 10 poemas inéditos proporcionados por la propia autora para esta edición. El resultado es un libro compacto que profundiza en la fugacidad de lo vivido, el desamor, la soledad, la destrucción de la naturaleza y el paso del tiempo.

 

 

Violeta Luna

(Guayaquil, 1943). Poeta, narradora, crítica literaria, ensayis­ta, periodista, activista por los derechos humanos de la mujer. Licenciada en Castellano y Literatura y doctora en Ciencias de la Educación. Ejerció la cátedra de Lengua y Literatu­ra en colegios y universidades del Ecuador. Desde 1990 a 2001 residió en Estados Unidos y México. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade (1994). Ha publicado en poesía Poesía universitaria (1964), El ventanal del agua (1965), Y con el sol me cubro (1967), Posiblemente el aire (1970), Ayer me llamaba primavera (1973), La sortija de la lluvia (1980), Corazón acróbata (1983), Memoria del humo (1987), Por culpa de los números, Las puertas de la hierba (1994), Una sola vez la vida (2000), La oculta candela (2005), Poesía Jun­ta (2010), Ráfaga menguante y otros poe­mas (2019); en narrativa los cuentos Los pasos amarillos (1970); y en ensayo La lírica ecuatoriana actual (1973).

 

La poeta Violeta Luna

 

Selección de poemas

 

 

Visión global del calentamiento

 

El mundo se ha enfermado

y no hay caminos limpios

ni cordilleras verdes

con espumantes vientos

y armonías.

Se acaban con los años

esos vetustos sauces

de locas cabelleras

mordidas de lloviznas y de arena.

Hace tiempo

dejamos de ser dulces,

veloces y felices.

Dejamos nuestros huertos

sembrados de romero y margaritas

y nos perdimos ciegos

en medio del cemento,

en las ciudades torpes

hambrientas de violencia y de tabaco.

Incluso el clima es otro,

se han ido los ocasos

de lunas amarillas

y el ancestral paisaje.

Sin agua ni frescura

perecemos.

Sin árboles sonoros

ya no somos.

Yo misma en este punto

podría ser la hoja disecada

en medio de las páginas de un libro.

 

 

El ingrediente

 

No puedo precisar

el día en que llegaste a encantarme

hasta sentir el fuego

en todo el esplendor de los sabores.

Ninguna sensación ha sido múltiple

como esta de morderte

y ver salir el sol por la garganta.

 

 

Tengo una sed extraña

y bebo de tu vida

como el que bebe luz para su ocaso.

Y soy tu azul marea

que sube hasta la ceja de la noche

y busca tu arrecife.

Y aunque la arena queme

y me salpique alguna ola,

te llevo mar adentro

como esas barcas locas

que quieren desafiar cualquier borrasca.

 

 

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