Flecha que regresa. 5 poemas por Dai Weina

 

Poemas por Dai Weina*

Selección y nota por Nilton Santiago**

Crédito de la foto: archivo de la autora

 

 

Flecha que regresa.

5 poemas de Dai Weina

 

 

La tensión del arco es la misma que el de la palabra cuando llega a los poemas de la poeta china Dai Weina. Hasta que se encuentra y nos habla con las virtudes de esa Serpiente de Madera que nos trae este nuevo año chino: sabiduría, encanto. Y misterio. Bajo una aparente claridad, la poeta residente en Pekín nos dice también del trascurso de ese que creemos ser. De esas versiones que vamos desechando para ser finalmente “nosotros”. Weina dice que, “como en el boxeo”, el pensamiento del poema “está sujeto a una secuencia de movimientos”. Desde luego, eso depende del lado de la diana en el que nos encontremos. La poeta nos hace ver ese “otro lado”. Como si, en su trayecto, la flecha decidiese detener su vuelo para que podamos vernos en la mirada de la presa.

Aunque lleguen a nosotros a través de traducciones del chino, ni un solo segundo estos poemas dejan de decir. Weina lo sabe y, por ello, nos dice que el “núcleo del poema es tan caliente como el fuego de Dios”. Sentirán aquí ese calor. Estén donde estén, espero que la lectura de estos poemas los haga volver la mirada —como una fecha que regresa— para “encontrarse” en este hermoso “caos floreciente” que es la vida.

 

Barcelona, 29 de enero de 2025

 

 

Flecha que regresa

 

Primera vez que vuelo tan alto

Como grullas en desbandada

mis alas blancas rozan los aleros de un palacio, las tejas doradas.

No sé si es el viento que me empuja

o si soy yo misma usando toda mi fuerza

 

Me rozó el hombro tan rápido,

tan rápido que el corazón casi se me sale

Tal vez soy una flecha

disparada desde el pasado

por un desconocido operador

Ahora, en sueños, proyectada

como un búmeran

al asalto del destino

 

Antes de los 30, nunca había volado en mis sueños

Ahora practico a menudo el arte de volar

El destino ha comenzado por fin a precalentar

El tren como una víbora glotona

avanza retumbando por el medio del cielo

Algunas ventanas se iluminan ahora,

otras son tragadas por la oscuridad

Cada persona usa su suerte

para mantener el equilibrio de la luz

Pero si no quieres ser

una flecha sumisa,

si quieres ser la flecha

que se vuelve contra la mano invisible

¿Quién temblará?

 

(traducción por Miguel Ángel Petrecca)

 

La poeta Dai Weina

 

Malos hábitos

 

Yo no bebo

soy el alcohol mismo.

 

No fumo

durante años, he andado en silencio detrás de un gran fumador.

 

No me sirve esto, tampoco aquello.

El arco iris de esta noche es perfecto para la cena.

 

La capa de hielo de la Antártida jura no derretirse nunca.

Yo juro sonreír siempre y nunca mirar detrás de la sonrisa

la tabla de ingredientes de las lágrimas.

Mi felicidad es una especie de depresión.

 

Ando por montañas en busca de poemas.

En cambio, la vida es una verdadera máquina automática de tonterías-

El silencio tragado y la ironía escupida

¡no son un buen partido!

No es que yo no sepa fruncir las cejas.

 

Si no puedo evitar que la serpiente me muerda la punta de la lengua

—es hormigueante y ligeramente dulce—

me escondo en el bolsillo del abrigo y levanto el dedo medio.

No me someto a demasiadas correcciones,

busco la verdad en los numerosos errores.

 

No creo en la igualdad absoluta

porque solo está hecha de ingenio y egoísmo absoluto.

No niego que he mentido,

pues el simple hecho de estar viva añade un capítulo más

a la historia humana construida sobre las mentiras.

 

Escribo como un criminal de carrera,

La vida es cazada por páginas en blanco;

vacío sin fin

como la luna que pasa,

más bien como tú.

 

No te he visto todavía,

pero has llenado mi mente y mi cuerpo

 

Tengo una eterna avidez de sueños dulces.

Y no logro entender la moralidad que nunca se desarrolla en el amor.

Aún no he probado las alegrías de un esclavo.

Los cuchillos arrojadizos se convertirán en flores y en ramas de olivo,

para poner, una vez más, a María Magdalena en el altar.

 

La multitud aplaude y levanta las manos destructoras.

Mi amor, una vez iniciado

nunca lo retiraré,

como una gota de vino añejo que se evapora en el aire

y desaparece en el infinito de los demás.

 

No beber es mi verdadero mal hábito.

Yo soy el alcohol mismo.

 

Y todo esto sumado

constituye la parte silenciosa de mí.

 

(traducción por Sun Xintang)

 

 

 

Fragmento: primavera de 2024

 

Esta primavera, una vez más, me quedo un centímetro más corta. 

Finalmente, alguien me elogia por tener los pies en la tierra;

cuando recojo basura, ya no tengo que agacharme.

 

Nadie pensaría por mí, 

posiblemente esta persona ya no alcance el ojo de la cerradura de la vida. 

