Por: Juan Rapacioli*
Crédito de la foto: Ed. Buenos Aires Poetry
3 poemas de Dispersión (2015),
de Juan Rapacioli
Dispesión
hacia donde voy
veo
una nube de tiempo
cada vez más
llena de sí
cada vez más tiempo
paso en la nube
murmullo infinito
de hombres
cosas
y lugares
catalogación
sistema de clasificación
orden sin autor
sin creación
porque
está claro
no hay comienzo
simplemente
vuelve a empezar
el recuerdo es futuro
la memoria está por llegar
la idea que nace ya es obra
aumenta el tiempo
dentro de la nube
aumenta también
su dimensión
hay cada vez más
caminos para andar
geografías para visitar
simetrías para descansar
y quedarse
sin saberlo
dormido
y es cada vez menor
la grieta
que separa
a la nube
del mundo esencial
sin voluntad
sin determinación
sin objetivo
un mundo previo
mudo
en bruto
que no es
una cosa en sí
sino
muchas
dialogando
o no
ante lo que todavía
no es civilización
la nube tiene muchas caras
una de ellas
es el mundo anterior
acaso imaginado
y nunca visto
o visto
y silenciado
ante todo
nombrado
mundo
un maravilloso nuevo mundo
la nube tiene su lugar en el mundo
y por supuesto
crece
cambia
se impone
se establece
se vuelve maneras
formas de ver algo hasta el cansancio
interpelaciones
giros en el centro de una discusión
noches sin dirección
miradas en fuga
la luz blanca de la mañana
resecando las palabras
algo para decir
y al final
nada
y la nube
aparece
como algo
que buscamos
pero que en realidad
ya encontramos
está ahí
para servirnos
y para quitarnos
en justo equilibrio
con posibilidades
cruzadas
y destinos bifurcados
formas de ser
ante la repetición
ante la insistencia
de lo mismo
la nube puede
ocupar el universo
duplicarlo
reemplazarlo
la nube acecha
pero nadie le teme
al contrario
se la espera
en el medio de la tarde
cuando el sol se oculta
y la luz no termina de irse
en esa pesada transición
la nube es refugio
olvido
paréntesis
en el ruido
hecho de silencio
o viceversa
la nube es también
una esfera espantosa
con su centro
en todas partes
y su circunferencia
en ninguna
El instante
parece que fue recién
la turbulencia: una gota que apenas veo
y cuando miro, vuelvo, preso
no es el pasado
es: el pasado en el presente y ambos hacia el futuro
el movimiento, implacable, a través de las galaxias
cada uno de nosotros
el resultado exacto de las millones de probabilidades
que nos hacen ser
así, el instante del nacimiento, una expansión en reversa
retorno de la existencia
pensar un río
pensar un río es marcar medidas en el espacio
dibujar el fluir de los acontecimientos
en la relación de seres y materia
otra cosa es ver un río
la superposición de sonidos
que hacen muchos ritmos
y un mismo ritmo a la vez
ver un río es partirse al medio
por un lado
la continuidad que nos conduce
a quién sabe dónde
por el otro
un alto en el tono de los días
llegar al río es en sí mismo un cambio de luz
los colores, desde los precisos hasta las manchas,
enredados por oscuridades selváticas,
se abren hacia una perspectiva que fuga al cielo
y se despega del verde
pensar un río es no explicarse la existencia
afrontar lo inevitable de sentir el tiempo
la idea circular que nos arroja al fluir de nuestra fe
en esos argumentos propuestos por la especulación
ordenados por el pensamiento
nuestro insaciable y caprichoso dios