Valeria Melchiorre y sus reflejos a escala

 

Francisco Catalano*

Crédito de la foto archivo de la autora

 

 

Valeria Melchiorre y sus reflejos a escala

 

En Carne molida de Valeria Melchiorre, hay una exploración muy personal, manejada en la figura del gato, donde se muestran rasgos madurativos de la feminidad. A través del gato se ve cómo se caza, como se aprende a cazar, manejando siempre dentro de la subjetividad del animal los rasgos propios de una feminidad que se reconoce y se basa en él. A esto el epígrafe del Sun Tzu no es gratuito, creo que hay algo que habla, sino desde la sabiduría, sí desde la experiencia, y que de a momentos es aforística, de a momentos más cadencial, pero siempre muy lírica, llega a verse muy altiva y también muy indócil. Creo que el gato está asumido como forma y fin, no sé si arquetipal es mucho decir, pero sí de una forma muy oracular. Veo que el gato es el oráculo, el espejo donde se reflejan múltiples maneras, formas y evoluciones, de algo más allá que la simple contemplación frente al espejo por parte de la poeta.

 

 

Sí esta es Carne molida, es la carne molida felina de Valeria: un reflejo triturado de diversas formas, no sé si “evolutiva” es decir mucho, pero sí “cambiante” o al menos madurativa, por decir lo mínimo, con una corrección donde ni sobra ni falta una palabra. Con una correlación igual de micro-óptica, Valeria asume en “Los Ripios”, la primera parte de su trilogía Temblor, una muestra fragmentada de sus versos acoplándolos en grupos de versos reunificables y legibles donde de la plasticidad gráfica y puntualmente referencias del gato, se prefigura en una voz más abstracta, como cuando reza: “se despierta// :y es un átomo el que trama/ la pereza// el que atónito se atonta/ o se levanta// despacito/ junta sueños es como moras”.

Mucha más compleja es la elasticidad lírica de esta poeta en esta Trilogía, cuando en “Los papeles” entra en cadencias más grandes y complejas, tanto en verificación como en cuestionamiento filosófico, al decir, por ejemplo: “cómo hacer de este dilate una victoria/ del derrumbe de los lindes un retorno// o una anímica pradera indiferente/ o una pampa sin pampeanos y con osos». Melchiorre, en Temblor se atreve a tener más capas, ser más compleja, más enrebuscada. Siempre con un componente muy fuerte de autoreferencialidad y autopercepción, encontramos en “Células”, la última parte de la Trilogía de Valeria (reunida en un sólo tomo), fragmentos de ella misma, como cuando dice: “mis células y yo (confabuladas)/ hacemos una yunta memorable”.

 

 

Mencionándose en lo referencial, Valeria se autopronuncia a nivel figurativo, abstracto, animal, celular y colectivo, desperdigada en cuánto se ve, tanto la trilogía Temblor como Carne Molida, son dos escalas en las que esta autora se autoplasma, mostrando un saber de sí ya explorado y un saber del lenguaje por explorar en el lector.

 

 

 

 

 

*(Caracas-Venezuela, 1986). Poeta. Licenciado en Comunicación Social y Letras (UCAB, Caracas). Reside en Buenos Aires (Argentina). Obtuvo el XXI Premio de Poesía Fernando Paz Castillo, así como el primer lugar en la categoría de literatura intermedial en la V Bienal internacional de arte contemporáneo (ULA, 2022). Desde 2011, desarrolla una propuesta de recital poético multimedia performático llamada REVITAL, entre otros. Ha publicado en poesía l (2010), Libro 2 (2016), Libro 3 (2017) y Cantocuarto libro 4 (2022).

 

 

 

**(Buenos Aires-Argentina, 1970). Poeta y ensayista. Doctora en Letras por la Universidad de París 8 (Francia). Fue docente de literatura argentina e investigadora. Dirige desde 2019 la página web/revista cultural Zancada (www.zancada.com.ar), destinada a difundir obra y a tejer redes entre prácticas diversas y artistas de variadas disciplinas. Tuvo a su cargo la edición y el prólogo de Poesía completa de Amelia Biagioni (2009). Ha traducido poesía del inglés al español como la obra de Carol Ann Duffy, Alice Oswald, del francés al español a Jacques Prévert, Anne Portugal; y junto con Ricardo Herrera: Pierre-Jean Jouve, De Las bodas a Tiniebla. Antología poética 1925- 1966 (2016). Ha publicado en ensayo Amelia Biagioni: la “ex -centricidad” como trayecto (2014) y La suerte del poema (2017); y en poesía Los dictados de la modaEl hombre que soy yo en un cuadro de Francis Bacon y La cita (volumen junto a otros tres poetas), Trilogía del temblor (2019), Fuego Amigo (2020) y Carne Molida (2021).

 

 

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