Por Antonio Risério*
Curador de la muestra Fabrício Marques
Traducción por de Nina Rizzi
Crédito de la foto (izq.) Ed. Casa de palavras/
(der.) Folhapress
13 poemas de Fetiche (1996),
de Antonio Risério
El kamikaze del lenguaje
risas estallan muelas del juício
ríos cambian la plumaje
cuando renace de las cenizas
el kamikaze del lenguaje
Vía Papua
desamarra la quilla, canoa
desamarra la quilla
y vuela
(va por el aire
por el mar
y en la isla;
vuela en lo que
se trampa)
pero vuela blanda, canoa
y lleva una estrella
en la punta de tu proa
cruza el mar, la niebla
el pecho, la boca, la lengua
almas que invaden nubes
dobleces de ensenadas y de bulto
(pero vuela blanda, canoa
hay una carretera entera
em la punta de proa)
y que el aire más leve la lleve
y haga de las algas del cielo
mi única
y exclusiva
corona,
canoa.
Estrecho de Behring
Andes lunartica. Pero
si amas zonas como estás
necesitarás de una guyana.
Todo es rima de la misma calaña.
No obstante, antilla que sois
índico hasta la pasaje,
pero quedo pacífico.
(Mejor huir? Lanzar bombays?
Aprender un nuevo baobab?)
Oiga bien:
es hombro con hombro
que se mide el terráneo.
Viniste y no
quieras ni saber
si finlandias o si hanoichese
quizás quepa en una cuba
lo que conmigo mueve.
Quizás no.
Sino, bailar entre las guirnaldas
abrir las venecianas
mirar los líbanos del campo
soñar los arabescos de un país real.
Pero, por favor, no seas escéptica:
recoge flores porahí.
Lustre las angollas de plata,
los luxemburgos de tu joyero.
Sé que puedes robar las madridperlas.
Pero, si es paña
nadie ghana nada con eso.
Quedemos juntos, por lo tanto:
entre una selva y la soyuz.
Ninguna jaula encierra la leona
que anda a la luz.
Y lo que quiero mismo
es madagascar tu labio fucsia.
Ser tu berlina y tu rusia.
Tirar el lacio en tu entorno
cubrir tus costas
colorear tus cuentas.
Ah y ti acariciar
la piel argentina
para que no pases frio
y para tu cuerpo
quedarse brasil.
DÊUTEROS HÉLIOS
Sono un texto.
Guarnecido de cristales de cuarzo
(cielo de piedra, piedras aéreas,
rime petrose, piedra en el camino,
bóveda pétrea celeste),
un texto.
Llamestrellágrima, un texto.
Al sol de la última noche,
(bosque denso, espeso, epétrima)
sono un texto.
Entre fe y hígado
– to epidemídeion derma –
un texto. Sono un texto.
Cuando una perralirroja aúlle
en el portón sin luna,
un texto.
Cuando deslizo la mirada
de ciertos insectos
a las inciertas estrellas,
un texto.
Entre bombas anatómicas,
blasfemujeres (tríbada, nómada,
borracho – sono un texto).
Echando la cremallera y la cara,
yendo de la lengua a las caries
de los decadentes – sono:
un texto.
Esquizofénix, un texto.
En la oscuridad del coche patrullero – un texto.
En el aclaramiento clandestino – un texto.
Entre el cósmico y cômico – un texto.
¿Quien solevanta las olas del mar?
Un texto.
Sí: sono un texto.
Sin dioses o amigos, un texto.
Mismo cuando el cielo estrellase
y tengo miedo, pétalo,
de le afectar:
un texto.
Tigres que tintinean
Inútiles como las espadas de hierro
en las necrópolis de Chipre –
rostro de rosa, un texto.
Sono un texto.
Sono.
Un texto.
Enunanoche
Incendio em el cielo.
Todo en fuego, fuego frío.
Tu alma, Marina, quedará
retenida en alguna aduana astral.
