Vallejo & Co. Presenta, en exclusiva, el poema Epidemia (2015) del escritor italiano Carlo Bordini, publicado en formato e-book editado por Kipple edizioni, bajo edición de Alex Tonelli.
Nota y poemas por: Carlo Bordini
Traducción: Mario Pera
Crédito de la foto: Izq. Kipple Edizioni
Der. Dino Ignani
Epidemia es, entre toda mi poesía, la única que refiere su fecha de composición (marzo-setiembre 2001). Y esto porque se refiere a sucesos históricos muy precisos. En marzo del 2001 comenzó la epidemia de ecncefalopatia spongiforme bovina, conocida comunmente con el término de “vaca loca”. Quedé tan impresionado por la matanza de animales con la que se afrontó esta epidemia, casi inocua para el hombre, y por las ligereza con la que se hablaba, que decidí escribir un poemita formado con pasajes de artículos periodísticos en los que ante la palabra “cabeza” (con la que son hipócritamente nominados los animales de matadero) fuese sustituída la palabra “esclavos”. Recolecté, entonces, en aquel periodo muchos artículos de periódico que hablaban de este tema y las políticas, prometiéndome trabajarlas más adelante. Me parecía que la matanza de animales que estaba sucediendo en aquel periodo era una suerte de metáfora de aquello que estaba sucediendo en el mundo.
Algunos meses más tarde, en julio del mismo año, se celebró en Génova la manifestación en contra de la reunión del G8, que finalizó, como se sabe, con una represeión muy violenta. Partecipé en la manifestación. Mi rabia, posteriormente, era tan grande y estaba tan lleno de un odio impotente que no pudiendo hacer nada, decidí hacer pública la profecía “secreta” del MIT que un amigo me hizo conocer, y que está contenida en este poema. Era una maldición que quería lanzar. Era como decir: “Sé que ustedes morirán, y será por su culpa”. Y era, tal vez, un deseo de desaparecer, de abandonar este mundo, como si fuese una suerte de eutanasia o de suicidio.
Utilicé los recortes de periódico que había conservado sobre la “vaca loca” para la primera parte de este poema. Me parecía que los dos temas coincidieron perfectamente. No hay nada más qué decir. El resto está en el poema.
Epidemia,
poema de Carlo Bordini
1
Epidemia
Hay quienes sostienen que, precisamente en junio, la crisis alcanzará el punto más alto. Para aquel momento, los casos de infección podrían superar los cinco mil y los esclavos arruinados podían ser más de cinco millones.
Mientras un suspiro de alivio acompaña la tarde de ayer al Ministerio de Salud, la noticia que no han sido contagiados los esclavos de la hacienda agrícola de Pisa, donde se encontraron 12 cabezas que dieron positivo a la prueba y, rápidamente, fueron incineradas. Por lo tanto, las alarmas fueron infundadas, incluso si se atiende al último examen para excluir del todo el riesgo de epidemia.
Por esto, si se realizara la denuncia a los propietarios de la hacienda agrícola Annonese, no dudaremos en suspender cualquier tipo de suministro y, en caso de condena, acudir a las vías legales.
No ha sido solicitada ninguna acusación por el fiscal de Asti – dice el abogado Aldo Mirate que defiende los intereses de la familia Vigna, propietaria de la hacienda agrícola Annonese.
Sin embargo, también las grandes cadenas minoristas, que fueron reabastecidas por la hacienda agrícola Annonese, como la Pam, no han confirmado ni negado haber comprado carne proveniente de las haciendas del grupo.
Brescia. Han muerto “inocentes” los 117 esclavos de la hacienda agrícola de Pontevico, abatidos la semana pasada por orden de la autoridad sanitaria después de que uno de sus compañeros de corral, el ya famoso “esclavo 103”, dio positivo al examen. La decisión de suprimir a manadas enteras fue impugnada por la familia Greci, propietaria de la granja, pero fue confirmada por Tar. Ayer, no obstante, el director del Instituto Zooprofiláctico de Brescia, ha anunciado los resultados de los controles realizados a los restos de los 117 esclavos descuartizados, revelando que ninguno de los esclavos abatidos estaba enfermo de la epidemia.
Impuestos suspendidos por seis meses a los agricultores, a los carniceros y a los mayoristas de la venta de carne.
