Después de su debut con el poemario La destrucción es blanca (2015), la poeta Myra Jara prepara una nueva entrega, de la que Vallejo & Co. comparte cinco poemas inéditos.
Por: Myra Jara
Fotos: colección de la autora
5 poemas inéditos de
Myra Jara
¿Por qué ese hombre me habla de poesía?
Repite poesía, poesía
Insiste en la poesía
¿La poesía?
Yo de niña pensaba que la poesía era una broma
Una cosa dicha por un comediante
La poesía blanca
Yo la sentía suave
No la tocaba
Y no importaba
Cambiaba de color
Se elevaba, levitaba
Me daba risa
Y la poesía me importaba menos que mi pelo castaño
Me importaba menos que el agua transparente con la que limpiaba mis piernas
¿Dónde estaba la poesía?
La tenía en la mente en forma de cadáver
En forma de niña aislada
Y entonces escribía cosas que brillaban
Y luego se apagaban
*
Cuando estaba en Alemania
Entraba en los buses
Buses vacíos de madrugada
Estaba sola joven delgada
Los buses débiles, blancos, tenues
Dentro de los buses
Una voz pequeña
Muy pequeña
El problema de la belleza de la voz
El tamaño de la voz,
Los buses hermosos
Iluminaban mi falda
Con luz artificial
Y ella se movía
Alrededor de mis sensaciones
Sensuales y vacías
La luz artificial sobre mi falda
Cuando salía de noche
Quería llegar a la parada del río
Y ver el río frente a mí
Caminaba a lo largo del río viendo mi falda
Me sentía bella
Y esta sensación para mí era vital
La falda se movía en mis piernas con el viento
Yo fumaba,
Mientras con la otra mano no hacía nada,
Esta suavidad
Esta desproporción
Hacía de mi una mujer sutil
Y vacía
Así me gustaba verme.
En el día, recordaba eso de mí
Y sentía cercanas las noches
Pensaba
Son eternas, y largas
Son como un olor
Inusual, melancólico.
El veintitrés de Noviembre de 2008 un hombre cuyo nombre no quiero mencionar asesinó a mi prima Melissa O. de un único golpe en la cabeza
Yo no recibí la noticia hasta mediados del siguiente mes, cuando escuché accidentalmente una conversación telefónica entre mi madre y una mujer que lamentaba la tragedia
Antes de reaccionar, fui por instinto hacia la computadora, googleé el nombre completo de Melissa, y ahí encontré su muerte
Ésta estaba registrada por varias cadenas de noticias en Estados Unidos, que documentaban hasta cierto detalle el asesinato, encontré en ellas una única foto en primer plano de su asesino
El rostro de ese hombre ocupó de manera absoluta mi mente. googleé su nombre. me mareé, vomité. era un hombre nacido en India, había vivido, como ella, en Florida
La mató en su auto
Cuando cumplí quince años Melissa y yo vivimos juntas por un tiempo. ella tenía seis años más que yo. fue un tiempo en una casa en Chaclacayo. cenábamos juntas. Tocábamos las plantas en el jardín.
A las once de la noche, casi siempre salíamos a correr. ella guiaba la ruta porque era más grande y era atrevida. Melissa era una chica muy bonita que modelaba y salía en las revistas. yo la admiraba porque era temeraria e independiente, viajaba
En las tardes íbamos juntas a la cocina y preparábamos nuestra comida de dieta.
Mientras comíamos ella me hablaba de Florida. a veces estaba muy triste
Fue en esa época que yo había comenzado a vomitar lo que comía. Melissa trataba de impedir que vomitara. me prometía que no me haría daño comer su comida
Por dos años en Alemania no supe nada de ella. recibí después algunas noticias suyas por mi madre. había dejado de modelar, estaba estudiando en la universidad
Pero la última vez que la contacté fue antes, en Nueva York, cuando comencé a enfermarme de anorexia y decidí vivir en Alemania
Hice muy bien en irme lejos con la enfermedad. me habría matado estar enferma al lado de gente que conocía. me habría matado el amor excesivo de alguna gente
Nuestra última conversación fue un poco fría. un aire perdido y distraído avanzando hacia mí
No le conté a nadie que sabía de la muerte de Melissa. mi familia no me lo dijo. yo acababa de volver al Perú a la casa de mis padres. estaba muy enferma. la distancia con los dos era casi total. no soportaba estar en esa casa, pero ya no podía vivir sola, desplazarme, limpiar. estaba paralizada y en perenne pánico
Dormía en el día y en las noches salía. una vez fui al mar, me impresionó la luna sobre el agua. fue como una primera visión hacia la vida
Unos días después de saber de la muerte de Melissa, mis padres me trasladaron a una clínica psiquiátrica en Lima contra mi voluntad.
Ahí estaría hasta casi tres años después
Comencé esa etapa de mi vida desplazándome en los pasadizos de la clínica. comencé mi etapa ahí con la sensación sobre Melissa y su muerte
La sensación de su muerte era móvil, flexible, me ayudó a sobrevivir el trauma del inicio de la clínica. la fuerza de su muerte, la impresión sobre el mar. su muerte, esa fuerza, el recuerdo exacto de mi prima rubia, alta, fuego, luz
Y su muerte concreta, la transparencia. Desaparición y silencio
Me olvidé de ella en poco tiempo, pero la desplacé a mi memoria como un secreto
Fue uno de los primeros de los secretos que almacené en mi mente en ese período.
*
Caminando en el baño, mezclo la sensación de F con la mía, para tenerlas unidas como dos cielos. El rostro de F es una imagen en mi control. Evoluciona como una estación, porque en mi mente hay tibieza, fertilidad, crecimiento de flores.
*
Ella tiene cáncer
se lo han detectado en un laboratorio
quisiera hablar con ella y decirle
mamá, lo que te ha pasado
es que se ha reventado una estrella en tu cuerpo
lo ha oscurecido como el cielo
te dije que la oscuridad no es mala ni enemiga
es un sueño de tu hija niña
que siempre la comprendió más que la luz
la oscuridad perfecciona las estrellas,
es un sueño que puede durar mucho tiempo
*(Lima-Perú, 1987). Actualmente vive en Roma. Estudió Humanidades en la PUCP (Perú), la JUB (Alemania) y La Sapienza (Italia). Practicó Danza Contemporánea en Lima y Nueva York. Formó parte del staff del Festival Internacional de Poesía de Lima (2012). Poemas suyos han sido publicados en las revistas Le Parole e Le Cose (Italia), Nuovi Argomenti (Italia), La Otra (México), Ny Tid (Finlandia), Otro Lunes (España). Ha publicado en poesía La destrucción es blanca (2015).