Yo, mono-de-noche, seguiré
escuchando la música de las exfieras.
Voy a rayar la nata de Vía Láctea.
Rematar la muchacha que mata
con sus huesos azules
y sus vellos de plata.
Pero hay también lo imposible, Marina.
Imposible dar la talla
de pie en la punta de más un mayo
(depraved May, Christ the Tyger)
de tantos vientos, rayos, eventos.
No hay tiempo, Marina. El cielo vendrá abajo.
El bosque celeste caerá
sobre mi cabeza.
Imposible, dulce y dura niña,
saber de todos lugares.
En algun punto, entre mujeres y jaguares,
espectros esperan,
cuerpos caen,
esquinas olvidan.
Y es así mismo, Marina.
Incendio en el cielo.
Todo en fuego, fuego frío.
Acaricio la luz del cuarzo.
Oscurezco.
Leminskiana
Querido Enigma:
Estoy borracho.
Voy, como se dice,
Pisando en las alas.
Paro en una estrella
y sorteo el mar.
Pero raro
– y mucho –
mi y tu
lenjaguar.
Aviso a la plaza
El humano es un engaño del humano.
Divide el humano en humano y inhumano.
Sueño insano de verse a salvo
de cribas y crisis y crímenes
clavados en el blanco puro.
Tontería. Ningún capitalismo es salvaje.
Puta no es perra. Ni la vida, feroz.
El hombre es el hombre del hombre.
Todos juntos y con uma sola voz.
Humana es la sala de tortura
la napalm, la navaja, la metralla en el gueto
– la piel desollada en las cloacas.
Humana, huymanísima, la esclavitud.
Humano es el alambre de puás
El destripador blanco, el estuprador negro,
Carandirú, Somalia, Jemeres, Bhopal
El masacre de la Plaza de la Paz Celestial.
Humana la fisión del átomo
Humana la fisura del FINAL.
No consta que rosales y gaviotas
actuén así, humano cabal.
Kedea
señor de los ejércitos
señora de los árboles floreados
señor de la ciencia completa
señora de la luna y de las tinieblas
señor de la locura y del vino
señora de los pantanos y de las aguas estancadas
señor del abismo que soporta la tierra
señora de la voluptosidad y de las batallas
señor de la luz y de los bosques
señora celestial que brilla más alto
señor de las tormentas y de la lluvia bienhechora
señora de los ojos bovinos
¡ah! ojalá los dioses
fueran divinos…
Añoranza del salvador
esta ciudad tiene alas.
a veces ella viene
y mi añoranza
queda llena de casas.
esta añoranza
es como navaja.
es ciega, de tan clara,
blancanieves
o de tiza.
esta añoranza
es hecha de varias.
a veces ella viene
de la parte más antigua
del país.
El estrellista
con su pie
en el estribo
de una estrella
(trepado
en el trapecio
de orión)
sueño estrellas
enganchadas
entre si
(estrellíneas
torcidas – las
lámparas
del estrelatín)
rastros
de estrellince
contento
mirando
la carretilla
de las estrelluces
fugaces
Grand finale
Difícil deponer un amor.
Seguro de que es salida
asesinarlo,
el arquero toma la postura.
Y al señal imperceptible
de alguno dios
dispara una flecha incendiaria
hacia al sol.
Noche de ronda
La ville est cette étoile à l’infini.