El ministro de agricultura, Nick Brown, ha explicado lo que se entiende por “eliminación basada en la sospecha” : todos los esclavos que se encuentran en un radio de tres kilómetros de los sitios en donde la infección se encontró, serán incinerados. La campaña de eliminación, en la que también colaborarán las fuerzas armadas, recibió además la beneplácito de los agricultores, quienes expresaron su apoyo a estas medidas, definidas tan terribles como necesarias.
Las cabezas de ganado fueron vendidas a los agricultores por dos importadores del norte de Francia, que «nacionalizaron» como franceses a 19 mil esclavos británicos. Un fraude generalizado en la época: era suficiente quitar el anillo de reconocimiento de la oreja y soldar otro para falsificar la proveniencia. Los dos empresarios deben enfrentar ahora un juicio y se arriesgan a graves condenas.
Las primeras pruebas son negativas pero, en espera de las definitivas ?que llegarán el martes? fueron abatidos y quemados los 320 esclavos de la granja, y la zona alrededor fue declarada fuera del alcance en un radio de 20 kilómetros.
Que la epidemia haya llegado también a Bélgica es una muestra clara de su alto nivel de contagio. El gobierno belga, de hecho, ha buscado en los últimos meses por todos los medios el protegerse de la epidemia: fueron abatidos 2300 esclavos importados de Gran Bretaña y en la frontera se controló a todos los que pasaban para asegurarse de que no portaban el virus.
El primer acto de desesperación de un agricultor, ayer [Brian Oakley] quien se ahorcó.
“Entiendo que no quieren ver la realidad” ?nos dice un hombre de unos cuarenta años y que vive en el cubículo de al lado? “pero se equivocan si atribuyen los atentados como los de Tel Aviv a la religión, a la Yihad, al fanatismo o a las promesas de un paraíso futuro. La verdadera causa está en la desesperación”.
2
El génesis de un pensamiento
Hace varios años, mi amigo Beppe Sebaste me contó a mí y a
Giorgio Messori, que conoció un
astrofísico. Este astrofísico dijo que el MIT
(Massachussets Institute of Technology)
envía desde hace varios años una serie de mensajes de radio al universo.
Dados los resultados de estos mensajes [(creo pero no estoy seguro dada la falta de respuestas)]
y basándose en una serie de cálculos de matemática aleatoria, el MIT ha llegado
a la conclusión que cada civilización
cuando llega a la capacidad técnica de autodestruirse
lo hace.
Y este es el caso
de nuestra tierra. Estamos en la época
de la autodestrucción. Esta ya podría haber
ocurrido y, en cualquier caso, podría ocurrir en cualquier momento, y en
cualquier caso el MIT calculaba, en el momento,
que el periodo de vida restante de nuestra civilización no podía ir más allá de los 50 años.
Estas cosas ?decía el astrofísico? han sido comunicadas
a los líderes de los gobiernos y los más importantes científicos
son conscientes del tema. No lo hacen
público para evitar oleadas de pánico.
Beppe nos contó que él estuvo por varios días como aturdido,
después de recibir la noticia; la idea de esta cosa se mantuvo en mí, enterrada.
Naturalmente estaba de acuerdo, era suficiente
leer los periódicos. Después, poco a poco, comencé a
pensar que lo del MIT no era una conclusión científica,
sino una teoría, y poco a poco no lo pensé más.
O, más bien, pensaba en ello de vez en cuando, y me decía a mi mismo:
me alegro de no llegar a ese día.
Se lo conté a siete u ocho amigos.
(Pero esto es sólo el trasfondo de una reflexión que estoy haciendo.)
(Naturalmente, los científicos hablan contínuamente de estas
cosas. No en un sentido teórico, sino dando una serie de
datos. Presentan esta cosa como una
posibilidad, como un peligro:
si no hacemos esto en algunos años sucederá
esto, etc. Pero, en esencia, están
diciendo lo mismo desde hace mucho
tiempo.)
Cuando esto sucedió, estaba prendado por un gran amor hacia el pueblo de Seattle.
Estaba muy feliz que después de la victoria del capitalismo
desbordante, las fuerzas de la humanidad se rebelaran a la masacre que actualmente tiene lugar.
