5 poemas de «Valdivia» (reed. 2025), de Galo Ghigliotto

 

Por Galo Ghigliotto*

Crédito de la foto (izq.) www.eternacadencia.com.ar /

(der.) Ed. Cuneta

 

 

5 poemas de Valdivia (reed. 2025),

de Galo Ghigliotto

 

 

40

 

el viejo pascuero ha vaciado su saco

y lo ha llenado de niños muertos

los recoge del río y son miles

alrededor        en los árboles

los pájaros de rostros humanos observan

esperan que haya tripas flotando sobre el río

para ir a comer

pero el viejo pascuero se ha convertido

en un monstruo más grande

y su mirada expele rayos

con los que alumbra sobre el río

se ven brazos  y caras caídas solas al agua

caras que flotan                      con gesto de infinito sobre la

     superficie

su bolsa transpira sangre

el agua choca en las rocas lentamente

y los pájaros ríen en los árboles cada cierto tiempo

ríen de rabia      ríen de pena

ríen de hambre            ríen de envidia

uno trata de acercarse pero doce venados

de gigantes colmillos blancos            ojos y cuernos en

     llamas

vuelan hasta atraparlo en el aire y lo despedazan

su cara humana se convierte en un niño

que cae al río

 

esta noche

la luna babea en cielo

pequeñas gotas plateadas

 

la cosecha parece nunca acabar

si alguno ha quedado vivo

muere asfixiado por la pestilencia

que expele el traje del viejo pascuero

un traje de sangre y piel de conejo

un aroma de anestésico dental

 

desde el fondo del río

hago subir la marea con mi pena

 

 

14

 

en el fondo de la villa Rucahue

había un sitio cubierto de girasoles

que me sobrepasaban en altura

a veces jugábamos a las escondidas

y me perdía entre los tallos

atraído por el ruido del río

desde el que a veces

salían otros niños a visitarme

niños cuyos nombres no conocía

niños de piel muy blanca

de melenas cortas y blancas

y los invitaba a jugar a las escondidas

a veces los encontraba

entre los tallos de los girasoles

a veces no

aparecían y desaparecían

y mis amigos me preguntaban con quién hablaba

y les decía que con los niños que salían del río

pero me tiraban piedras

no sé por qué

se iban corriendo a sus casas

y a veces                     sólo a veces    me volteaba a llorar

hacia el río y mientras lo hacía

a veces                  sólo a veces    podía ver los ojos

de los niños

hundidos en el río

mirándome desde pequeños destellos

sobre la superficie del agua

 

 

 

19

 

cruces sobre el río Cruces

son mis yo muertos antes de nacer

mi cara de ojos dormidos pegada la piel

a la superficie del agua

el cauce es doloroso    el nacer

el caer de una montaña         al rito del dolor cotidiano

elegí Valdivia elegí                   estos ríos para

venir a nacer

elegí las cosas que he visto

desde otro paraje lo he elegido todo

vi los techos de las casas y quise caer

vi las cruces sobre el río

vi la procesión de vestidos blancos

vi los ojos de mi madre

vi la boca de mi padre

y quise salir

resbalándome por su lengua

 

El poeta Galo Ghigliotto.
Crédito de la foto: Antonia Lara

 

30

 

en una laguna del Parque Saval

flotan las hojas de loto en cuyo envés

nadie sabe

están escritas las vidas de la gente de Valdivia

son los secretos que susurraron los extintos

desde el fondo del río

es cosa de saber leer suspiros en las nervaduras

nadie lo sabe            a mí me lo dijo ella

mientras tirábamos al río

las piedras que los muertos escupirían

en la noche a ser estrellas

me lo dijo con ojos que ya no estaban

donde nadie podía meterse porque

no eran ya de cristal

aunque destellaban como el sol sobre el río

mientras la tarde era un ruido de pastos secos

agitándose en la pradera

mientras la ciudad de Valdivia

se olvidaba de un niño y una niña muerta

que sellaban el pacto de escribirse en las hojas de loto

del parque Saval

los secretos que a alguna hora

tendrían tiempo de contarse

en otro lugar           bajo otro sol

sobre otro suelo         frente a otro río

sobre otro destino

 

 

 

42

 

puedo reconocer a la sombra que matará a mis padres

cae sobre la cortina del dormitorio principal

de una casa en la villa Rucahue

los incrédulos dicen que es la sombra de un árbol

pero yo sé

que es un espíritu hambriento

de hacerse carne a través de la sangre

 

nadie cree lo que digo porque tengo pocos años

la gente subvalora la infancia porque olvidan

que los niños todavía estamos conectados

a nuestras vidas en el agua

 

puede diferenciar entre una gárgola buena y una mala

como si estuviera loco

mi corazón deviene gárgola muchas veces

y al menos distingo

cuándo es bueno y cuándo es malo    puedo

     reconocer

a la sombra que matará a mis padres nadie

salvo Carmen me cree

porque ella también ha visto

a los pájaros negros de rostros humanos

sobrevuelan el campo y dejan caer agujeros de muerte

que suenan como piedras en el techo de nuestra casa

 

ella también ha visto

las figuras que la noche dibuja cuando tiene hambre

quienes llevan tiempo sobre la ciudad de Valdivia

saben leer las sombras como oráculos

 

el pecado de mis padres fue ser ajenos a esta tierra

y no saber     que mucho antes que ellos

han llegado

otras gentes a esta misma casa

y se pasean por dentro

y por fuera de mis sueños

porque los que no están vivos

y tampoco han terminado de morir

tienen las llaves de todas las habitaciones

incluso de las puertas oníricas

de las puertas de mi armario

donde guardan los animales que dejarán la estampida

 

puedo reconocer a la sombra que matará a mis padres

porque cae sobre nosotros en esta cama de dos plazas

donde ellos duermen a mis costados

mientras estoy despierto al cuidado del miedo

tratando de alejar a los espíritus

con el único conjuro que conozco:

 

padre nuestro que estás en el cielo

 

 

 

 

 

*(Valdivia-Chile, 1977). Poeta, narrador y editor. Ha publicado en poesía Valdivia (2006; 2025; traducido al francés por Anne-Claire Huby en 2012 y al inglés por Daniel Borzutzky en 2016, Bonnie&Clyde (2007), Aeropuerto (2009) y Monosúper (2016); en narrativa, A cada rato el fin del mundo (2013), y las novelas Matar al Mandinga (2016) y El museo de la bruma (2019).

 

 

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