P. Soupault
ciudad estrella de sangre
alcantarilla de estupros encarnados
ágora y gangrena de las pandillas
niños fusilados en el oscuro a palangre
ciudad vidrio em astillas
travestis atraviesan el matojo
canallas escopetas y putas
aqui todo mar es rojo
ciudad fractura expuesta
chispan cebos de coca
crateras lunares en la cara
risas marchitandose en la boca
ciudad estrella de lepra
penuria de alma en pena
ciudad estrella tiniebla plena
cerda comiendo la camada
Vía Pagu
dios y el diablo
crías casi perfectas
desean lo que deseo:
almas elegidas
islas de fantasia
no me verán
en la estación del carnaval
estaré en delirio
en un outro ritmo
ultimo istmo del real
entre el cuerpo y la mente
los más antiguos clichés
clinchanse doraduramente
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(Poemas em su idioma original, portugués)
12 + 3 poemas do Fetiche (1996),
do Antonio Risério
O kamikaze da linguagem
risos estalam sisos
rios mudam a plumagem
quando renasce das cinzas
o kamikaze da linguagem
Via Papua
desamarra a quilha, canoa
desamarra a quilha
e voa
(vai pelo ar
pelo mar
e sobre a ilha;
voa sobre o que
se armadilha)
mas voa leve, canoa
e leva uma estrela
na ponta da proa
cruza o mar, a névoa
o peito, a boca, a língua
almas que invadem nuvens
dobras de angra e de íngua
(mas voa leve, canoa
há uma estrada inteira
na ponta da tua proa)
e que o ar mais leve a leve
e faça das algas do céu
a minha única
e exclusiva
coroa,
canoa.
Estreito de Behring
Andes lunártica. Mas
se amas zonas como estás
precisarás de uma guiana.
Tudo é rima da mesma laia.
Contudo, antilha que sóis,
índico até a passagem,
mas fico pacífico.
(Melhor fuji? Jogar bombains?
Aprender um novo baobá?)
Louça bem:
é ombro a ombro
que se mede o terrâneo.
Vieste e não
queiras nem saber
se finlândias ou se hanoitece.
Talvez caiba numa cuba
o que comigo mexe.
Talvez não.
Senão, dançar entre as guirlandas
abrir as venezianas
olhar os líbanos do campo
sonhar os arabescos de um país real.
Mas, por favor, não sejas céltica:
cathay flores pelaí.
Lustrai as angolas de prata,
os luxemburgos de teu porta-joias.
Sei que podesroubar as madrepérolas.
Mas, se és panha,
ninguém ghana nada com isso.
Fiquemos juntos, portanto:
entre uma selva e a soyuz.
Nenhuma jaula encerra a leoa
que anda à luz.
E o que eu quero mesmo
é madagascar o teu lábio fúcsia.
Ser tua berlinda e tua Rússia.
Jogar o lácio no teu em torno
cobrir tuas encostas
colorir as tuas contas.
Ah e ti acariciar
a pele argentina
pra que não passes horas a frio
e pro teu corpo
ficar Brasil.
Dêuteros hélios
Sono um texto.
Guarnecido de cristais de quartzo
(céu de pedra, pedras aéreas,
rime petrose, pedra no caminho,
abóbada pétrea celeste),
um texto.
Flamestrelágrima, um texto.
Ao sol da noite passada,
(floresta densa, espessa, epétrima)
sono um texto.
Entre a fé e o fígado
– tó epidemídeion derma –
um texto. Sono um texto.
Quando uma cadela ruiva
no portão sem lua,
um texto.
Quando a canoa do amor
se quebra
numa coroa de pedras,
um texto.
Quando deslizo o olhar
de certos insetos
às incertas estrelas,
um texto.
Entre bombas anatômicas,
blasfêmeas (tríbade, nômade,
bêbado – sono um texto).
Fechando o zíper e a cara,
dando com a língua na cárie
dos decadentes – sono:
um texto.
Esquizofênix, um texto.
No escuro do camburão – um texto.
Na clareira clandestina – um texto.
Entre o cósmico e cômico – um texto.
Quem solevanta as ondas do mar?
Um texto.
Sim: sono um texto.
Sem deuses ou amigos, um texto.
Mesmo quando o céu estala
e tenho medo, pétala,
de afetá-la:
um texto.
Tigres que retinem
inúteis como as espadas de ferro
nas necrópoles de Chipre –
rosto de rosa, um texto.