E hicieran un esfuerzo para impedir
la destrucción del mundo que el capitalismo está implementando. Estaba
tomado por un gran amor por este movimiento. Escribo
esto para explicar el génesis de mi pensamiento. Lo de estos jóvenes
?és? un acto muy digno. Tenía la convicción
fría, pensando con la cabeza fría,
que hubieramos perdido, que el mundo hubiera sido
destruido, pero que
sin embargo, nos hubieramos divertido un poco. Pensaba
que hubiera sido una gran pelea, una especie de ‘48
y que, como el ’48, hubiéramos perdido,
Un día, después, era un hermoso día de fines de agosto, tuve un sentimiento:
que si hubiera muerto en aquel
momento no habría perdido nada.
Porque había hecho ya todo y, en definitiva, no tenía nada más
que hacer, que fuese útil.
todo el tiempo que quedaba era regalado.
Y luego, después de Génova, estaba invadido
por el odio. Luego del complot
fascista para criminalizar un movimiento tan bello y tan útil,
el único que podría, si aún fuera posible, salvar el mundo
estaba invadido por el odio,
y quería ser un asesino. Probaba también
otros sentimientos, pero el odio se comía todos los sentimientos
deseos de ser asesino.
Y entonces, ligado a la idea de que si yo
hubiera muerto, no habría perdido nada,
dos cosas flotantes que me atravesaban el cerebro: (luego de Génova, justamente)
la sequía, los cambios en el clima (la caída de la bolsa, esta lenta
erosión como una caída que desacelera) me hacen pensar:
que este mundo, así, no puede continuar
y además estos dos episodios, la chica que está por suicidarse y que bloquea el tráfico
y los automovilistas que le gritan: ¡arrójate! ¡Arrójate!,
porque bloquea el tráfico,
y el barco con 500 personas no acogido
por Australia, y el 92 por ciento de los habitantes que están
de acuerdo, la entrevista a una anciana
tipo Nueva Inglaterra que dice estar de acuerdo, naturalmente
en rápida sucesión otro pensamiento, además de aquel en que este mundo, así, no
puede perdurar:
que estoy feliz de que este mundo sea
destruido, que esta raza humana
perezca [, “si fuese fuego, ardería el mundo”]
Esto fu escrito dos días antes del atentado a los EE. UU.
3
…
No hay 3,,,,,,,, no existe algo que nace de uno y dos (3 es el número del nacimiento)
excepto que el conocimiento
marzo-setiembre 2001
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(versione originale italiano)
Epidemia,
da Carlo Bordini
Epidemia è, tra tutte le mie poesie, l’unica che riporti la data di composizione (marzo-settembre 2001). E questo perché si riferisce ad avvenimenti storici molto precisi. Nel marzo del 2001 iniziò l’epidemia di encefalopatia spongiforme bovina, nota comunemente col termine di mucca pazza. Rimasi talmente colpito dalla strage di animali con cui si reagì a questa epidemia, quasi innocua per l’uomo, e dalla leggerezza con cui se ne parlava, che decisi di scrivere un poemetto formato da brani di articoli di giornali in cui alla parola “capi” (con cui sono ipocritamente nominati gli animali da macello) fosse sostituita la parola “schiavi”. Raccolsi quindi in quel periodo molti articoli di giornale che parlavano di questo argomento e li misi da parte, ripromettendomi di lavorarci più avanti. Mi sembrava che la strage di animali che stava avvenendo in quel periodo fosse una sorta di metafora di quello che stava avvenendo nel mondo.
Alcuni mesi più tardi, nel luglio dello stesso anno, si tenne a Genova la manifestazione contro la riunione del G8, culminata, come si sa, con una repressione violentissima. Partecipai a quella manifestazione. La mia rabbia, successivamente, era talmente grande, ed ero talmente pieno di odio impotente, che, non potendo fare nulla, decisi di rendere pubblica la profezia “segreta” del MIT che un mio amico mi aveva fatto conoscere, e che è contenuta in questa poesia. Era una maledizione che volevo lanciare. Era come dire: “Io so che voi morirete, e sarà per vostra colpa”. Ed era anche, forse, un desiderio di scomparire, di abbandonare questo mondo, come fosse una sorta di eutanasia o di suicidio.
Utilizzai i ritagli di giornale che avevo conservato sulla “mucca pazza” per la prima parte di questa poesia. Mi sembrava che i due temi coincidessero perfettamente.
Non c’è altro da dire. Il resto è nella poesia.
