Ojalá sepamos cuándo irnos. 1 poema de Danielle Madrid-Malone

 

Por Danielle Madrid-Malone

Crédito de la foto la autora

 

 

Ojalá sepamos cuándo irnos.

1 poema de Danielle Madrid-Malone

 

Who Will Love Me Now?

PJ Harvey

 

Al nombrar las afueras de una urbanización familiar clase-media,

los solares se hacen bosques.

En los bosques de goteo pasan cosas terribles,

justo en la maraña de carteles de se vende, se vende parcela, se vende parcela para 4 inmuebles.

 

Este es el principio del relato,

el momento en que los músicos

guardan sus peines y se miran.

 

He ahí la prueba.

 

¿Ves ese árbol?

Queda la guirnalda de un muchacho, el holograma que cuelga.

 

(La brisa y los elementos naturales no guardan decoro, en general)

 

En la escritura

…………………….los ahorcaditos

……………………………………………son versos de cabo roto.

 

¿Cuál era la melodía inicial?

Ya sé, ya sé: la mujer pasa y se le agrieta la frente.

 

 

¿Ves ese montículo?

Entre raíces, contiene los huesos

de un gato negro y blanco.

Lo malenterraron a principios del siglo XXI,

con una pala familiar que no servía mucho.

(No tenían fuerzas, entiéndelo)

 

Los dueños de los coches paran habituales,

consiguen sexo de repente y profanan

los huesos del gato muerto.

El hocico del gato es rosado.

Quien lo probó, sabe que el hocico rosado sostiene el mundo.

(¿Quién va a quererse ahora?)

Podéis llorar con quien sea menos en el hombro de un monarca.

 

¿Ves esa mujer?

Chamizo de plomo, gira

y pone nombres a lo que sucede:

árbol, tierra, monstruo.

 

¿No crees que son espectaculares sus hombreras?

 

 

El relato habla de un monstruo a quien se solicita ayuda. Esto es muy importante.

 

Por otro lado, cuando el sexo es repentino hay tres detalles a tener en cuenta:

 

………1. El estado de ánimo de los días posteriores depende en buena medida del peinado final del amante.

………2. Es necesario asociar una muerte al primer café.

………3. ¿Me ayudarás a buscar una casa con más luz?

 

Sería aconsejable aceptar públicamente. Da igual lo aceptado.

 

…………………………….…[En esta línea un espontáneo propone humo y

…………………………..“El paseo de los esquizofrénicos”, de Pascal Comelade]

 

Parece libanesa a las cinco de la mañana.

Su pelo a esas horas, un nudo de vocales.

¡Qué pena, sin embargo, que no termine

de acercarse de una vez por todas!

 

En medio de los amantes siempre está el alambre del skyline

(no hemos venido aquí a hablar del cuerpo de ella pero, en cierto modo, tiene atravesado un horizonte por todo el vientre. Animalita: sucede que la imagen nos lleva a un espeto de sardina).

 

Aparece el comisario de la exposición “Reinas de Portugal” y opina

que este poema debiera llamarse “Ojalá sepamos cuándo irnos”.

 

Es un viejo recurso añadir objetos a las cuerdas del piano.

A este tipo de cercanía y de ocasión me refiero.

 

Porque parece que se quedara.

Acaso llegar sea un antónimo

y en ese vientre del que me hablas

solo tiene cabida lo excesivamente breve.

 

 

A continuación, lo que quisiera es nombrar a Jesús.

En la época de lo inmaculado, del uniforme, nombrábamos de corrido a Jesús.

La ropa que elegían nuestros padres era bien devota.

 

¡Inventábamos pecados, el más mortal desnudar las muñecas que tenían pelo largo!

 

Una mujer llamada Polly se pregunta si es esto deseo.

Otra mujer que se parece cruza un desierto y,

al llegar, lleva una ofrenda de riadas y sequías.

 

(El error es el germen y la cultura occidental el resultado.

Seamos rápidos. Seamos después, incluso mucho después.

Es en el efecto donde se desenvuelve el castigo/ el contagio)

 

No creo que lleves razón: en tu uniforme, déjame decirlo, ‘época’

era algo parecido a ‘no sé dónde lo he dejado’.

 

En Occidente, las máquinas expendedoras venden 24 horas:

chocolatinas cubiertas de caramelo, bebidas isotónicas,

cuchillas de afeitar, condones.

Es probable que en el segundo cuarto del siglo XXI expendan Nuevos Testamentos.

 

Pienso en lo que Jesús sacaría de la máquina por

1 euro cincuenta en la víspera de su cumpleaños.

 

Seguramente un ventilador de mano.

 

Si te parece bien, sigamos con cualquier brevedad.

 

Ha pasado el tiempo y ha dejado

que el ratón juegue con sus dientes.

¡12 ortodoncistas se sientan en la mesa

convertidos en manchas que saben

y huelen a aluminio y a parpadeo!

 

Fluid Gender entonces le reprocha:

mira en la bahía, los tiburones

transportan la sábana del rostro.

¿No crees que es un espectáculo grandioso?

 

Ya con la calma de la mujer

que cena el mismo menú,

que se trenza el pelo para nadie,

volvemos a bostezar en negrita

una “O” de palo grueso.

 

Se trata de una cuestión de volumen.

Por ejemplo: hace un año devastó las manos de su novio.

Era su regalo de navidad. Era algo ajeno a todo momento.

Ella tampoco lo sabía.

Casi era el meteoro sin duración pero sí con varios núcleos.

 

En ese hueco los dos canturreaban el estribillo:

Too many birds in one tree

Too many birds in one tree

 

 

Quien incumple la promesa

-dice ella sonriente-

está obligado a ser el último.

 

Este es el relato.

El holograma que cuelga se llama Santiago.

El gato mal enterrado se llama Diente.

El meteoro sin duración se llama No-es-posible-con tanto-ruido.

 

¡Ay!

¡Ay!

 

También diré que de repente corre

y corre llenándolo todo de arena.

 

No nos vendría mal, Danielle, que recordemos

lo que escribía a su madre el borracho Berryman:

el mundo, como un amante tejido de lana,

se permitió la voz pasiva para evitar problemas.

 

Too many birds in one tree

Too many birds in one tree

 

El cráter del impacto ha llegado a sus oídos.

 

 

SI ALGUIEN SABE DE ESTO, ROGAMOS QUE CONTACTE

 

¿Qué te parece si comemos con las manos atadas a la espalda?

¿Y si escribimos una carta o una canción con las tijeras?

 

Algunos saben que las criaturas

que nacen en el cráter llegan tarde

y se cansan a menudo de las medidas.

 

Nada dice al respecto el Bestiario de Avicena,

ni la termodinámica ni los centros comerciales.

 

Si desbloqueamos las puertas

las conclusiones son las siguientes:

no saques las manos por la ventanilla,

no digas palabras difíciles,

no lleves al neurólogo el escombro

o la soga del ahorcado.

A pesar de todo, la lengua

también tiene superficie.

Por eso nos gusta el aluminio,

¿no es cierto? Es de los pocos

metales que se encuentran

en la corteza terrestre,

producido por la primera

generación de estrellas.

 

Te engañaron cuando

tú solo buscabas ruidos

del espacio exterior.

La carcajada podría ser una

comparsa de gitanos que baila

en el calentamiento global.

 

 

Hoy es sábado, Danielle.

Los diablos están contentos.

Cada cual a sus cosas.

Lees en el periódico

que el 80% de los microplásticos

del océano proviene de los ríos.

Sin embargo, no sabes si es más inquietante

apoyar tu cabeza en una almohada de motel

de Iowa con el último ácaro de Jesús.

 

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