13 poemas de «Matrix Lux» (2019), de Lila Zemborain

 

Por Lila Zemborain*

Selección por Mario Nosotti

Crédito de la foto (izq.) www.amargordtransatlantica.blogspot.com /

(der.) Ed. Bajo la luna

 

 

13 poemas de Matrix Lux (2019),

de Lila Zemborain

 

 

Quebrado el pacto orgánico

que se geste un movimiento

un espacio propicio

para que las nuevas condiciones

estallen en la humedad

de las membranas

en el rumor de las células

más elementales

 

 

 

Es permanente

el flujo de mi sangre

Es permanente

el flujo de agua

que devora el río

Es permanente

el flujo de tu río

 

 

 

Soy una fuente

que larga chorros vitales

líquidos habituales

para el propio abastecimiento

Pero el fluido de la leche

abastece a otro cuerpo

aún por venir

El cuerpo se adelanta

al deseo

El alimento

se anticipa al hambre

Hay saciedad

antes de que haya deseo

 

de Ábrete sésamo debajo del agua (1989 – 1991)

 

La poeta Lila Zemborain

 

Diecinueve años

Hacer el amor en

hoteles

autos

bosques

playas

escaleras

ascensores

cuartos de familia

cuartos de servicio

galpones

vestuarios

baños

autocines

medios de transporte público

esquinas

salones

plazas

y estar callada a veces

cuando los otros hablan

 

 

 

La idea literaria del altillo

de la artista

que mira un mar de árboles

desde un balcón de pilastras

Hacer el amor sobre una cama turca

al calor de muchas noches olientes

a jacarandá

Siempre, siempre

lo veía en las madrugadas

cuando subía la barranca

pisando las flores celestes y olorosas

a amanecer y a canto de los pájaros

a cansancio de una noche de amor

entre sábanas húmedas de suspiros

 

de Usted (1991-1996)

 

 

 

Hay como un desgajamiento en una zona en el medio del

pecho que me dice que no tengo que separar el por del qué

en la pregunta. Como si se abriera una oscuridad que debe

mantenerse densa, opaca, olorosa a moho, como el interior

del caño que atraviesa los caminos para desagotar el agua. Esa

consistencia palpable del túnel oliendo a barro, hojas secas en

descomposición, el frío del invierno cubriendo los árboles,

la humedad gris que se concentra en la tierra después de dos

días de lluvia. Una mezcla de placenta comida y movimiento

lento y oleaginoso, adiposidad, donde lo vegetal, lo animal y

lo humano se encuentran.

 

 

¿Qué es hablar de la naturaleza sino de la presencia indeclinable

de los detalles y de la diversidad? Contemplar una flor y

desarrollar por analogía una serie de disquisiciones que llevan

al yo o al otro.

 

de Guardianes del secreto (1989-1999)

 

 

 

la sustancia de una vida en la indiscriminación, en

el borronamiento, en un sudado que puede tener

una solución inestable, pero nunca perenne; y la muerte

señalada, quién sabe en qué lugar de las células en

constante movimiento, o en la tierra que descompone

los órganos para que crezcan las flores en los bordes de

las tumbas; estas margaritas son el residuo químico de

tus humores, en esta hoja de pensamiento hay una partícula

de tus ojos, o de tu voz perdida ahora con la tarde; ¿de

dónde viene la pregunta? ¿de qué manera se alinea

la simultaneidad enfática de las atracciones somáticas con

los ideales desenfrenados, o con la rutina superpuesta a

la ambición? mentirse o saber son las opciones y una

serie de capas intermedias en donde el empeño es

una empresa insobornable: quebrar la resistencia de

las tumbas que ordenadas en filas militares cubren

los campos santos de esculturas funerarias

 

 

 

si hay camino son las sombras evitadas como

helechos creciendo entre los bosques; una vida que

no ha sido se retrae a la humedad de las termitas;

nadie habla ya de los efluvios sustraídos, se lamenta,

se lamenta, se lamenta el cuerpo mientras lame la

herida que no cierra; abre la boca, circula el aire y

en ese pozo se instala la constancia de que las

sombras no habitadas son a veces necesarias para disipar

la vida; aunque ese cuerpo la acecha por las noches

y se acomoda en su pecho en borboteos apretados,

comprende que la luna se negó a ser coherente con

su historia; bajó hasta los codos su amargura y allí

se decantó su cobardía; pero este lenguaje de zozobra

ya no la dictamina, como si el agua hubiera disuelto

su premura; es ahora la instancia de los cuerpos

exactos la que inscribe su templanza; limpia con la

blanca pluma de una gaviota la arritmia del estruendo,

blanca en su fina contextura de bambú; abre, piensa,

expande en la caricia su escarmiento; no era

necesario tanto asombro aduce ahora, que su

pena comienza a perdonarse

 

de Malvas orquídeas del mar (2001)

 