Epidemia,
poesia di Carlo Bordini
1
Epidemia
C’è chi sostiene che proprio in giugno la crisi toccherà il punto più alto. Per quell’epoca i casi di infezione potrebbero superare quote cinquemila e gli schiavi distrutti essere più di cinque milioni.
Mentre un sospiro di sollievo accompagna ieri sera al ministero della Sanità, la notizia che non sono contagiati gli schiavi dell’azienda agricola di Pisa dove erano stati trovati 12 capi positivi ai test e subito inceneriti. Allarme infondato quindi, anche se si attende un ultimo esame per escludere del tutto il rischio epidemia.
Per questo, se dovesse esserci il rinvio a giudizio dei titolari dell’Azienda agricola Annonese, non esiteremo a sospendere qualsiasi tipo di fornitura e in caso di condanna ad adire le vie legali.
Nessun rinvio a giudizio è stato richiesto dalla procura di Asti – dice l’avvocato Aldo Mirate che difende gli interessi della famiglia Vigna, titolare dell’Azienda agricola Annonese.
Ma anche grandi catene della distribuzione che si sarebbero riforniti dall’Azienda agricola Annonese, come la Pam, non hanno né confermato né smentito di aver acquistato carne proveniente dagli allevamenti del gruppo.
Brescia. Sono morti “innocenti” i 117 schiavi dell’allevamento di Pontevico abbattuti la settimana scorsa su ordine dell’autorità sanitaria, dopo che un loro compagno di stalla, l’ormai famoso “schiavo 103” era risultato positivo al test. La decisione di sopprimere l’intera mandria era stata impugnata dalla famiglia Greci, titolare dell’allevamento, ma era stata confermata dal Tar. Ieri, però, il capo dell’Istituto Zooprofilattico di Brescia ha reso noti gli esiti degli esami compiuti sui resti dei 117 schiavi macellati, rivelando che nessuno degli schiavi abbattuti era ammalato del morbo.
Tasse sospese per sei mesi ad allevatori, macellai e grossisti di carne.
Il ministro dell’agricoltura Nick Brown ha spiegato cosa si intende per “abbattimento sulla base di sospetti”: tutti gli schiavi che si trovano in un raggio di tre chilometri dai siti ove l’infezione è stata riscontrata saranno inceneriti. La campagna di abbattimento, cui collaboreranno anche le forze armate, ha ricevuto anche il beneplacito della categoria degli allevatori, che ha espresso il suo sostegno per questi provvedimenti, definiti terribili quanto necessari.
I capi sono venduti agli allevatori italiani da due importatori del nord della Francia, che naturalizzarono come francesi 19mila schiavi britannici. Una frode all’epoca molto diffusa: bastava togliere l’anello di riconoscimento all’orecchio e saldarne un altro per falsificarne la provenienza. I due imprenditori transalpini ora sono stati rinviati a giudizio e rischiano pesanti condanne.
I primi test sono negativi, ma in attesa di quelli definitivi – arriveranno martedì – sono stati abbattuti e bruciati i 320 schiavi della fattoria, e la zona intorno è stata dichiarata off limits per un raggio di 20 chilometri.
Che l’epidemia sia arrivata anche in Belgio è una dimostrazione lampante della sua contagiosità. Il governo belga, infatti, nel mesi scorsi ha cercato in tutti i modi di preservarsi dall’epidemia: sono stati abbattuti ben 2.300 schiavi importati dalla Gran Bretagna e al confine è stato controllato chiunque passasse per assicurarsi che non trasportasse il virus.
Il primo gesto di disperazione di un allevatore, ieri, [Brian Oakley,] che si è impiccato.
“Capisco che non vogliate vedere la realtà” – ci dice un uomo sulla quarantina che abita nel cubicolo accanto – “ma sbagliate se attribuite gli attentati come quelli di Tel Aviv alla religione, alla Jiad, al fanatismo o alle promesse di un paradiso futuro. La vera molla sta nella disperazione”
2
La genesi di un pensiero
Diversi anni fa il mio amico Beppe Sebaste raccontò a me e a
Giorgio Messori di aver conosciuto un
astrofisico. Questo astrofisico gli disse che il MIT
(Massachussets Institute of Tecnology)
invia da diversi anni una serie di messaggi radio nell’universo.
Dall’esito di questi messaggi [(credo ma non sono sicuro dalla mancanza di risposte)]
e basandosi su una serie di calcoli di matematica aleatoria, il MIT è giunto
alla conclusione che ogni civiltà
quando raggiunge la capacità tecnica di autodistruggersi,
lo fa.
