Vallejo & Co. presenta, en exclusiva, un adelanto del poemario Moños (inédito) de Carmen Berenguer.
Por Carmen Berenguer*
Crédito de la foto www.magoeditores.cl
3 + 1 poemas de Moños (inédito),
de Carmen Berenguer
Oda a mis moños
Pierdo mis hebras a veces lisas y débiles otras filos al viento de penas
azucarar el olvido anden seco y adusto
envarado hojas de capas hacia las cumbres
tortuoso se me viene
sinuoso acaracolado ondular en los hombros desrizado amanece
y ese moño de copia en otoño
deshojándose el estilo lo mismo que las carnes en su lirismo decadentista caen las hojas y los risos del tubular peinado caen adornando el rostro en los cadejos
revuela el desasosiego de una prematura vida mundana
ay! mis moños de películas
desde esa pubertad de la cola de caballo saltarina sin miedo a mostrar el rostro inocente del primer beso en la plaza Brasil
a la salida del colegio hasta este moño sensual y luego los pájaros picoteando el nido de pelos en ese moño bien cuidado en una mala cabeza revuelta
Odioso recuerdo de mi moño escarmenado
Con mis manos tomé el pelo lo repartí en cuatro partes iguales noté que las puntas estaban quemadas
con las tijeras las recorté recordando a la peluquera del barrio repartí mi cabeza en tres partes la primera escarmené con la peineta haciendo un promontorio grande por encima alargué pelos para tapar esa madeja enredada mientras escarmenaba mi pelo llegaron imágenes sueltas de las veces que me tironeaban
en las peluquerías del centro pero el moño más importante que sacudía mis pestañas fue el que vi en una escena de Sofía con Marcelo mientras lo esperaba trataba de consolar a la madre del muchacho que no quería ser cura porque ya no amaba a dios sino a la diosa del frente la Loren que recibía a su amante fetichista escarmené tanto el moño que al mirarme en el espejo era una torta de tres pisos iluminando el cuarto donde se encontraba mi vestido de macramé prestado para vestir novias.
Mi moño Tomate
El tomate es un moño que tiene el privilegio de ser un tomate de pelos por ello cada vez que recuerdo el día que me lo hice tuve la obligación de mirarme al espejo no vaya a ser cosa que mi cara redonda compita con el tomate de pelos además mi frente esta con mucho pelillo negro a mi madre se le había olvidado lamerme que cuando lo hacia arrancaba de cuajo ese pelillo que todavía no se había alejado de mi frente. El trabajo que demanda hacer la forma de un tomate en la nuca no es poco esfuerzo hay que saber redondear un casquillo primero y luego ir llenándolo de pelos siendo la dueña de una mata gruesa iba así mismo quedando un tomate grande en mi cabecita pequeña la gracia de este peinado de moda es que fue una creación de arte nacional dejando la frente brillantemente lisa de tanto estirar la frente que al realizarlo a diario fuera de las horas invertidas podrás quedar sin pelos en la frente. La moda del tomate no duró para usarlo a diario, sino para ocasiones como cumpleaños donde corrías el riesgo que te gritarán moñuda! Hubo una rifa por el moño mejor hecho y me lo gané y fue una sorpresa pues antes de este evento nunca me había ganado más que un coscorrón.
Oda a mi huerto de pelos
Ahora recojo unas puntas y las junto a las otras y no he cepillado ni peinado solo mojadas mecha a mecha las enhebro y las levanto con un soplo de vida
como manto de olvido por el brazo herido y manca levanto al vuelo las puntas y las engarzo con flores de coliflor y serpenteados de tomates chicos simulando un huerto en mi cabeza en una escena de arte de chacra cubre mi tiznado porvenir
Al otro día revuelvo los lazos de cabello y me asoman albahacas y hierba buena y solo levanto la parte de atrás y la aprieto con una aldaba de apio
Soy me digo: la mujer de la peineta morada que almidona la tristeza como si yo pudiera hablar altisonante o yo quisiera sumarme a la tradición de la palabra
como si mi palabra fuera la palabra hecha verbo y fuera dueña
de mi cabellera y la manejara a mi antojo
en una manada de hojas verdes
en mis negras hebras
no estoy obligada a escuchar palabras
de un pequeño dios que me ahoga con ingredientes sempiternos
ahora suelto una cascada invertebrada relumbra de luciérnagas intermitentes engarzando el torrente de puntas de colores para colgarla en un espino
performance de mi huerto