Sono um texto.
Sono.
um texto.
Numanoite
Incêndio no céu.
Tudo em fogo, fogo frio.
Tua alma, Marina, ficará
retida nalguma alfândega astral.
Eu, macaco-da-noite, continuarei
ouvindo a música das exferas.
Vou riscar a nata da Via-Láctea.
Arrematar a moça que mata
com seus ossos azuis
e seus pentelhos de prata.
Mas há também o impossível, Marina.
Impossível dar conta
de pé na ponta de mais um maio
(depraved May, Christ the Tyger)
de tantos ventos, raios, eventos.
Não há tempo, Marina. O céu vai desabar.
A mata celeste cairá
sobre a minha cabeça.
Impossível, doce e dura criança,
saber de todos os lugares.
Algures, entre mulheres e jaguares,
espectros esperam,
corpos caem,
esquinas esquecem.
E é assim mesmo, Marina.
Incêndio no céu.
Tudo em fogo, fogo frio.
Afago a luz do quartzo.
Escureço.
Leminskiana
Querido Enigma:
Estou bêbado.
Vou, como se diz,
pisando nas asas.
Paro numa estrela
e sorteio o mar.
Mas estranho
– e muito –
o meu e o teu
linjaguar.
Aviso à praça
O humano é um engano do humano.
Divide o humano em humano e desumano.
Sonho insano de se ver a salvo
de crivos e crises e crimes
cravados no alvo.
Bobagem. Nenhum capitalismo é selvagem.
Puta não é cadela. Nem a vida, feroz.
O homem é o homem do homem.
Todos juntos e a uma só voz.
Humana é a sala de tortura,
A napalm, a navalha, a metralha no gueto
– a pele esfolada no porão.
Humana, humaníssima, a escravidão.
Humano é o arame farpado
O estripador branco, o estuprador preto,
Carndiru, Somália, Khmer, Bopal
O massacre na Praça da Paz Celestial.
Humana a fissão do átomo
Humana a fissura do FIM.
Não consta que roseiras e gaivotas
ajam assim.
Kedea
senhor dos exércitos
senhora das árvores floridas
senhor da ciência completa
senhora da lua e das trevas
senhor da loucura e do vinho
senhora dos pântanos e das águas paradas
senhor do abismo que suporta a terra
senhora da volúpia e das batalhas
senhor da luz e das florestas
senhora celestial que brilha mais alto
senhor das tempestades e da chuva benfazeja
senhora dos olhos bovinos
ah, se ao menos os deuses
fossem divinos…
Saudade do salvador
esta cidade tem asas.
às vezes ela vem
e minha saudade
fica cheia de casas.
esta saudade
é feita navalha.
é cega, de tão clara,
branca de neve
ou de giz.
esta cidade
é feita de várias.
às vezes ela vem
da parte mais antiga
do país.
O estrelista
com o pé
no estribo
de uma estrela
(trepado
no trapézio
de órion)
sonho estrelas
atreladas
entre si
(estrelinhas
tortas – as
lâmpadas
do estrelatim)
rastros
de estrelince
contente
mirando
a carretilha
das estrelas
cadentes
Grand finale
Difícil depor um amor.
Convencido de que a saída
é assassiná-lo,
o arqueiro toma posição.
E ao sinal imperceptível
de algum deus
dispara a flecha incendiária
em direção ao sol
Noche de ronda
La ville est cette étoile à l’infini.
P. Soupault.
cidade estrela de sangue
esgoto de estupros rubros
ágora e gangrena das gangues
crianças fuziladas no escuro
cidade caco de vidro
travestis atravessam o espelho
canalhas escopetas e putas
aqui todo mar é vermelho
cidade fratura exposta
faíscam iscas de coca
crateras lunares na cara
risadas murchando na boca
cidade estrela de lepra
penúria de alma penada
cidade estrela de treva
porca comendo a ninhada