 

como un rasguido, un rasgado del

alma, un celeste rasgarse de la atmósfera con

el ruido ensordecedor que surca los cielos, que rasga

los cielos, cielo celeste rasgado por el clamor, sonido

que rasga el celeste, celeste cielo escolar, celeste

cielo que damos por sentado, celeste cielo

que allí permanece, pero el sonido como una

trincheta rasga el celeste, cae del cielo el emisario

se dirige con su instinto hacia las sombras

amor, amor celeste de los cielos, cielo de mis

entrañas, mi hijo, mi hijo, por qué no ser un solo

llanto, un solo llanto y ser un solo llanto celeste

ensordecedor en el cielo celeste del otoño todo

rasgado, todo rasgado por el ruido ensordecedor del

cielo, cielo celeste rasgado, cielo celeste, azul celeste

lorenzo, lorenzo y el horror tan ajeno de lo

otro, de lo otro que es horror, pero es un hijo que

está allí, tan cerca del impacto, por suerte, tan cerca

del impacto que es alivio y pavor e incertidumbre y

constancia, pero es hijo que está allí vivo, los

árboles en su lugar, la escuela en su lugar, la plaza

en su lugar, lorenzo en su lugar, lorenzo en

su lugar, lorenzo en su lugar, mi hijo lorenzo en su

lugar, mi hijo lorenzo en su lugar, lorenzo en su lugar

lorenzo en su lugar, lorenzo en su lugar, lorenzo

lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo lorenzo, lorenzo

lorenzo, lorenzo, lorenzo, mi amor lorenzo

mi hijo lorenzo, lorenzo en su lugar, lorenzo

lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo, lorenzo

lorenzo, lorenzo, lorenzo en su lugar, lorenzo en

su lugar, y un deseo y sensación de abrazo, de enorme

amor en la distancia, lorenzo en su lugar, y todo lo que

es mío y es lorenzo, y todo lo que es mío y es lorenzo, es

mi vida y es lorenzo, es mi amor y es lorenzo, rasgado

el cielo, rasgado el celeste del amor, rasgado el cielo

en mil pedazos, rasgado el cielo, lorenzo, rasgado el

cielo, lorenzo, es mi amor, es mi amor, es lorenzo, rasgado

el cielo, es lorenzo, es lorenzo, mi amor es lorenzo,

mi amor rasgado el cielo es lorenzo

y no poder dar fin a ese dolor del que se salva, y no

poder dar rienda suelta al dolor del que se

salva, dar rienda suelta al dolor, y es tan otro

el dolor de los otros que es intolerable, y es tan

otro el dolor que no se puede ver ni oir, aunque se

ve y se oye, allí en la permanencia del celeste

 

martes 11 de septiembre 2001

 

de Rasgado (2006)

 

 

 

…………La escritura en sí es una línea que se tuerce y se

retuerce, una línea imposible de medir, como la COSTA

inglesa de Mandelbrot que verifica su inmensidad cuando se la

calcula con medios cada vez más ínfimos.

………………………………………Y es entonces otra vez Borges y

Zenón de Elea y los silogismos improbables de entender

………………………………………o la Biblioteca de Babel y los

aborrecidos estantes de libros alineados caóticamente con

INNUMERABLES letras y páginas a veces en blanco

para representar la proliferación o la vastedad de lo que es

imperceptible.

 

 

 

…………Así, el pescado que comí anoche resuena en

las dendritas invocando al tiburón que se pasea por tu

mente cuando te alejas de la COSTA y ya las piedras no

son la cercanía; la determinación de la distancia se altera

irremediablemente con la imprecisa irritación del agua viva

que te roza con sus filamentos de plata exasperando la fijeza.

……………………………………………………………………….Entonces el

ritmo se instala en las palabras, así como la respiración intenta

digitar un orden, reverberaciones del sonido para apaciguar

lo inestable. Y otra creencia se presenta en la necesidad de

aquietamiento de la sincrónica susceptibilidad de lo viviente,

puntual desequilibrio en la piedra movediza de Tandil, aguas

desbordadas, el viento patagónico que acecha, mientras la costa

se hace tuya en la arena que adoramos, y ráfagas y relámpagos

en los cielos y fracturas, fragmentos, FRACCIONES,

fractales, fragilidad, fragancia, fraterno, y Gertrude Stein en

la repetición de un cubismo inconcebible.

 

de El rumor de los bordes (2002 – 2003)

 

La poeta Lila Zemborain

 

Ra Ma Da Sa Sa Se So Hung

 

………Inclinarse ante

……………….una inteligencia

………………………..que se manifiesta como luz blanca

………y todo lo abarca y lo contiene

…………………………………………….y lo rebasa

 

Inclinarse ante

……..….la resonancia

……………………amorosa de las moléculas

……………………………………….y la energía que va más allá

…………………………..….del tacto

 

……………………Inclinarse ante

…………………………..…la sanidad           -la santidad-

…………………………………….….que a sí misma se regenera

…………………en la modulación empática

………………………………………………………………de la luz

 

 

 

Ra Ma Da Sa Sa Se So Hung

 

….Qué fue

…………….si no una alteración

……………………..que ahora fue extirpada?

 

…………….Procedimiento brutal

….así como la química

……………………que se internaliza

…………………………………..……para eliminar

 

….lo que puede haber quedado

…………………..…más allá de la incertidumbre

 

……………en un dominio que se lee

………………………..…..en la sangre

 

de Matrix Lux (2015-2016)

 

 

 

 

 

*(Buenos Aires-Argentina, 1955). Poeta y ensayista. Reside en Nueva York (EE. UU.) desde 1985. Fue editora de la serie de poesía Rebel Road (2000-2006) y, a partir de 2004, organiza la serie de poesía KJCC en el King Juan Carlos I Center de New York University (EE. UU.), donde dirige la Maestría de Escritura Creativa en español. Recibió las becas John Simon Guggenheim (2007) y la de residencia en Millay Colony (2010). Ha publicado en poesía “Ábrete sésamo debajo del agua” (1993), “Usted” (1998), “Guardianes del secreto” (2002), “Malvas orquídeas del mar” (2004), “Rasgado” (2006) y, en colaboración con el artista Martin Reyna, “La couleur de l´eau / El color del agua” (2008); y en ensayo “Gabriela Mistral. Una mujer sin rostro” (2002).

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