El cielo está lejos de mí. Al igual que el canto de los pájaros. 

Pero debo cortar estas ideas de mi mente, 

tal como corto con una sierra las patas de mi mesa.

 

Me están aplanando, poco a poco, para ajustarme a una marcha más baja 

y encajar en un molde prefabricado. 

Como una calabaza que se espera ver crecer en forma humana, 

me agacho y entro en un molde de plástico.

 

Mi corazón, reducido. Montañas de basura colorida se apilan sobre mi cabeza. 

Este es el único color que crece en mi vida. 

Sé que eso significa: más personas cargando una luna plomiza 

y trabajando sin parar 

para enterrar a quienes estamos vivos.

 

Afortunadamente, no es la primera vez que he sido enterrada. 

Esta primavera se está extendiendo sobre los escombros. 

Después de ser bañada por la luz del sol, 

volveré a ser una verde y joven planta que ondea con la brisa.

 

(traducido del chino al inglés por Liang Yujing

y versionado al español por Josué Andrés Moz)

 

La poeta Dai Weina

 

Erotismo del conocimiento

 

Tu espalda nunca se besó con mis tobillos

Mis omóplatos nunca tocaron los hoyuelos de tu cintura

Veinte años juntos y no te conozco

tal como no conozco mi habitación

y el palmo de tierra frente a mi casa—

Mis pies nunca han sentido su temperatura

Separados por las palabras, por las redes, por la lógica

la forma en que conocemos el mundo

es una suerte de abstinencia

No me he enamorado más que de puras copias

 

Nunca he probado la tierra, nunca he lamido la nieve

No tengo suficiente cuerpo para amar al mundo

Y sin embargo vivo, dependiente de diversos rumores

apegada a ese azul cada día más bello en sus palabras

ignorando el Apocalipsis cuya llegada

años tras año se aplaza

Ciegamente feliz,

como la silueta desolada de la mangosta en la llanura

Oportunidad única de visitar

la hondura emocional del universo

los glaciares de sus glándulas sudoríparas 

y de su sangre, repeliendo

el erotismo del conocimiento

 

Y finalmente despedir todo esto con un poema

Como un ensayo en el vacío

Te fallo una vez más

 

(traducción por Miguel Ángel Petrecca)

 

 

 

Excavadora roja

 

Al despertar, nazco en el teléfono móvil

Árboles nuevos crecen del erial sobre mi cabeza

Practico besos a solas en la oscuridad,

y hasta mis propias fichas solitarias terminan en bolsillo ajeno

Sí, ¡este es el destino que el mundo me ha asignado!

Los meteoritos del cielo enterrados bajo el suelo

¿Puede alguien prestarme una excavadora de estrellas?

 

El plan era impedir que nos conociéramos: 

ya no tendré que cruzar montañas y barrancos,

menos aún disfrutar de las estaciones, para encontrarte:

ahora sólo debo hurgar en los basureros del mundo

Hundirme en la espléndida podredumbre

y en la estafa del entretenimiento

El mundo me debe una excavadora

 

Una muchacha, dicen ellos, se ve más sexy

al volante de una excavadora que de un Ferrari rojo

Más vale aumentar el flujo para así crear más basura exquisita

La excavadora, esta cosa colorida y aterradora

será lo que distinga al hombre del animal en el siglo XXI,

la herramienta más usada, la más fabricada

Dicen también que todo el mundo es un artista

Quien conduce una excavadora debe ser un gran artista

¡Los artistas arruinan todo!

 

¿Cuánta gente pasa su vida

como el final de la proyección

de una película mediocre?

Melancolía, narcisismo, exhibicionismo:

las enfermedades son la nueva división de clases

Las excavadoras corren de aquí para allá,

cavando en busca de verdades, de estrellas colapsadas,

pero no han encontrado aun ni un anillo puro

No habrá más santos, héroes o mujeres castas en este mundo

No, no, todos somos instrumento

Nadie sale vivo de su móvil

 

(traducción por Miguel Ángel Petrecca)

 

 

 

 

 

*(China). Poeta, ensayista y traductora. Graduada de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Se desempeña como jefa de redacción de la revista Guangnian. Obtuvo el Premio Poeta del año (Premios Internacionales de Poesía del Pacífico 2017), el Premio del Representante de los Lectores (2018) y el Premio de Poesía Xu Zhimo Hoja de Sauce de Plata (Cambridge, 2020). Ha publicado en poesía Gimnasia para el alma, Mi paracaídas dañado, La máscara, entre otros; en ensayo Una tragedia inacabada: Zhou Zuoren y Ellis; y en traducción El artista del Estado y las obras teatrales Invasión y Rosa de hormigón.

 

 

 

**(Lima-Perú). Poeta. Reside hace años en Barcelona (España). Obtuvo el Premio Tiflos de Poesía, el Premio Casa de América, el Premio Internacional de Poesía Vicente Huidobro, el Premio de Poesía Emilio Alarcos del Principado de Asturias, entre otros. Ha publicado en poesía El equipaje del ángel (2014), Las musas se han ido de copas (2015), Historia universal del etcétera (2019), Miel para la boca del asno (2023), entre otros.

 

 

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