Por: Diego Alonso Sánchez*
Ilustraciones: Nobue Kondo
3 poemas de Pasos silenciosos entre flores de fuji (2016),
de Diego Alonso Sánchez
Un estudiante de poesía
Decenas de pliegos yacen sobre el empedrado del jardín, dispersos a voluntad del viento. El cielo está tranquilo y yo sigo escribiendo con ánimo irrefrenable. Sobre mi piel persiste aún el perfume de ella, como sutil testimonio de nuestro encuentro. Decido dar un paseo para calmar mis pensamientos mientras repito estos versos:
Un destello azul
rasga la tarde
bajo nubes peregrinas.
Pasos silenciosos
entre flores de fuji
Un capitán de la Guardia Imperial
Entre caballeros no importa la cantidad de damas que se tenga que visitar furtivamente cuando cae la noche. Pero si la inoportuna aurora llega y apura la empresa amatoria, el honor del hombre educado debe guardar todas las formas que corresponden a su linaje: no se puede salir por la entrada principal, como si fuera el dueño de la casa, pero tampoco se debe escapar como un ladrón, por la puerta de atrás. Muchas veces he tenido que retirarme con la primera luz; solo en una oportunidad me detuve a escribir un poema:
Si anochece,
agujas de fuego
adormecen mi piel;
con el rocío matutino,
otros son los temblores.
Un gobernador de provincia
Anochece y me encuentro inesperadamente solo en la estancia. En el cielo aparece, tímida, la Luna, y cuando me dispongo a contemplarla, un mensajero pide permiso para entrar. En sus manos lleva un fino pliego sellado: ¿Una nota de una mujer desconocida?, me pregunto. Leo apresuradamente su contenido:
Este silencio
se fractura infinitamente
en pequeños fuegos.
¡Oh, soliloquios nocturnos!
Es solo un poema.
Sonrío complacido y, sin perder el tiempo, escribo la respuesta en mi papel más delicado. A pesar de mi sobresaltada emoción, logro hilar adecuadamente estas líneas:
Si esta noche
alzamos la mirada,
nos encontraremos.
La indiferente Luna
es solo un pretexto.
*(Lima-Perú, 1981). Bachiller en Literatura Peruana e Hispanoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en donde cofundó el grupo de creación y publicación literaria Sociedad Elefante. Actualmente ejerce la docencia en el colegio Los Reyes Rojos de Barranco. Ha publicado en poesía Mitsuya Nicolás y otros poemas (plaquette, 2002) y Por el pequeño sendero interior de Matsuo Bashō (2009), Se inicia un camino sin saberlo (Premio José Watanabe 2013, APJ) y Pasos silenciosos entre las flores de fuji (2016).