Sobre «Dejadme salir, dejadme entrar (2023), de Elise Cowen

 

Por Carlos Huerga*

Crédito de la foto (izq.) www.infobae.com /

(der.) Ed. Torremozas

 

 

Sobre Dejadme salir, dejadme entrar (2023),

de Elise Cowen**

(ed. y traduc. de Isabel Castelao-Gómez)

 

 

En los últimos años se percibe en España un creciente interés por rescatar y reivindicar a autoras beat, como puede comprobarse con las publicaciones de Diane di Prima, Anne Waldman, Joanne Kyger, Hettie Jones y Lenore Kandel. A esta nómina hay que añadir a Elise Cowen, si bien se trata de un caso peculiar, pues murió con apenas 28 años y podría considerarse casi desconocida hasta la actualidad, pues su familia destruyó la mayoría de sus manuscritos por considerarlos obscenos y no fue hasta 2014 cuando el editor Tony Trigilio publicó la totalidad de los poemas que se habían conservado. Dejadme salir, dejadme entrar es una antología bilingüe basada en aquella edición que publicó Trigilio en 2014, Elise Cowen: Poems and Fragments.

Cowen fue amiga íntima de Joyce Johnson (autora de la novela autobiográfica Personajes secundarios) y de Allen Ginsberg, con quien tuvo incluso una relación, y a pesar de formar parte del grupo inicial Beat y vivir la bohemia a caballo entre Nueva York y San Francisco, su temprana muerte y el hecho de ser mujer en los años 50 la han mantenido en un segundo plano, pues hasta hace poco no había tenido la aceptación y reconocimiento de otros compañeros y compañeras de generación. Pero más allá de sus rasgos biográficos, es importante destacar que los poemas que sobrevivieron tienen un valor literario propio; incluso, muchas décadas después de haber sido escritos, siguen desprendiendo un interés que sorprende por su independencia poética y ética. Podemos afirmar que Cowen no se parece ningún otro poeta de su generación, y esto la hace todavía más genuina.

 

La poeta Elise Cowen con su amigo Allen Ginsberg

 

Dejadme salir, dejadme entrar está profusamente editado por Isabel Castelao-Gómez, poeta, traductora y especialista en poesía feminista norteamericana. En 2019 publicó junto a Natalia Carbajosa del libro seminal (al menos en España) Female Beatness. Mujeres, género y poesía en la Generación Beat, un estudio crítico de las poetas beat, teniendo en cuenta las teorías de género y la revisión del legado y análisis textual que merece este grupo desde los años 90. En el caso que nos ocupa, Castelao-Gómez selecciona y traduce los poemas de Cowen por primera vez al español con un libro independiente (ya se habían publicado algunos poemas en antologías colectivas con anterioridad). La edición cuenta, además de con los textos en inglés y español, con una introducción de la propia Castelao-Gómez de 50 páginas, donde contextualiza a Cowen dentro de la Generación Beat y la sociedad estadounidense en la década de los años 50, además de puntualizar alguna de las claves de su poética. Por si fuera poco, el libro añade un apéndice de otras 40 páginas de anotaciones a los poemas, además de varias fotografías e imágenes de manuscritos, completando una edición sumamente cuidada.

Los poemas están agrupados por temáticas en cuatro apartados, lo que puede contribuir a comprender mejor la lectura de una poeta más compleja de lo que pareciera en un primer vistazo.  A lo largo del poemario se aprecia cómo Cowen intenta poetizar sus problemáticas vitales: soledad, incomprensión, inestabilidad mental, feminidad o sexualidad. Muchos de los poemas transmiten la sensación de estar atrapada, pero a la vez la necesidad de buscar calor humano, contacto y comprensión.

 

 

Entre los muchos aspectos que me parecen novedosos en esta poeta de origen judío, destaca el hecho de verbalizar sus deseos y fantasmas sexuales (en una época en que era escandaloso que las mujeres hablaran de ello), así como la naturalidad con la que habla de las drogas (metanfetaminas, heroína), el cuerpo y la salud mental (Cowen padecía trastorno bipolar), todos ellos aspectos poco usuales y que comienzan a normalizarse con los autores Beat. Asimismo, ya sugerido en el verso que da nombre al libro, late en muchos poemas la idea de sentirse encerrada o sometida por diversas fuerzas opresivas (padre, Estado, centros médicos), lo que constituye un ejemplo de una poeta que visibiliza la condición de ser mujer en una sociedad muy conservadora. Castelao-Gómez señala una idea relevante para comprender la situación de Cowen en su época:

Hasta entonces, las mujeres con comportamientos excéntricos o con trastornos psicológicos reales eran diagnosticadas de la misma forma, eran recluidas en instituciones o en casa, infantilizándolas y privándolas de libertad sobre sus vidas y cuerpos.

