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Por Gonzalo Castro*
Crédito de la foto (Izq.) Ed. del autor /
(der.) www.amazon.com
3 poemas de Sonidos del olvido (2022),
de Gonzalo Castro
Para los seis del Banco de la Nación (28 de julio del 2000)
We came out from the deep
To learn to love, to learn how to live
[..]
To avoid the mistake we made
That’s why we are here!
Enigma
Somos seis componentes como de una sinfonía
de pilares de antorchas
de una libertad anhelada
bajo los escombros de un decenio siniestro
hay hombros encofrados de polvo y resistencia
líneas de trabajo y horas de lucha
por la sobrevivencia hacia un último respiro
tras el aire de una dictadura que aún deambula
Somos seis instrumentos
en los extremos de los cuatro suyos
y el silencio nos abalanzó al fuego siniestro
hacia al hollín de la bóveda
nos cubrió la cortina ostentosa de leyes
el peso de un imperio de hierro
que nos perpetuó en esta memoria
donde impera la corrupción y el miedo
desfilando entre los avales de ese mal que nos aplastó
en aquella caída de viernes
con sublevación contra la dictadura pluscuamperfecta.
Somos seis olvidados
dejados atrás
mientras Lampa con Piérola lloran frente a la flama
para que se funda el fuego
con el concreto y el humo gris
como el nuevo color de nuestra bandera
el himno nuevo que retumba frente a Bolívar
y silencia a la muchedumbre herida
con una atroz constitución de impunidad y horror
en este último enclaustro
respiro libre
sí respiro libre
sin escombros y esperanza
libre de esos años noventas
de ceremonias a la democracia que ha sido corroía
¡Maldito seas dictador!
tu silencio será tu condena
tu olvido será en nuestra memoria
somos seis con una nueva arquitectura
y escapamos de este umbral de hierro y concreto
eres sentenciado y silenciado
Señor presidente, escucha
no abandonaremos tu lucha
este tambor ruge por libertad
escapamos de la inquina con un estruendoso latido
nuestra voz y nuestros nombres
no cesarán de consonar
¡Perú!
la historia nos une con orgullo y libertad
al compás de la gloriosa estrofa
del único lugar en la tierra
donde se erigen nuestros héroes
desde cualquier escombro siniestro
renacerá nuestra esperanza.
Para Luis Banchero Rossi (1 de enero de 1972)
See the wise man in the graveyard
Screaming play the different story
Peter Schilling
No moriré en Paris
pero quiero una tumba como la de Banchero
con un Áster elevado y un Clavel torcido
donde resuene el desoje de rosas amarillas
bajo otra gama de rosas rojas
blancas y rosadas
arrojadas como una sábana victoriana
sellando un santo sudario grabado con mi sombra
bajo el aroma de Manzanilla y Crisantemos
centro gravitacional en consuelo
en recuerdo de Amapola
Más claveles despedidos iluminan mi mansión erigida en
granito
donde también reposo en silencio
y no ingresa ningún forastero en amor y devoción
las Camelias
gritan y consuelan
la traición de la Margarita en inocencia y pureza
No quiero morir en Paris
ruego por reposar en paz
entre Lilas y Gladiolos como Banchero
protegido por una rosa carmesí
remembrado en trabajo y devoción
rodeado por un armazón de helecho
que rescatan el aroma de los días en el mar
bajo el manto de Peonías y Gladiolos
No quiero morir en Paris
quiero ser recordado como Banchero
y que cada transeúnte del camposanto lance
una rosa y un suspiro
ante el aroma de los tulipanes y violetas
No quiero morir en Paris
quiero morir en Perú rodeado de Cala y Narcisos
quiero marchitarme como una Zinnia
quiero gritar en Lavanda
quiero cantar ante la gloria de las mañanas
sin tormentos
sin pensamientos de un apenado Jacinto
aflorar como las Lilas
No quiero morir en Paris
porque mis sueños enraizaron anemonas ante un crimen
allí mi voz viaja entre un Iris azul y blanco
hasta el mes morado donde se forja el Lirio de nuestros
valles
quiero nacer otra vez acorazado en un Lili
suspirar como la flor de Rue en pena y arrepentimiento
por el sonido del olvido del último día del año
“Adiós Banchero” / “Adiós Chavelier”
fue el grito unísono de las voces
que encienden las gardenias y los titulares
que anuncian la llegada de un nuevo ángel a este
cementerio con pensamiento y romero
de una ciudad luz
para iluminar nuestras noches de garúa herida
que se viste con traje y corbata
que se presta para la confusión
como una hortensia desatada en este recuerdo.
Para Michael Hutchence (22 de noviembre de 1997)
Nunca lloré por otro hombre
Ni lloré por un dios
llamado Ángel del Sexo
quien en sus canciones detonaba y oraba
“no hay tiempo suficiente para amar”
Nunca lloré por la muerte
en el último aliento pervertido de la habitación 524
¡Nunca lloré!
ni emulé llorar por otro varón
este hombre lidió toda su vida
frente al micrófono místico
cosificado por sus signaturas
por pliegues ajustados y entre su melena al viento
cubierto por la chaqueta de piel hedonista
esa subsistencia entre pesadillas y titulares
cuando antes de morir lanzara
cada una de sus siglas hacía el horizonte radial
del ritmo escalonado de su ingente voz
Nunca lloré por un sempiterno soñador
sitiado de cariño y frenesí
nunca lloré con el tronco desnudo
tangente masculinidad hegemónica
sensiblería por los sentidos fuera de ley
espíritu vital y ensoñación perpetúa
«Sexo, drogas, viajes, libros, amor.”
entonó esta nueva generación bajo su manto
de Indagación insaciable
de corazones caligrafiados
Un llanto
solo concierne si alguien llora esta muerte de 37 años
desierto y desnudo
con un cinturón de cuero y piel sublime
lloran desde Londres a Sidney
Porque nunca lloré por otro hombre
ni por quien con sus canciones se transmutó
en un vasto sonido.
*(Lima-Perú). Estudió Derecho y Ciencias Políticas. Obtuvo el título de abogado y magíster en Derecho Empresarial por la Universidad de Lima (Perú). En la actualidad, se desempeña como abogado en asuntos laborales y solución de controversias. Fue finalista en el 2do Concurso de Microrrelatos Cuentalima de la Municipalidad Metropolitana de Lima por su microcuento «El León De Mármol». Además, obtuvo el Premio Copé de Plata de la XX Bienal de Cuento (2018). Ha publicado en novela Las Malas Compañías (2015), Canciones Para Escapar (2015) y frecuencia modulada (2016); en relato Prohibido Adelantar (2017), Máquina Reservada (2018); y en poesía Las Ciberamigas Que Perdí (2018). También, fue incluido en la plaqueta La Disciplina Del Goce (2018) y en el libro de cuentos ganadores de la XX Bienal de Cuento – Premio Copé (2018) publicado por el Centro Cultural Petroperú (2019). Le gusta volver a leer a Vargas Llosa, Kafka, García Márquez y Welsh. Se describe como: amante del cine, la literatura y la música. Abogado en sus ratos libres.