3 escritores a Sebastián Salazar Bondy: Oviedo, Cisneros y Alegría

Reproducimos aquí tres fragmentos escogidos para dejar en evidencia el alta estima y el aprecio no solo en lo personal, sino también en lo literario, que tenían tres grandes personalidades de la literatura hispanoamericana por Sebastián Salazar Bondy.

 

3 escritores a Sebastián Salazar Bondy:

José Miguel Oviedo, Luis Jaime Cisneros y Alonso Alegría

 

 

Selección de textos por: Mario Pera

Crédito de las fotos: Izq. http://leeporgusto.com/

Cen. http://radio.rpp.com.pe/letraseneltiempo

Der. http://www.ernestojerardo.com/

 

 

Si en cada hombre hay muchos hombres, en Sebastián Salazar Bondy había, por lo menos, dos: una personalidad íntima, tierna y melancólica, que se expresaba literariamente en su poesía; otra, extrovertida, fantasiosa y muy sensible para la observación de los comportamientos humanos, que se dio, naturalmente, a través del teatro. Esta vocación teatral fue firme, larga y fecunda, y llegó a constituir el nervio central de toda su obra de escritor, lo que, en el Perú -especialmente en el Perú del 50, cuya aridez cultural esterilizaba todas las aventuras artísticas-, podría considerarse una forma aguda de locura; tercamente, SSB golpeó ese muro indiferente, creó su dramaturgia, enriqueció nuestro teatro.

José Miguel Oviedo

 

 

Conocí a Sebastián en Buenos Aires, allá por el 45, terminada la guerra europea. Nos juntó, al principio, el coincidir en varias representaciones teatrales. Y sobre todo, la conversación. Unos días, con Julio Cortázar, otros días con Pablo de Madalengoitia. Eramos un terceto curioso, hecho para el diálogo inteligente y el regocijo interior. La solemnidad verbal de Pablo, la sorpresiva locuacidad de Cortázar (…) y la franqueza y el ingenio de Sebastián adornaban la charla entre café y café (…). Pero cuando íbamos al teatro y, terminada la función, nos solazábamos con un cortado, la conversación era sobre el Perú.

Luis Jaime Cisneros

 

 

(…) sin la llegada a Lima de Reynaldo D’Amore no sabemos qué gallo le estaría cantando ahorita a nuestro teatro. Y si no hubiera sido por Sebastián Salazar Bondy (nuestro dramaturgo / narrador / poeta / ensayista) Reynaldo no hubiera llegado a Lima. En Buenos Aires, Salazar Bondy -entonces casado con la actriz argentina Inda Ledesma- había trabado fuerte amistad con D’Amore. Y tuvo cómo y pudo convencer al teatrero argentino de venirse a dirigir la Compañía Nacional de Comedias y enseñar en la Escuela Nacional de Arte Escénico (ENAE) entonces dirigida por Guillermo Ugarte. (…) Antes del 53, el teatro limeño se nutría principalmente del aburridísimo repertorio vigente en la España de Franco. Reynaldo se puso a montar las principales obras de Salazar Bondy y otros importantes autores peruanos, así como las piezas que estaban estrenando los más interesantes dramaturgos europeos y norteamericanos.

Alonso Alegría

 

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