E questo è il caso
della nostra terra. Siamo nell’epoca
dell’autodistruzione. Questa avrebbe già potuto
avvenire, e in ogni caso potrebbe avvenire in qualsiasi momento, e in
ogni caso il MIT calcolava, all’epoca,
che il periodo di vita residua della nostra civiltà non poteva andare oltre i 50 anni.
Queste cose – diceva l’astrofisico – sono state comunicate
ai capi di governo e i più importanti scienziati
ne sono a conoscenza. Non vengono rese
pubbliche per evitare ondate di panico.
Beppe ci raccontò di essere rimasto diversi giorni come stordito,
dopo aver avuto la notizia; il pensiero di questa cosa restò dentro di me, sepolto.
Naturalmente ero d’accordo, bastava
leggere i giornali. Poi, pian piano, cominciai a
pensare che quella del MIT non era una conclusione scientifica,
ma una teoria, e pian piano non ci pensai più.
O meglio, ci pensavo ogni tanto, e dicevo a me stesso:
sono contento di non poter arrivare a quel giorno.
L’ho raccontato a sette od otto amici.
(Ma questo è solo lo sfondo di un ragionamento che sto facendo.)
(Naturalmente gli scienziati parlano continuamente di queste
cose. Non in senso teorico, ma dando una serie di
dati. Presentano questa cosa come una
possibilità, come un pericolo:
se non faremo questo tra qualche anno succederà
questo, ecc. Ma in sostanza lo stanno
dicendo da parecchio
tempo.)
Quando è successo, sono stato preso da un grande amore per il popolo di Seattle.
Sono stato felicissimo che poco dopo la vittoria del capitalismo
dilagante le forze dell’umanità si ribellassero al massacro che è attualmente in atto.
E facessero uno sforzo per impedire
la distruzione del mondo che il capitalismo sta mettendo in atto. Sono stato preso da un
grande amore per questo movimento. Scrivo
questo per spiegare la genesi del mio pensiero. Quello di questi giovani
– è – un atto molto dignitoso. Avevo la convinzione
fredda, ragionando a mente fredda,
che avremmo perso, che il mondo sarebbe
stato distrutto, ma che
comunque ci saremmo divertiti un po’. Pensavo
che ci sarebbe stata una grande lotta, una specie di 48,
e che come il ’48 avremmo perso,
Un giorno, poi, era una bella giornata di fine agosto, ebbi una sensazione:
che se fossi morto in quel
momento non avrei perso nulla.
Perché avevo già fatto tutto e in definitiva non avevo più niente
da fare. di utile.
tutto il tempo che restava era regalato.
E poi, dopo Genova, ero pervaso
dall’odio. Dopo il complotto
fascista per criminalizzare un movimento così bello e così utile,
l’unico che potrebbe, se fosse ancora possibile, salvare il mondo,
ero pervaso dall’odio,
e desideravo divenire un assassino. Provavo anche
altri sentimenti, ma l’odio mangiava tutti i sentimenti
desiderio di fare l’assassino
E allora, legato a questa idea che se
fossi morto non avrei perso nulla,
due cose fluttuanti che mi attraversavano il cervello: (dopo Genova, appunto)
la siccità, i cambiamenti nel clima, (il crollo delle borse, questa lenta
erosione come un crollo rallentato) mi fa pensare:
questo mondo così non può durare
e poi questi due episodi, la ragazza che sta per suicidarsi e che blocca il traffico
e gli automobilisti che le gridano: buttati! Buttati!,
perché blocca il traffico,
e la nave con 500 persone non accolta
dall’australia, e il 92 per cento degli abitanti che sono
d’accordo, l’intervista a una vecchietta
tipo nuova inghilterra che dice di essere d’accordo, naturalmente
in rapida successione un altro pensiero, oltre che quello che questo mondo così non
può durare:
che io sono contento che questo mondo venga
distrutto, che questa razza umana
perisca [, “se fossi foco, brucerei lo mondo”]
Questo è stato scritto due giorni prima dell’attentato agli USA.
3
…
Non c’è [il] 3,,,,,,,, non c’è qualcosa che nasce da uno e due (3 è il numero della nascita)
tranne che la conoscenza
marzo-settembre 2001