Por Franco Osorio Paredes*
Crédito de la foto www.craneodepangea.wordpress.com
Husmear el vértigo.
5 poemas de Franco Osorio Paredes
Diálogo Infinito
El rumiante magma
a mil gotas de luz
sobre los tendones del tiempo
deambula entre medusas
Insomne persigo
al portón fantasma
navegan enlutados chelos
Provienes violeta del todo
nos separa un gemido
gravita en el trampolín de tierra
La navaja limpia tu cuerpo:
tatúa el estallido
Es el enigma de la poesía
establecer el verbo
y regresar
a la orfandad del océano
Ya no hay respuesta
se extinguen las arterias
Caligrafía en el vientre
Infancia
Mientras no conozcas la vida,
¿Cómo podrías conocer la muerte?
Confucio
Rebroto con un paraguas en la frente
mis padres me dan al ciervo herido
el ondulante crepúsculo a medio desvelo
Cochebombas amilanan
el tierno velero de la infancia
Se reinstaura la imperante oscuridad
expandiendo su voz de barrote rasgado
Me arrodillo
con instrumental disciplina
como el delirante en el ágora
Se blanden luceros
un estandarte de quimeras
al árido blasón
En el vesánico autobús
mi madre
– cautiva sonata –
subyuga a la encrucijada travesía
y sus nocturnos aguijones
En el taciturno ático
mi hermana
– arrinconada amapola –
adosa sus partículas
a febriles muros
Un enjambre de orquídeas
esparce aprisionantes púas
en este despellejado frenesí
Extracto de luz
No quiero ser el nombre de una calle
sin haber sido enmarrocado dos veces
sin haber emparentado las deshidratadas banderas tres veces
sin haber partido la doble moral del tornado cuatro veces
sin haber curado el endémico racismo cinco veces
sin haber reparado un cielo carmesí para mi hija seis veces
sin haber enarbolado una munición de flores siete veces
sin haber derrocado al xenofóbico antifaz ocho veces
sin haber ido y vuelto de la paranoica metástasis nueve veces
sin haber golpeado la nemotecnia de los credos diez veces
sin haber despegado mis lágrimas de la sepultura cien veces
sin haber exterminado el leproso abismo de la olla mil veces
sin haber graffiteado las máscaras de un país mutilado diez mil veces
sin haber burlado los patológicos silbatos cien mil veces
sin haber encarado a los humanos de pantalones lisos millones de veces
sin haber expectorado si quiera una vez el balbuceo de mi amor
Un profeta sobre la montaña plateada
Entre dragones magenta
Charlie etéreo atraviesa
el infinito caudal de meteoritos
Su incandescente Amazonas
surca siderales vórtices
parientes del arcoíris
¡Mírate estás aquí
con las patitas enlazadas
a un boomerang encadenado al fénix!
Cisnes de primitiva marea
expurgan el psicodélico puñal
el frenético trance al lívido
El flujo danza tras la cápsula
una riada de cristalinos pegasos
algodones para muertos
Con vista a la estela vibrante
bucea sumergido entre luceros
cuásares de acrecidas entrañas
¡Voy hacia ti con iridiscentes magnolias
poseído en la cima con torbellinos
que se acurrucan en mi pecho!
Olvidemos lo complejo
esos enigmas planteados
en tu mágica Andrómeda
Cerciora la leyenda del profeta
sobre la montaña plateada
Tras el escarchante limbo
lo encontraste
expectorando la vía láctea
Cuéntame
si el declive es perpetrar
el sueño al calabozo
o rosas a un destellante prisma
Medita con el monje guardián
custodia la revelación
del décimo canto
en el tronco del albo mar
Prometo husmear el vértigo
a través del diluvio de cigarras
y pernoctar con tu deshojada chalina
Todos tus nombres
Bien podríamos parecer
una suicida procesión de hormigas
una letal romería
Al despabilar las orillas
tréboles alborean
un médano de sílabas blancas
Ciudad salvaje
que anida desterrados
y grumos de piras caníbales
Oasis pétreo
mantel de avispas
astilla en el farol
galaxia en tiniebla
inherente acuarela
aserrín en el paladar
zanja de pasos perdidos
Porque asciendes castaña
entre rieles y desorbitados Siddhartas
sobre la punitiva cabellera de la antorcha
Porque al izarse esa agrietada pañoleta
resucitaron ágatas de nieve
las colinas del lacerante palpito
Porque eres ese agreste ciclón
esa extremidad sin huella
ese universo con furia
esa tumba inalcanzable