Poemas por Lucía Carvalho*
Texto por Paola R. Senseve T.
Crédito de la foto (izq.) www.distintaslatitudes.net /
(der.) Ed. 3600
Sobre Oráculo eléctrico (2023),
de Lucía Carvalho
Parada en el medio exacto entre inteligencias que parecieran antagónicas como Anne Carson y Tiktok, Carvalho cuestiona su/nuestra existencia de cuerpos máquina de carne y plástico. La poesía de Lucía Carvalho llega a explorar aspectos de la vida contemporánea que, por su naturaleza existencial, solo pueden ser abordados desde el lenguaje.
Oráculo eléctrico se forma con tres partes que funcionan en contraposición. En el inicio está la mitología griega que dialoga con lo monstruoso del ahora. Las personas que somos, completamos nuestros cuerpos humanos con cuerpos y prótesis máquinas que también se comunican con electricidad. No distinguimos entre la inteligencia artificial y la no artificial. La segunda parte funciona como una bisagra que nos conecta con el universo y aquello que rige nuestros latidos. Pero hacia el final de toda esa inmensidad inabarcable, en la tercera parte, nos miramos al espejo y nos encontramos con la abuela, la tradición de los pueblos, la identidad primigenia, lo particular que tiene la posibilidad de ser más universal que nada.
“Quedaré petrificada/ con una mano en el celular y otra en el poema”, dice la voz poética que sabe que no alcanza con erigir asombro, juicio y preocupación frente a la realidad tecnológica que nos controla; hay que pensarla, malearla, filosofarla y sentirla.
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Lucia Carvalho, con gran habilidad, ordena un mundo de elementos que conviven en el diario vivir, pero no en la teoría, no en el imaginario, y hasta ahora, no en nuestra poesía. La ancestralidad, la tradición oral universal y la tradición tecnológica; o los lugares donde existimos: la cama, las casas, Instagram.
Este es un Oráculo eléctrico que se duda a sí mismo, que sabe que las únicas respuestas posibles son las preguntas. Uno que juzga con dureza y al mismo tiempo naturaliza lo que juzga. Es la espiral del pensamiento que para completarse también tiene que ser emoción.
5 poemas de Oráculo eléctrico (2023),
de Lucía Carvalho
Apolo 13
Tu luz es tan brillante que la gafas no resisten
el protector solar de factor cien no alcanza
Ya no quiero mirarte a los ojos
debí desconfiar de tus designios
Está escrito en el cielo que yo cumpla
y me comprometa, pero
tengo una intuición
Esta cabeza que cargo
me jugará una mala pasada
Esta cabeza que cargo
me hace dudar de tus blandos designios
Puedes comerte mi corazón
en cuatro
lamiendo el fondo de un plato hondo de leche
El oráculo eléctrico pide a gritos una parte de mí
Piensas que estoy hecha de cristal
te da miedo que me pueda mover
porque te puedo desgarrar
No voy a aceptar tus regalos
en recipientes tramposos
siempre le tuve miedo a los caballos
más aún a las apuestas
No sé qué busco en este poema
Solo quiero cumplir mi promesa
y estas serpientes
están cada vez más cerca de mi cuello
No me dejan acabar
así, así, así
no me puede complacer
Quedaré petrificada
con una mano en el celular y otra en el poema
Quedaré petrificada
hasta que alguien me recupere y escriba mil veces más una
la historia inefable de mi destierro.
Daphne Cyborg
El oráculo eléctrico sabrá mostrarme
la belleza que me contiene
Esta fuente de sangre que llamo cuerpo
no logro habitarlo
la biología no es suficiente
pitonisas o algoritmos
me muestran el yo futuro
yo, perfecta
a través de esta corteza de piel
descubro mi verdadera forma
sangre y metal.
Perséfone en Estocolmo
Crecen flores
más allá del área marcada
Las miro.
Sin arrancarlas, las miro.
Mi memoria pesa y absorbe la tierra tornasol
se desliza, suelta bolitas de brillantina
Quisiera recordar el día que mi hogar dejó este cuerpo.
Quisiera esconderme la mitad del año.
Quisiera ocultarme del oráculo eléctrico.
Ser silueta dibujada por pixeles dañados
Ser recuerdo mutilado
Los truenos activan mi mente
descargan la energía
y siento las garras del afecto
Mi madre
Mi amor
Mi inicio perfecto
Grito más fuerte
Oculto mi piel con dudas
hasta salir de este cuerpo, cavando.
Mito del Eco o cómo quedarte en casa
¿Escuchas las palabras que brotan de las luces?
Brotan y suenan.
Rebotan en tu cueva.
Una vez tuve una voz
incómoda.
Me arrebatan la voz
las palabras que provocan
tus palabras en mi cueva.
Me vuelvo replicante
la voz es lo que queda
torpe imitación de los últimos días.
Una voz incómoda se vacía
en las fibras del oráculo eléctrico.
Quise mostrar
todo lo que me contiene
retumba el eco
estoy vacía.
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Tiresias clava el visto
¿Probaste tus poderes clarividentes?
¿Cómo sabrás que los tienes?
Imagina cómo terminará este poema
Imagina el fin de una era
Cristales líquidos condensados en rectángulos radiactivos
Toda la información del mundo en tus ojos
No soportas la imagen, prefieres dejarla en visto
El oráculo eléctrico cabe en la palma de tu mano
Sostenlo dentro de tu puño
Déjalo caer, suave y brusco
Risas en pixeles
Infartos comprimidos
Toda la información que contiene tu pelo y su ausencia
Toda la información que cabe en una rajadura.
*(Santa Cruz- Bolivia, 1993). Escritora, músico y gestora cultural. Ha publicado en poesía Fiesta Equivocada, Universo 127, Universo 127 expandido, Niña perro, Paisajes emocionales y Oráculo eléctrico. Página web: www.hijadelinternet.com