Por Francisco Gálvez*
Selección por Juan Domingo Aguilar
Crédito de la foto el autor
3 poemas de El hilo roto (2001),
de Francisco Gálvez
La llamada
Sigo esperando tu llamada,
no me olvides ni dejes que transcurra
demasiado tiempo,
porque todo es fugaz
y se pierde el instante de las cosas.
Sigo esperando cada día,
contéstame y renuncia a este silencio
de pálidos mensajes,
porque acaban las horas
y el tacto que mantienen las palabras.
Sigo esperando en la distancia,
acude en breve, escritas en el aire
mi invitación y súplica,
porque ningún decir
ni su gesto es pasión cuando ya es tarde.
Sigo esperando tu llamada,
no demores, depende de un hilo
la vida más sencilla,
porque esta servidumbre
en lugar de acercarnos nos aleja.
Mensajes
En este momento estoy ausente,
pero puedes dejar algún mensaje
y te llamaré cuando vuelva.
Si eres el amor
llama más tarde, o tal vez otro día;
si eres la soledad
espera, pronto estaré contigo;
si eres el suicida
marca otro número, apenas queda tiempo;
si eres la muerte
elige otro destino, sólo soy una técnica;
si eres el pensamiento
abandona, este hilo no medita;
si eres la palabra
da la vuelta, aquí nadie te pronuncia;
y si eres una voz anónima
que llamas angustiada
en cualquier momento llegaré a casa:
habla después de oír la señal.
Crisis
Tu voz parece de otro tiempo,
ya no tiene aquel tono cálido
de antes, ni la complicidad
de siempre, sólo son palabras
y su afecto es ahora discreto:
en tus mensajes ya no hay mensaje.