 

Cowen se rebela ante una sociedad alienante y represiva, y su inconformismo se evidencia al combinar un lenguaje directo con expresiones vulgares (“fláccida polla / en mi cabeza”, “lo escupiré”, “jode tu único sueño de cobalto engendrado”) y metáforas brillantes (“pecado sin circuncidar de mi corazón”, “arcoíris atómicos”). En otros textos, se aprecia una influencia del pensamiento budista o taoísta (“Wu”) o de la tradición judía (“Shalom”, “Elohim”), aglutinando con naturalidad influencias diversas, algo propio de los poetas beat. Su poesía destila cotidianidad, con un tono improvisado que también acepta visiones místicas y hasta cierto surrealismo (“Debajo de una triste cebolla/ Sueños ciegos en una habitación verde”).

 

La poeta Elise Cowen sentada en un bar. Crédito de la foto: The Concrete Blonde

 

En muchos textos hay una realidad paradójica, la ambivalencia de estar dentro y fuera, un estar en el umbral (de la vida y la muerte, de la lucidez y la enfermedad, de la soledad y la complicidad). Cowen se sitúa en un no lugar y parece que queda atrapada en tierra de nadie. En sus poemas se percibe un “Yo” escindido que, como señala acertadamente la editora, refleja una “desintegración de la identidad”: “Dos semanas al mes/ loca a medias y libre a medias/ Dos semanas al mes/ ahogada en mí a medias”. Cowen busca su propio sentido, registra sus dudas, sus fantasmas, sus presencias y ausencias, dejando pistas acerca de sus problemas de salud mental o el consumo de drogas. Sus poemas destilan crudeza, insatisfacción, y a la vez cierto simbolismo expresivo que recuerda a Sylvia Plath: “No quiero hacer tu poema de narcisos/ muertos y bulbos de crocus guardados que quizá nunca/ florecerán sino de golpes de memoria que vivirán de nuevo”.

En algunos textos hay una idea premonitoria de la muerte, seguramente por su visión trágica de la vida y la intensidad de su existencia:

Muerte, ya llego

espérame.

Sé que estarás

            en la estación de metro

            con tus botas, gabardina, paraguas, pañuelo en la cabeza

y tu única respuesta simple

            a cualquier significado.

Institución incorruptible,

Atenta aguafiestas de huellas dactilares

Escucha lo que ella dijo

«Hay un pasadizo entre las coles blancas».

 

La poeta Elise Cowen

 

La lectura de Dejadme salir, dejadme entrar, constituye una buena oportunidad para adentrase en una de las voces más potentes y autónomas de la Generación Beat, a la vez que corrobora el reconocimiento de una poeta singular, que merecía ser publicada de manera independiente con una edición cuidada, que además esclarece muchas sombras. La poesía de Cowen es una bocanada de aire fresco y este libro no deja indiferente.

 

 

 

 

 

*(Madrid-España, 1977). Escritor y crítico literario. Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y en Filología Hispánica por la UCM (España) y doctor en Filología hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid (España). Ha sido Lector de Español en la Universidad de Lille 1 (Francia). Se desempeña como profesor titular en el Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura del Centro Universitario de Magisterio Escuni (UPSA). Ha impartido clubs de lectura y talleres de escritura en distintas instituciones como la Red de Bibliotecas del Ayuntamiento de Madrid, Fundación Promete o Afanias.  Es autor de la novela Nada que perder (2024), el ensayo Literaturas del desvío (2024) y los poemarios Un hombre en el umbral (2010), Road Movie (2012) y Habitar el agujero (2021).

 

 

 

**(Nueva York-EE.UU., 1933 – Nueva York-EE.UU., 1962). Poeta. Fue integrante de la Generación Beat estadounidense, llamada la poeta maldita. Asistió a la Barnard College, donde tuvo una relación amorosa con su profesor de Filosofía, conociendo luego a Allen Ginsberg, teniendo como amigo en común a Carl Solomon, a quien habían conocido por separado en sus estancias en un Hospital Psiquiátrico. En 1953 Ginsberg y Cowen iniciaron una relación amorosa, separándose tras pocos meses pero quedando unidos de por vida. Se mudó a San Francisco, en donde tuvo estrecho vínculo con los Beats, pero regresó años después a Nueva York. En 1962, salió del Hospital Bellevue en contra de la orden médica, regresó a casa y se suicidó lanzándose por la ventana de su departamento en un séptimo piso. La mayoría de sus poemas fueron quemados por su familia por su temática lésbica, consumo de drogas, aborto, pero algunos se salvaron y se publicaron en revistas literarias de Estados Unidos en la década de 1960. Se publicó póstumamente Elise Cowen: Poems and Fragments (2014).

 

 

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