Por Simone Maria Bonin
Traducción por Simone M. Bonin y César Ibáñez París
Crédito de la foto Franco Favero /FB autor
3 poemas de Periódicos de los hemisferios (inédito),
de Simone Maria Bonin
Never talk to strangers
[…] y todo alrededor un no sé qué de muerto.
M. Bulgakov
I
No tengo nada que ver con estos versos vulgares que se oyen por la calle
en esta tierra de pantanos, de hombres que crían puercos
en este terrón muerto que busca en el silencio su estancamiento.
II
Sentémonos.
Hablaremos de las manos, nombres que anuncian el mañana
y nuestros ojos, huecos muertos en este tiempo
Hablaremos de la resurrección de los cuerpos
del amor, de la transmutación del dolor y por último
de la gloria del sol.
III
No se pueden sacar palabras de esta agua inmóvil que domina las cosas.
IV
Por carencia construyen piedra que los consuela
y ánimos de rocas, cemento y alquitrán
para que su casa sucumba de sequedad y sea pura
y suave la tierra – nivelada su propia tumba
V
Este idioma es una mezcla de inviernos que llevan al sueño
a la disolución del día – la suavidad de sílabas
la desaparición del sonido – y si la oscuridad pertenece al Hombre
Es un Hombre-y-Mundo en el que nunca somos (porque así no somos)
ya que esta noche no tiene espacio para nuestro sintagma de amor humano
Periódicos de los hemisferios
I
Confundo el tiempo de mi diario.
Vigilia y sueño viven distraídos su abandono.
Sigo los meridianos de la mano. El cometa Halley
Pasó a través de tu palma siglos atrás.
Los hemisferios trazan estrellas en los globos oculares
abejas boreales cavan la piel
flores de neutrinos explotan desde la epidermis
II
Amasamos las alas con la cera
y sin más huesos en las junturas
sin más tendones de palabras vamos
donde los núcleos de helio
son residuos de demasiada presión
perderemos piel en la atmósfera
las cenizas del cuerpo se teñirán de rosa
explotada será nuestra casa
sin masa, sin gravedad
tinta que se pierde en el aire
III
La involución a masa del núcleo estelar
lleva a una fuerte presión las palabras.
Cuando implosiona
por un instante, queda inmóvil
sin ninguna sede de revolución
Globos de idioma sobre un fondo negro.
La taracea se convierte en naufragio y aun el sonido
estrecho en la oscuridad, busca un abrigo.
La tinta
es surco de meteoritos en el cerebro
ha perforado el sonido, explotado
se vuelve a dormir
en total absoluto abandono
IV – Cosmogonía en cuatro partes
To create a little flower is the labour of ages.
W. Blake
Una flor se ha transmutado entre las Pléyades.
Explotó un rayo amarillo y morado en la esfera
antes de que llegara el ocaso. La vi que tenía
tallos de asteroides en la boca y no contuvo el aliento
colapsó el pecho y dentro del rayo un fuego
convirtió en aire el hueco
Entre los estambres, la flor contraía materia
en densos racimos de piedra
y cera estelar hinchada de vida iba
al olvido de cada palabra.
Llevaba en pedazos la espalda, destrozada
La espina dorsal explotada en el costado
Meteoro en otro mar
Las hojas brillaban en el cielo
doblándose al borde del hemisferio
y el tejido era amniótico
se cayó al suelo y lloró de nebulosas
y humores estelares perfumados de polen y miel
cuando de pronto se calientan al sol
Raíces agarraban fuertes toda la esfera celeste.
Racimos de zinc en el punto de fusión
Vertían linfa al corazón.
Cargados de polvo sintagmas
llenaron el cielo.
Explotado coronaba el amanecer
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(poemas en su idioma original, italiano)
3 poesie da Periodiche dagli emisferi (inedito),
di Simone Maria Bonin
Never talk to strangers
[…] E tutto intorno un non so che di morto.
M. Bulgakov
I
Non ho nulla da spartire con questi versi rozzi che senti per le strade
in questa terra di paludi, di uomini che allevano il maiale
in questa zolla morta che trova nel silenzio la sua stasi
II
Sediamoci.
Parleremo delle mani, nomi che annunciano il domani
e i nostri occhi, involucri vuoti in questi posti
parleremo della resurrezione dei corpi
dell’amore, della trasmutazione del dolore e in ultimo
della gloria del sole.
III
Non ci cavi una parola da questo immoto d’acqua che domina ogni cosa.
IV
Per mancanza, edificano pietra che li consola
e umori di mattone e ancora cemento e catrame
per rendere infeconda la propria dimora e pura
e morbida la zolla – portare a livello la propria tomba
V
Questa lingua è una mistura di inverni che portano al sonno
al dissolversi del giorno- la mollezza delle sillabe
il dileguarsi del suono – e se il buio pertiene all’uomo
è in un Uomo-e-Mondo dove noi non siamo (perché così non siamo)
ché questo buio non ha spazio per il nostro sintagma di amore umano
Periodiche dagli emisferi
I
Confondo il tempo del mio quotidiano.
Veglia e sonno vivono distratti il loro abbandono.
Seguo i meridiani della mano. La cometa di Halley
ti ha attraversato il palmo secoli fa.
Gli emisferi tracciano stelle nei bulbi oculari
api boreali scavano la pelle
fiori di neutrini esplodono dall’epidermide
II
Impastiamoci le ali con la cera
e senza più ossa nelle giunture
senza più tendini di parole andiamo
dove nuclei di elio
sono scarto per troppa pressione
perderemo pelle nell’atmosfera
la cenere del corpo si tingerà rosa
esplosa sarà la nostra casa
senza massa, senza gravità
inchiostro che si perde nell’aria
III
L’involgersi a massa del nucleo stellare
porta a forte pressione le parole.
Quando implode
per un instante, è immoto
senza mai sede di rivoluzione.
Globi di linguaggio su uno sfondo nero.
L’intarsio diventa naufragio e pure il suono
stretto dentro al buio, cerca riparo.
L’inchiostro
è solco di meteora nel pensiero
ha trapassato il suono, imploso
si rimette a dormire
in totale assoluto abbandono
IV – Cosmogonia in quattro parti
To create a little flower is the labour of ages.
W. Blake
Un fiore è trasmutato fra le Pleiadi.
Ha esploso un lampo giallo e viola nella volta
prima che venisse sera. L’ho visto che teneva
steli di asteroidi nella bocca e non ha retto il fiato
il polmone è collassato e dentro al lampo un fuoco
ha reso fiato il vuoto
Fra gli stami il fiore contraeva materia
in densi ammassi di pietra
e cera stellare gonfia di vita andava
dimentico di ogni parola.
Portava a pezzi la schiena, in frantumi
La spina dorsale esplosa nel fianco
Meteora in altro mare
Le foglie brillavano al buio
flettendosi al limite dell’emisfero
e il tessuto era amniotico
ricadeva al suolo e piangeva di nebule
e umori stellari profumati di polline e miele
quando improvvisi riscaldati dal sole
Radici stringevano forte l’intera volta celeste.
Ammassi di zinco al punto di fusione
a riversare linfa al cuore.
Carichi di polvere sintagmi
inondavano il cielo.
Esploso coronava il mattino